Cuáles son los beneficios de la cebolla para el hígado

La cebolla es un alimento que algunos aman y otros odian aunque también se sabe que suele ser el sasonador por excelencia de una gran variedad de platillos.

Pero más allá de sus cualidades culinarias, este alimento también es ampliamente reconocido por sus beneficios a la salud y sus numerosas propiedades medicinales, ya que tiene un elevado perfil nutricional.

Y aunque sus beneficios se expanden a todo el cuerpo y a diversos órganos y sistemas hoy te contamos que su consumo tiene propiedades especiales para la salud del hígado, un órgano vital para la salud y la vida.

Es por eso que aquí te contamos cuáles son algunas de las propiedades que favorecen la salud de este órgano y cómo puedes consumirla para obtenerlas.

Como mencionamos la cebolla contiene compuestos sulfurados y antioxidantes que pueden beneficiar la salud del hígado de varias maneras:

1. Detoxificación hepática: Los compuestos sulfurados, como la alicina, presentes en la cebolla, pueden ayudar al hígado en los procesos de desintoxicación, favoreciendo la eliminación de toxinas y sustancias nocivas.
2. Propiedades antioxidantes: Es rica en antioxidantes como la quercetina, que ayuda a reducir el daño oxidativo en las células hepáticas y a prevenir enfermedades hepáticas relacionadas con el estrés oxidativo.
3. Estimulación de enzimas hepáticas: Los compuestos de la cebolla pueden estimular ciertas enzimas responsables del proceso de descomposición y eliminación de agentes tóxicos en el organismo.
4. Control de lípidos: Consumir cebolla podría contribuir a equilibrar niveles de colesterol y triglicéridos, lo que ayuda a prevenir la acumulación de grasas en el hígado, común en casos de hígado graso.
5. Propiedades antiinflamatorias: Sus características antiinflamatorias pueden ayudar a reducir la inflamación hepática, característica de enfermedades como la hepatitis o el hígado graso no alcohólico.

Para aprovechar los beneficios de la cebolla, se recomienda incluirla en la dieta de diversas formas, ya que su valor nutricional puede variar según la forma en que se consuma. Estas son algunas opciones:

1. Cruda: Consumir cebolla cruda en ensaladas, salsas (como pico de gallo) o acompañamientos es una de las mejores formas de preservar sus antioxidantes y compuestos bioactivos, como la quercetina.
2. Cocida o salteada: Aunque el calor reduce ligeramente algunos compuestos como la vitamina C, la cebolla cocida todavía conserva muchos nutrientes beneficiosos. Es ideal en sopas, guisos o salteados.
3. En infusión: Preparar un té de cebolla es una práctica común para aprovechar sus propiedades. Se hierve una cebolla troceada en agua y se consume el líquido, que puede ser útil para desintoxicar el organismo.
4. En jugos o batidos: Mezclarla con otros vegetales o frutas puede ser una opción práctica para incluirla en la dieta, aunque en cantidades moderadas debido a su sabor fuerte.
5. En encurtidos: Las cebollas en vinagre o fermentadas pueden ser beneficiosas para el sistema digestivo al contener probióticos, lo que también contribuye al proceso de desintoxicación hepática.
6. Cebolla morada: La cebolla morada contiene una mayor concentración de antioxidantes como la quercetina, por lo que es una buena opción consumirla cruda en ensaladas o guarniciones.

Es recomendable variar su preparación para aprovechar al máximo sus propiedades y consumirla como parte de una dieta equilibrada.