CJNG y Cártel de Sinaloa: nuevos cócteles de fentanilo generan mayores riesgos de sobredosis

Los principales cárteles mexicanos están creando mezclas más mortales, advierte la DEA

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Los principales cárteles mexicanos están
Los principales cárteles mexicanos están creando mezclas más mortales, advierte la DEA (REUTERS/Alexandre Meneghini)

Los cárteles mexicanos están detrás de una nueva generación de “cócteles” sintéticos letales. La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) advirtió en su informe National Drug Threat Assessment 2025 que el Cártel de Sinaloa (CDS) y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han comenzado a mezclar fentanilo con tranquilizantes veterinarios, opioides sintéticos de alta potencia y anestésicos disociativos, creando combinaciones que aumentan el riesgo de muerte y complican su tratamiento médico.

Estas mezclas, que no responden a la naloxona (Narcan), elevan el riesgo de muerte por sobredosis incluso en intervenciones médicas de emergencia.

La DEA subraya que estas combinaciones están diseñadas para potenciar los efectos del fentanilo o extender su rendimiento, y se producen en laboratorios clandestinos operados directamente por estas organizaciones criminales mexicanas.

Las sustancias que hacen más letales las mezclas

Los nitazenos se mezclan con
Los nitazenos se mezclan con fentanilo y los hacen más mortales. (Gettyimages)

El informe identifica tres principales sustancias adulterantes:

  • Xilacina: un sedante veterinario no aprobado para uso humano. Se mezcla con fentanilo para crear la droga conocida como “tranq”, cuyo efecto no puede ser revertido con naloxona. Puede provocar necrosis en tejidos blandos y amputaciones.
  • Medetomidina: también un sedante veterinario, apodado “rhino tranq”. Es entre 200 y 300 veces más potente que la xilacina y su combinación con opioides dificulta severamente la reversión con naloxona.
  • Nitazenos: opioides sintéticos desarrollados en los años 50 que nunca fueron aprobados para uso médico. Algunos, como el isotonitazeno o el metonitazeno, pueden ser incluso más potentes que el propio fentanilo, y su mezcla con otros narcóticos eleva drásticamente el riesgo de intoxicación y muerte.

Estas sustancias han sido detectadas en pastillas falsificadas tipo “M-30” y también en polvo, a menudo sin conocimiento del consumidor final. Desde 2019, distintas variantes de nitazenos han sido encontradas en comprimidos que simulan medicamentos recetados.

La DEA advierte que su incorporación responde a una estrategia deliberada para aumentar el efecto adictivo de las pastillas sin alterar su apariencia exterior.

“Una amenaza emergente”

Aunque las muertes por consumo
Aunque las muertes por consumo de fentanilo han disminuido, la combinación con otras sustancias podría detonar de nuevo las cifras. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Tanto el Cártel de Sinaloa como el CJNG controlan laboratorios en distintos puntos de México, donde procesan fentanilo y mezclas adulteradas para su exportación. Los químicos precursores llegan desde China y otras partes de Asia, y el producto final se distribuye a través de corredores en la frontera con Estados Unidos.

“El Cártel de Sinaloa comenzó recientemente a añadir xilacina a lotes de fentanilo que ingresan a Estados Unidos, principalmente dirigidos a mercados de la costa Este”, documenta la DEA. Además, traficantes estadounidenses también mezclan localmente estas sustancias para extender la oferta y aumentar ganancias.

Fuera del mercado estadounidense, el informe también revela que los cárteles mexicanos han extendido la distribución de estas mezclas a más de 40 países, incluyendo mercados emergentes en Europa, Asia y Oceanía.

El uso de tranquilizantes y opioides no convencionales complica la respuesta ante emergencias. “La presencia de medetomidina hace más difíciles de revertir las sobredosis con naloxona”, advierte la DEA. Al tratarse de drogas no opioides, estas sustancias no reaccionan al antídoto comúnmente utilizado por servicios médicos en casos de sobredosis.

Además, el documento enfatiza que muchas de estas sustancias no se detectan en los análisis toxicológicos estándar, por lo que requieren métodos de identificación especializados. El riesgo de muerte se incrementa cuando el consumidor ignora qué contiene realmente lo que está consumiendo.

La DEA señala que, aunque las muertes por sobredosis en Estados Unidos se redujeron 25% entre 2023 y 2024, las mezclas emergentes podrían revertir esa tendencia.