Cuatro hábitos alimenticios que ayudan a prevenir cálculos en los riñones

Una buena alimentación es esencial para mantener el organismo en óptimas condiciones, incluyendo a la salud renal

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Una buena alimentación podría ser
Una buena alimentación podría ser la clave para mantener la salud renal en óptimas condiciones. Foto: (Jesús Tovar Sosa/Infobae)

La formación de cálculos renales, también conocidos como piedras en los riñones, es un problema de salud que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque existen diversos factores que contribuyen a su aparición, los hábitos alimenticios desempeñan un papel crucial en su prevención.

Según informó un análisis basado en estudios clínicos y publicaciones médicas, adoptar cambios simples en la dieta puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar estas dolorosas formaciones.

De acuerdo con la información consultada por este medio, la mayoría de los cálculos renales están compuestos de oxalato de calcio, aunque también pueden formarse de ácido úrico, estruvita o cistina.

La hidratación, el pilar fundamental

Mantenerse bien hidratado es la medida más importante para prevenir los cálculos renales. Según estudios citados, como el publicado en el New England Journal of Medicine en 1993, las personas con antecedentes de cálculos que aumentaron su ingesta de agua a más de dos litros diarios lograron reducir el riesgo de recurrencia en un 50%. Este efecto se debe a que un mayor volumen de líquidos diluye la orina, lo que disminuye la concentración de minerales como el calcio, el oxalato y el ácido úrico, que son responsables de la formación de piedras.

La recomendación médica sugiere consumir un aproximado de dos litros de agua al día, ajustando esta cantidad según el nivel de actividad física y las condiciones climáticas. En climas cálidos o en situaciones de sudoración excesiva, es necesario aumentar la ingesta. Además, se aconseja añadir limón al agua, ya que este aporta citrato, un compuesto que actúa como inhibidor natural de los cálculos renales al alcalinizar la orina.

Por otro lado, el Clinical Journal of the American Society of Nephrology advirtió que las bebidas azucaradas y las colas pueden incrementar el riesgo de formación de cálculos, por lo que deben evitarse en la medida de lo posible.

Los cálculos renales son excesivamente
Los cálculos renales son excesivamente dolorosos, por lo que los especialistas optan por tomar medidas para evitar su aparición. (Freepik)

Reducir el consumo de sal para proteger los riñones

El exceso de sodio en la dieta es otro factor que contribuye a la formación de cálculos renales, especialmente los compuestos de oxalato de calcio. Según un estudio publicado en el Journal of Urology en 1994, las dietas bajas en sal, combinadas con un bajo contenido proteico, lograron reducir significativamente la excreción de calcio en la orina, disminuyendo así el riesgo de formación de piedras en hombres con hipercalciuria idiopática.

La recomendación general es limitar el consumo de sal a menos de cinco gramos al día, lo que equivale aproximadamente a una cucharadita. Para lograrlo, se sugiere evitar alimentos procesados como embutidos, snacks, enlatados y sopas instantáneas, que suelen contener altos niveles de sodio. En su lugar, se puede optar por cocinar con hierbas y especias naturales para realzar el sabor de los alimentos sin recurrir a la sal.

Moderar los alimentos ricos en oxalatos

El oxalato es una sustancia que, al combinarse con el calcio en los riñones, puede formar cristales que eventualmente se convierten en cálculos renales. Aunque no es necesario eliminar completamente los alimentos ricos en oxalatos de la dieta, sí se recomienda moderar su consumo, especialmente en personas propensas a desarrollar piedras.

Entre los alimentos con alto contenido de oxalato se encuentran la espinaca, la acelga, la remolacha, el ruibarbo, el chocolate, las nueces, el té negro, el café, la papa dulce y el salvado de trigo. Según una revisión publicada en Mayo Clinic Proceedings en 2006, consumir estos alimentos junto con fuentes de calcio, como yogur o queso, puede ser una estrategia efectiva. Esto se debe a que el calcio se une al oxalato en el intestino, permitiendo que ambos sean eliminados a través de las heces en lugar de llegar a los riñones.

Limitar el exceso de proteínas animales

El consumo elevado de proteínas animales, como carne roja, huevos y mariscos, también está relacionado con un mayor riesgo de formación de cálculos renales. Según el Nurses’ Health Study de Harvard, las mujeres con una dieta alta en proteínas animales presentaron un mayor riesgo de recurrencia de cálculos renales.

Este tipo de dieta puede aumentar la excreción de calcio y ácido úrico, además de reducir el pH de la orina, creando un ambiente favorable para la formación de piedras de ácido úrico. Por ello, se recomienda moderar la ingesta de proteínas animales a un rango de 0,8 a 1 gramo por kilogramo de peso corporal al día. Como alternativa, se pueden incorporar fuentes de proteínas vegetales, como legumbres, quinoa y tofu, que no presentan los mismos riesgos asociados.

Una buena alimentación podría ser
Una buena alimentación podría ser la clave para evitar la formación de estos dolorosos cálculos. crédito Freepik

Además de los hábitos alimenticios, es importante tener cuidado con el uso de suplementos. Según la información consultada por este medio, el consumo excesivo de vitamina C, en dosis superiores a mil miligramos al día, puede convertirse en oxalato, aumentando el riesgo de formación de cálculos. Asimismo, los suplementos de calcio deben tomarse junto con alimentos para evitar que el calcio se acumule en los riñones.

La prevención de los cálculos renales está estrechamente vinculada a cambios simples pero efectivos en la dieta. Mantener una hidratación adecuada, reducir el consumo de sal, moderar los alimentos ricos en oxalatos y limitar las proteínas animales son estrategias respaldadas por investigaciones científicas que pueden marcar una gran diferencia en la salud renal.