Cómo unas salchichas envenenadas cambiaron el destino de miles de perros y gatos callejeros en México

El envenenamiento de tres perros rescatistas, desató indignación nacional y derivó en un precedente judicial que incrementa las penas en materia de maltrato animal

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La primera condena contra una
La primera condena contra una persona por maltrato animal llegó hasta la SCJN (Imagen Ilustrativa Infobae)

Lo que era un paseo cotidiano para tres perros rescatistas terminó en una tragedia que indignó a todo México, el caso –que marcó un precedente en materia de maltrato animal– tuvo que llegar hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para no quedar impune.

Era la tarde del 13 de junio de 2021 cuando Athos, Tango y Balam salieron a tomar un paseo en la ciudad capital de Querétaro, en compañía de su entrenador, Édgar Muñoz.

De un momento a otro, los tres caninos comenzaron a sufrir un violento ataque que los obligó a recibir atención veterinaria de emergencia. Pese a la respuesta oportuna, Athos y Tango fallecieron, mientras que Balam apenas logró sobrevivir.

A la postre se supo la razón del ataque: envenenamiento. Durante el paseo los tres perros habían comido unas salchichas que contenían una sustancia alcaloide y que habían sido dejadas en una de las jardineras.

El caso provocó indignación no solo por la forma en la que murieron, sino porque se trataba de perros de rescate.

Athos era un Border Collie entrenado para labores de rescate, incluso localizó personas atrapadas entre los escombros de edificios colapsados por el sismo que azotó el centro del país el 19 de septiembre de 2017. Mientras que Tango era un Yorkshire adiestrado para el apoyo psicológico.

El asesino de Athos y Tango

Athos y Tango (X/@cadenapolitica)
Athos y Tango (X/@cadenapolitica)

Por suerte, el autor del ataque contra Athos, Tango y Balam fue rápidamente identificado. Benjamín “N”, un hombre de 60 años de edad que era vecino de la zona.

El hombre de la tercera edad fue quien dejó las salchichas envenenadas en una de las jardineras con el fin de atentar con la vida de los perros rescatistas.

El sujeto fue visto por testigos dejando el alimento contaminado unos minutos antes del paseo de los canes.

Además, Édgar, el entrenador de los perros rescatistas, ya había tenido problemas con Benjamín, quien lo acusaba de no saber controlar a Athos, Tango y Balam.

Fue entonces que se inició un proceso penal contra el sexagenario por delitos cometidos contra animales.

El 30 de agosto del 2022, más de un año después de los hechos, la jueza del Tribunal Unitario de Enjuiciamiento Penal del Sistema Penal Acusatorio y Oral del Estado de Querétaro dictó sentencia condenatoria en contra el asesino de Athos y Tango.

Benjamín fue sentenciado a 10 años y seis meses de prisión más el pago de una multa por la reparación del daño.

Se trató del primer caso que lleva a una condena por ese delito en México.

En tribunales, le reducen la sentencia a Benjamín

El caso indignó a todo
El caso indignó a todo el país (Facebook/ Athos sar-dog)

El caso, sin embargo, no quedó ahí, comenzó una batalla en los tribunales que retrasó la justicia para Athos, Tango y Balam.

Primero, Benjamín interpuso un recurso de apelación, que le fue negado por la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Querétaro, confirmando la sentencia en su contra.

Luego, presentó una demanda de amparo ante la decisión de la Sala Penal. Como respuesta, el Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Vigésimo Segundo Circuito le concedió el amparo al asesino de los perros rescatistas.

En su decisión, el tribunal colegiado ordenó que se emitiera una nueva sentencia contra Benjamín considerando que se cometió un solo delito y no tres. Ya que si bien hubo tres resultados diferentes –dos muertes y una lesión–, estos derivan de una misma acción –la colocación de las salchichas envenenadas–.

Además, descartó el agravante de “métodos crueles” que se añadió al caso bajo el argumento que el delito per se ya lo incluía y agregarlo significa una doble punición.

También señaló que la pena condenatoria contra el agresor no podrá exceder los cinco años, es decir, que tendría que ser reducida a más de la mitad, porque la sentencia original no respeta el principio de proporcionalidad.

Por si fuera poco, el tribunal colegiado ordenó que se recalculara el monto de la multa por reparación del daño incluyendo criterios específicos como el costo de adquisición, entrenamiento, alimentación, y atención veterinaria de los animales.

SCJN resuelve el caso

El caso dejó un precedente
El caso dejó un precedente en materia de combate al maltrato animal (Imagen Ilustrativa Infobae)

Claramente inconforme con la decisión, Edgar interpuso un recurso de revisión provocando que el caso llegara hasta la Primera Sala de la SCJN.

La Corte rechazó varias de las decisiones que había tomado el tribunal colegiado, pero también estuvo de acuerdo con otras.

Por ejemplo, consideró que el agravante de “métodos crueles” era válido y no violaba el principio de doble punición, ya que no se está castigando dos veces por el mismo delito, sino que se está señalando que –como lo dice su nombre– hubo un nivel de gravedad en los hechos y justifica una pena más alta.

Sin embargo, coincidió con el tribunal colegiado que se trataba de un solo delito y no tres como se consideró en la sentencia original.

Sobre el límite de cinco años de prisión para Benjamín, la SCJN no cuestionó la decisión del tribunal colegiado, pero enfatizó que en la condena se debe considerar la agravante de “métodos crueles”.

La Corte también coincidió en cuanto a la revisión del monto de la multa de reparación del daño, pero eso sí, precisó que no podría ser mayor a la cantidad fijada originalmente.

Finalmente, el 30 de octubre del 2024, más de tres años después de los hechos, la SCJN revocó la sentencia del tribunal colegiado y ordenó que se realizara una nueva condena contra Benjamín por el ataque contra Athos, Tango y Balam.