Qué dice la Psicología de las personas que les gusta presumir logros ajenos

Relacionada con un trastorno de personalidad, esta estrategia de admiración deshonesta esconde diversas inseguridades y construye una falsa autoimagen

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Este trastorno, asociado a una
Este trastorno, asociado a una falsa sensación de superioridad, puede esconder una búsqueda intensa de aprobación externa a cualquier costo. (Shutterstock)

En la vida cotidiana, es común encontrarse con personas que constantemente presumen logros que no les pertenecen, ya sea hablando del éxito de un familiar, apropiándose del trabajo de un colega o exagerando su rol en situaciones ajenas. Este tipo de comportamiento los convierte en foco de atención, no obstante, en muchos casos, suele generar incomodidad y, aunque a primera vista parece una simple necesidad de reconocimiento o una forma de orgullo mal canalizado, está vinculado con rasgos de personalidad más profundos, como el narcisismo.

Generalmente, las personas que padecen el trastorno de personalidad narcisista experimentan frustración e insatisfacción cuando no reciben un trato especial o la admiración que consideran merecida, lo que muchas veces termina por generarles dificultades en distintas áreas de la vida, como las relaciones personales, el entorno laboral, el desempeño académico o incluso la gestión de asuntos financieros.

De acuerdo con el centro médico estadounidense Mayo Clinic, este trastorno, que afecta principalmente a hombres y suele manifestarse desde la adolescencia o la adultez temprana, se caracteriza por una sensación desproporcionada de superioridad y una necesidad constante de validación.

En este contexto, la psicóloga Alicia Garrido Martín, especializada en psicoterapia y neuropsicología, explica que las personas que presumen logros ajenos suelen buscar una validación externa que no logran obtener de su propia realidad. Según Garrido, estas “alegrías falsas” tienen una duración limitada, ya que no están basadas en experiencias auténticas. Dicho comportamiento, señala la experta, en el fondo, más que convencer a los demás, estas personas buscan persuadirse a sí mismas de que son dignas de admiración.

El narcisismo y la hipocresía

La envidia no nace solo
La envidia no nace solo del deseo de tener lo que otro posee, sino del temor de no ser capaz de lograrlo por uno mismo.

De manera más profunda, la plataforma Therapyside detalla que las personas con rasgos narcisistas suelen atribuirse los logros de otros como una forma de alimentar su autoimagen. Para ellos, sentirse especiales y superiores no es un deseo ocasional, sino una necesidad constante que define su identidad. Cuando no cuentan con logros propios que consideren suficientes, recurren a los éxitos de otros para proyectar una imagen de superioridad ante los demás, lo que les permite mantener una fachada de grandeza y les ayuda a ocultar inseguridades profundas.

Aunque los narcisistas suelen proyectar una gran confianza, en realidad su identidad puede ser frágil y depender en gran medida de la aprobación externa, por ello, apropiarse de lo ajeno les permite construir una narrativa en la que siempre son perfectos, incluso si la realidad es contraria.

Según Therapyside, también puede estar motivado por una competencia encubierta, por sentimientos de envidia hacia los logros de otras personas e incluso estar relacionado con la hipocresía, especialmente cuando hay una gran diferencia entre lo que la persona dice o aparenta, y lo que realmente hace o siente. De acuerdo con la psicóloga Martha Guerri, de la Clínica Fertty, la hipocresía no se considera una patología, sino una cualidad que la sociedad fomenta.

Aunque es común que se confunda con el narcisismo, ya que algunos suelen ser hipócritas, no es lo mismo. En este caso, únicamente se refiere a la acción de fingir sentimientos que no se experimentan realmente con el propósito de engañar o manipular a otros, es decir, adular para generar una buena impresión.

Qué otros factores motivan este comportamiento

La hipocresía puede ocultarse detrás
La hipocresía puede ocultarse detrás de un discurso correcto, pero siempre termina revelándose en las acciones.

Relacionado con ello, un artículo publicado en la revista académica de la UNAM, Acta de Investigación Psicológica, analiza el concepto de “Manejo de la Impresión” (MI), definido como el proceso intencional de crear una imagen favorable ante los demás.

Aunque este proceso no siempre es negativo, puede estar influido por factores psicológicos como la necesidad de aprobación social, la regulación emocional y el locus de control. Este último, según el artículo, se refiere a cómo las personas atribuyen la responsabilidad de los eventos que les ocurren. En un locus de control interno, los individuos consideran que sus logros son resultado de sus propias acciones y características personales. En cambio, en un locus de control externo, atribuyen sus éxitos a factores externos como la suerte, la ayuda de otros o el destino.

En el caso de quienes presumen logros ajenos, el locus de control externo puede jugar un papel importante, ya que estas personas tienden a depender de factores externos para definir su valor y éxito, un comportamiento vinculado a una necesidad de reconocimiento que no logran satisfacer a través de sus propios esfuerzos.

Al respecto, la psicóloga Jennifer Delgado Suárez aborda este fenómeno señalando que las personas que alardean de logros, ya sean propios o ajenos, suelen hacerlo para llenar vacíos en su identidad, ya que se relaciona con el deseo de destacar o de compensar una sensación de insuficiencia personal.