¿Cuáles son los efectos secundarios de la lavanda?

Pese a sus propiedades curativas hay reacciones adversas que se deben atender

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Esta flor aromática podría generar
Esta flor aromática podría generar reacciones adversas. Diseño: (Jesús Tovar Sosa/Infobae)

La lavanda, originaria de la región mediterránea, ha sido valorada durante siglos en distintas culturas por sus propiedades aromáticas y medicinales.

Aunque la lavanda es reconocida por sus aplicaciones en salud y bienestar, su uso no está exento de riesgos y contraindicaciones que deben considerarse antes de incorporarla en la rutina diaria.

Sin embargo, quienes deseen aprovechar sus beneficios deben prestar atención a posibles efectos secundarios y situaciones en las que su uso no es recomendable. Entre las advertencias más relevantes, destaca la posibilidad de desarrollar reacciones alérgicas.

Algunas personas pueden experimentar enrojecimiento, picazón o inflamación en la piel tras el contacto con la planta o sus derivados como los aceites e infusiones.

Por ello, se aconseja realizar una prueba de sensibilidad: aplicar una pequeña cantidad sobre la piel y esperar 24 horas para descartar reacciones adversas.

Lavanda. (Pexels)
Lavanda. (Pexels)

El consumo excesivo de lavanda también puede provocar molestias digestivas. Ingerir grandes cantidades puede causar malestar estomacal, náuseas e incluso vómitos.

Por este motivo, se recomienda seguir siempre las indicaciones de uso y consultar a un profesional de la salud antes de emplearla internamente en la vida diaria.

Además, la lavanda puede interactuar con ciertos medicamentos, especialmente aquellos que afectan el sistema nervioso central, como sedantes y antidepresivos.

Estas interacciones pueden potenciar o disminuir la efectividad de los fármacos, por lo que es imprescindible consultar con un médico antes de combinar ambos tratamientos.

El uso de lavanda durante el embarazo y la lactancia representa otra área de precaución. Aunque no existen estudios concluyentes que demuestren efectos negativos, la falta de evidencia suficiente lleva a los expertos a recomendar evitar su uso en estos periodos.

De igual manera, las personas con enfermedades hepáticas o renales deben emplear la lavanda con cautela, ya que sus componentes pueden afectar el funcionamiento de estos órganos.

La lavanda posee efectos sedantes, lo que implica que no debe utilizarse antes de conducir o realizar actividades que requieran atención plena.

Si tras el uso de productos de lavanda se presentan síntomas de alergia, como irritación cutánea o dificultades respiratorias, es fundamental suspender su uso y buscar atención médica. Por último, los niños pequeños y los animales domésticos presentan mayor sensibilidad a los efectos de la lavanda, por lo que se recomienda evitar su exposición.

La consulta con un profesional de la salud resulta clave antes de incorporar la lavanda en la vida cotidiana, especialmente en presencia de condiciones médicas preexistentes o tratamientos farmacológicos.