¿Por qué se hacen burbujas en el esmalte de uñas?: esta es la explicación detrás del fenómeno

Aunque suele atribuirse la culpa a la calidad del producto, los factores externos son los más determinantes

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Además de mejorar su aspecto,
Además de mejorar su aspecto, la aplicación adecuada de esmalte también refuerza la protección de la uña, ayudando a prevenir la exposición a factores ambientales agresivos. (Freepik)

Pintarse las uñas es toda una experiencia de cuidado personal que resalta la belleza natural de las manos, desde elegir el color perfecto hasta dominar la técnica de aplicación, cada paso en el proceso puede influir en el resultado final, sin embargo, no siempre es tan sencillo como parece.

Uno de los problemas más comunes que surgen al pintarse las uñas son las burbujas que aparecen en el esmalte, un fenómeno habitual que genera gran frustración pero que muchas veces no se comprende cuál es el origen de este detalle.

Aunque algunas personas atribuyen la formación de burbujas al uso de esmaltes vencidos o deteriorados por la exposición a la luz solar, la realidad es que las razones son mucho más variadas, por ejemplo, factores ambientales, como las altas temperaturas, la humedad o incluso corrientes de aire, sin mencionar el estado de la uña.

¿Por qué se hacen burbujas en el esmalte de uñas?

Para evitar burbujas y un
Para evitar burbujas y un secado irregular, es esencial no sobrecargar el pincel con esmalte y utilizar movimientos suaves y controlados durante la aplicación. (Shutterstock)

La formación de burbujas en el esmalte de uñas puede atribuirse a varios factores pero, según la academia de belleza Gonvar, uno de los errores más comunes es agitar el frasco de esmalte de manera vigorosa antes de su uso, pues este movimiento permite que el aire se introduzca en la fórmula, lo que puede generar burbujas al momento de la aplicación.

En lugar de agitarlo, la institución especializada recomienda rodar suavemente el frasco entre las manos para mezclar los ingredientes sin incorporar aire y evitar este problema.

Otro factor importante es el ambiente en el que se aplica el esmalte, ya que un entorno cálido o con alta humedad acelera la evaporación de los solventes del esmalte, lo que favorece la aparición de burbujas, por ello, es preferible realizar la aplicación en un lugar fresco y seco.

La técnica de aplicación también juega un papel crucial, pues cuando se aplican capas demasiado gruesas de esmalte puede atrapar aire entre cada una, lo que trae como resultado burbujas visibles en la superficie. Para evitarlo, la academia Gonvar explica que es mejor optar por capas delgadas y permitir que sequen por completo antes de aplicar la siguiente.

De igual manera, acciones como soplar sobre las uñas recién pintadas o agitar el pincel dentro del frasco introducen aire en el esmalte e incrementa la probabilidad de que se formen burbujas, por ello, es importante manejar el pincel con la mayor suavidad posible dentro del frasco y evitar soplar directamente sobre las uñas, permitiendo que sequen de manera natural.

Cómo evitar que se formen burbujas en el esmalte

Es crucial aplicar el esmalte
Es crucial aplicar el esmalte en tres movimientos básicos: en el centro de la uña y en ambos lados, para obtener una cobertura más completa y evitar el esmalte en las cutículas. (Archivo Infobae)

Según Gonvar, ya que el estado de la uña también es un factor importante para el éxito de una manicura, una preparación adecuada de ellas es esencial, esto incluye limpiarlas y secarlas completamente antes de aplicar el esmalte, eliminando cualquier residuo de aceite o humedad que pudiera interferir con la adherencia del producto.

Para mejorar la cobertura o incrementar la pigmentación, si va a aplicarse más de una capa de esmalte, deben ser delgadas y uniformes, dejando que cada una se seque por completo antes de añadir la siguiente. Además, es importante asegurarse de no tocarlas con algún objeto, pues afectará la textura del esmalte.

Finalmente, el uso de productos de calidad es fundamental, ya que los esmaltes bien formulados y almacenados adecuadamente tienen menos probabilidades de presentar problemas en comparación con los que no. En cuanto a la aplicación, complementar el esmalte con una base protectora y un sellador también ayuda a prevenir burbujas, además de mejorar la durabilidad y el acabado del esmalte.

El tiempo de secado del esmalte varía según el tipo de aplicación, por ejemplo, para una manicura de un solo color, generalmente el esmalte tarda entre siete y diez minutos en secarse, aunque esto puede depender de cada uña; por otro lado, si se trata de un diseño de nail art, el tiempo de secado puede extenderse de diez a quince minutos, aún así, es fundamental respetar este tiempo de espera para asegurar que el resultado final sea satisfactorio y evitar que el esmalte se arruine.

¿De qué está hecho el esmalte de uñas?

Al elegir un esmalte de
Al elegir un esmalte de uñas, es esencial considerar su capacidad para ofrecer un acabado uniforme y duradero, así como su compatibilidad con el tipo de uña y la rutina diaria del usuario. (Shutterstock)

De acuerdo con la revista estadounidense de moda Harper’s Bazaar, el esmalte de uñas está compuesto principalmente por nitrocelulosa disuelta en un solvente, junto con pigmentos, polímeros, resinas y otros ingredientes plastificantes que contribuyen a su durabilidad.

La nitrocelulosa, según la Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos (INCI), se utiliza exclusivamente en productos para uñas debido a su capacidad para formar una película continua sobre la superficie. Según este sistema internacional, este compuesto se obtiene a partir de la celulosa presente en las plantas, que se transforma mediante un proceso químico que incluye ácido nítrico y ácido sulfúrico.

Por otro lado, según el blog especializado Dermotheque, las resinas, por su parte, desempeñan un papel crucial en la fórmula del esmalte, pues mantienen unidos los demás ingredientes y crean una película resistente sobre la uña. Al respecto, detalla que existen dos tipos principales de resinas: las duras y brillantes, como la nitrocelulosa y los polímeros de metacrilato, que se encuentran en mayor proporción en los productos top coat, es decir, una sustancia transparente o mate que se aplica sobre el esmalte de uñas para protegerlo y prolongar su duración; y las resinas más suaves y flexibles, como las de poliéster, que predominan en los productos base coat y favorecen la adherencia del esmalte.

Finalmente, los compuestos, como el fosfato de trifenilo o el benzoato de sacarosa, también son esenciales en la fórmula del esmalte, ya que estos ayudan a mantener la flexibilidad de las resinas, evitando que la película se astille o se rompa.