Qué tan dañino es el queso

Este alimento es el protagonista de los platillos más deliciosos que existen

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(Imagen Ilustrativa Infobae)
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El queso es un alimento presente en diversas gastronomías del mundo. Su consumo ha sido objeto de debate debido a su contenido de grasas saturadas, sodio y calorías, pero también es fuente de proteínas, calcio y otros nutrientes esenciales.

Evaluar su potencial dañino requiere analizar su composición, su cantidad en la dieta y el contexto individual de cada persona.

Composición nutricional del queso

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Existe una gran variedad de quesos, desde los frescos y bajos en grasa hasta los curados y con alto contenido calórico. Los quesos son fuente importante de proteínas de alto valor biológico, calcio, fósforo y vitaminas como la A y la B12. Sin embargo, la cantidad de grasa y sodio varía considerablemente entre tipos de quesos.

Los quesos curados, como el parmesano, cheddar o manchego, contienen más grasa y sal que los quesos frescos como el requesón, la ricotta o el queso cottage. El consumo excesivo de grasas saturadas ha sido relacionado con el aumento del colesterol LDL (“malo”) y puede incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Riesgos potenciales para la salud

El principal cuestionamiento sanitario al queso radica en su alto contenido de grasas saturadas y sodio. Un consumo elevado puede contribuir al desarrollo de hipertensión arterial, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, principalmente en personas con predisposición o afecciones previas.

Algunas investigaciones sugieren que el consumo rutinario de grandes cantidades de queso y otros productos lácteos altos en grasa puede favorecer el aumento de peso, si no se mantiene un equilibrio calórico.

El queso puede ocasionar problemas digestivos en personas con intolerancia a la lactosa, aunque algunos quesos madurados y fermentados contienen niveles bajos de lactosa y pueden ser mejor tolerados.

En personas con alergia a la proteína de la leche, el consumo de queso puede provocar reacciones alérgicas de distinta gravedad.

El contenido de sodio en muchos quesos industriales es considerable. Una dieta alta en sodio contribuye a la retención de líquidos y al aumento de la presión arterial, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por este motivo, se recomienda moderar el consumo, sobre todo entre quienes ya padecen hipertensión.

Beneficios nutricionales

- (Imagen Ilustrativa Infobae)
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A pesar de los riesgos, el queso también aporta beneficios. Proporciona proteínas de alta calidad esenciales para la reparación y el crecimiento muscular, así como calcio fundamental para la salud ósea y dental. También contiene vitaminas y minerales involucrados en diversas funciones del organismo, como la coagulación sanguínea y la transmisión nerviosa.

Algunos quesos fermentados contienen probióticos, beneficiosos para la salud intestinal. El valor nutricional del queso puede complementar una dieta equilibrada si se consume en cantidades moderadas y se eligen variedades bajas en grasa y sodio.

Recomendaciones

El queso no es dañino en sí mismo, pero su consumo debe ser controlado y adaptado a las necesidades individuales. Se recomienda optar por quesos frescos o bajos en grasa, moderar las porciones y evitar el consumo excesivo de variedades con alto contenido de grasa y sal. Consultar a un nutricionista resulta útil para quienes tienen enfermedades crónicas o necesidades dietéticas especiales. La clave está en la moderación y en el equilibrio dentro de una alimentación variada y saludable.