Seis acciones poco conocidas, pero útiles para combatir la resistencia a la insulina

Aunque estas medidas no sustituyen un tratamiento médico, pueden ser complementarias a favor de la salud cardiovascular

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Estas medidas son de ayuda
Estas medidas son de ayuda para combatir la resistencia a la insulina. Foto: (Jesús Tovar Sosa/Infobae)

La resistencia a la insulina, un problema metabólico que afecta a millones de personas en todo el mundo, puede ser abordada mediante estrategias respaldadas por la ciencia que van más allá de los tratamientos convencionales.

Según un análisis basado en investigaciones científicas, existen seis acciones poco conocidas que podrían marcar una diferencia significativa en la mejora de la sensibilidad a la insulina y el control de los niveles de glucosa en sangre.

Una de estas estrategias es el ayuno nocturno prolongado, también conocido como alimentación con restricción de tiempo. Este enfoque consiste en consumir alimentos dentro de una ventana de ocho a 10 horas y dejar un periodo de ayuno de al menos 12 a 14 horas durante la noche.

De acuerdo con estudios como el de Sutton, esta práctica no solo mejora la sensibilidad a la insulina, sino que también reduce los niveles de glucosa y promueve la autofagia, un proceso celular que contribuye a la regeneración y limpieza interna del organismo. Lo más destacable es que estas mejoras metabólicas pueden observarse incluso sin una pérdida de peso significativa.

Estas medidas pueden ayudar a
Estas medidas pueden ayudar a reducir los niveles de glucosa en sangre. (iStock)

Otra herramienta útil es el consumo de canela de Ceilán, una especia rica en compuestos bioactivos que favorecen la acción de la insulina. La dosis recomendada, según investigaciones como las de Kirkham, oscila entre media y una cucharadita diaria, que puede añadirse a alimentos o bebidas.

Los estudios han demostrado que esta especia puede reducir la glucosa en ayunas y disminuir la resistencia a la insulina, lo que la convierte en un complemento accesible y efectivo para la dieta.

El entrenamiento respiratorio o diafragmático también se presenta como una opción prometedora. Estas técnicas, que incluyen ejercicios de respiración profunda y controlada, son comunes en disciplinas como el yoga o la fisioterapia respiratoria.

Este tipo de entrenamiento ayuda a reducir los niveles de cortisol, una hormona del estrés, y mejora el control del sistema nervioso autónomo, aspectos clave para la regulación de la insulina y la homeostasis glucémica.

La terapia de luz natural por la mañana es otra estrategia respaldada por la ciencia. Consiste en exponerse a la luz solar entre las 7:00 y las 10:00 horas durante un periodo de 10 a 20 minutos.

Esta práctica ayuda a regular los ritmos circadianos, lo que, a su vez, mejora la calidad del sueño y reduce la resistencia a la insulina. Investigaciones como las publicadas en Cipolla-Neto han señalado que las alteraciones en los ritmos circadianos están directamente relacionadas con problemas en la sensibilidad a la insulina.

Por otro lado, la exposición al frío, ya sea mediante duchas frías o baños contrastantes, ha mostrado beneficios metabólicos significativos. Este método estimula la activación de la grasa parda, un tipo de tejido adiposo que quema glucosa y mejora el metabolismo.

Estas medidas se deben complementar
Estas medidas se deben complementar con otras prácticas tradicionales como prácticas ejercicio y reducir el consumo de azúcar. (Freepik)

Según los especialistas, la activación de esta grasa contribuye a una mejor homeostasis de la glucosa, lo que podría ser especialmente útil para quienes buscan alternativas no farmacológicas para manejar la resistencia a la insulina.

Finalmente, la optimización de los niveles de magnesio y zinc se destaca como una medida esencial. Estos minerales son cofactores fundamentales en la señalización de la insulina y el metabolismo de la glucosa.

Estudios publicados en Barbagallo y Ranasinghe han demostrado que niveles bajos de magnesio y zinc están asociados con una mayor resistencia a la insulina, mientras que su suplementación bajo supervisión médica puede generar mejoras clínicas significativas.

Estas seis acciones, respaldadas por investigaciones científicas, ofrecen alternativas prácticas y accesibles para combatir la resistencia a la insulina. Aunque no sustituyen los tratamientos médicos tradicionales, pueden complementar de manera efectiva las estrategias existentes para mejorar la salud metabólica.