Zona Rosa: epicentro de diversidad y cultura en Ciudad de México

En el corazón de la capital mexicana, este barrio combina historia, vida nocturna, gastronomía y multiculturalidad

Guardar
Este barrio se ha convertido
Este barrio se ha convertido en uno de los grandes referentes turísticos relacionados a la vida nocturna en la CDMX. Foto: (Jesús Tovar Sosa/Infobae)

La Zona Rosa, ubicada en el corazón de la Ciudad de México, ha sido durante décadas un epicentro de diversidad cultural, vida nocturna y comercio. Este emblemático barrio, que forma parte de la colonia Juárez, se extiende desde el Paseo de la Reforma hacia el sur y el oeste, conectándose con áreas como Roma Norte y Condesa, y ha evolucionado constantemente para adaptarse a los cambios sociales y culturales de la ciudad.

Según lo reportado por México Desconocido, la Zona Rosa no solo es conocida por su vibrante escena LGBTQ+, sino también por ser hogar de la comunidad coreana y un importante centro de comercio de antigüedades.

La vida nocturna es uno de los principales atractivos de la Zona Rosa. Este espacio se ha consolidado como un punto de encuentro para la comunidad LGBTIQ+, con una amplia oferta de bares, antros y cantinas que permanecen abiertos hasta altas horas de la madrugada.

La Zona Rosa se ha
La Zona Rosa se ha convertido en un lugar de ambiente para la comunidad LGBT+. Foto: Mexico Trip

Aunque los locales suelen cambiar de nombre y propietarios con frecuencia, el área sigue siendo un referente para quienes buscan un ambiente inclusivo y dinámico. Según el periodista Nicolás Triedo, el epicentro de esta actividad se encuentra en la intersección de las calles Amberes y Estrasburgo, aunque los establecimientos se extienden por toda la colonia Juárez y más allá, llegando incluso a conectar con el corredor de República de Cuba, al sur de Plaza Garibaldi.

El origen del nombre “Zona Rosa” ha sido objeto de debate durante años. Una de las teorías más aceptadas es la propuesta por el escritor Vicente Leñero, quien describió el área como “demasiado tímida para ser roja y demasiado atrevida para ser blanca”. Este nombre refleja la esencia del lugar, que combina tradición y modernidad, conservando su carácter bohemio y cosmopolita.

La historia de la Zona Rosa se remonta al siglo XIX, cuando la colonia Juárez comenzó a desarrollarse como una alternativa para la burguesía capitalina que buscaba alejarse del congestionado centro histórico.

Durante la época porfirista, se construyeron grandes casonas y mansiones con estilos arquitectónicos europeos, como el Art Nouveau y el Art Decó, lo que atrajo a funcionarios, embajadores y empresarios extranjeros. Sin embargo, a mediados del siglo XX, muchas de estas residencias fueron transformadas en comercios, marcando el inicio de una nueva etapa para la zona.

Desde hace décadas este lugar
Desde hace décadas este lugar ha sido un gran referente de la vida nocturna. Foto: (FB/Manuel del Urru)

En las décadas de los sesenta y setenta, la Zona Rosa vivió su época de mayor esplendor., pues este espacio se convirtió en un punto de reunión para artistas e intelectuales, como la poetisa Pita Amor y los pintores José Luis Cuevas y Manuel Felguérez, quienes frecuentaban las galerías de arte y los bares del área.

Durante eventos deportivos como los Juegos Olímpicos de 1968 y el Mundial de 1970, las terrazas de los restaurantes y bares se llenaban de comensales que celebraban los éxitos deportivos del país.

El terremoto de 1985 marcó un punto de inflexión para la Zona Rosa, que sufrió graves daños y entró en un periodo de decadencia. No fue hasta la década de los noventa que el área comenzó a recuperar su vitalidad, esta vez con un enfoque en la diversidad y la tolerancia. La incorporación de bares y discotecas dirigidos a la comunidad LGBTQ+ consolidó su reputación como un espacio inclusivo y vibrante.

Hoy en día, la Zona Rosa combina elementos de su pasado con una oferta renovada que incluye restaurantes, cafeterías, tiendas de tatuajes y boutiques.

La Zona Rosa sigue siendo un lugar de encuentro para personas de todas las edades y procedencias. Aunque ha cambiado con el tiempo, su esencia permanece intacta: un espacio donde convergen la diversidad, la cultura y el buen ambiente.