Cómo identificar a una persona egocéntrica y carente de empatía según la Psicología

Aunque el narcisismo y el egocentrismo suelen confundirse porque ambos comparten una mirada centrada en el individuo, es primordial reconocer sus diferencias

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El egocentrismo, cuando es excesivo,
El egocentrismo, cuando es excesivo, puede transformarse en narcisismo. (iStock)

A diferencia del egocentrismo infantil, que es parte del desarrollo cognitivo normal, en los adultos adopta formas más complejas e implica dificultades para reconocer perspectivas alternativas o empatizar con los demás y, aunque este rasgo no necesariamente indica un trastorno psicológico, puede influir en gran medida en las relaciones interpersonales y en la manera en que una persona interactúa con su entorno.

Desde una perspectiva psicológica, el egocentrismo en adultos se genera a partir de factores como la crianza, experiencias traumáticas, o condiciones subyacentes como el narcisismo. Teorías como la del psicólogo suizo Jean Piaget, sugieren que el egocentrismo disminuye a medida que una persona madura cognitivamente, sin embargo, en algunos casos, persiste como consecuencia de patrones de pensamiento rígidos o por dificultades emocionales.

De acuerdo con Laura Palomares, psicóloga general sanitaria y sexóloga, el egocentrismo se define como la tendencia a priorizar los propios intereses y necesidades, ignorando o desestimando los puntos de vista y deseos de los demás. Aunque erróneamente se ha considerado así, este comportamiento no necesariamente implica aprovecharse de otros, sino simplemente no considerar sus intereses, salvo que esto beneficie directamente al individuo egocéntrico.

Cuáles son los rasgos característicos de un egocéntrico

Los sentimientos de grandeza son
Los sentimientos de grandeza son una característica de los egocentristas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

De acuerdo con el Gabinete Psicológico en Mataró, en España, en las personas con una personalidad egocéntrica se observa una serie de rasgos distintivos que permiten identificarlas, entre ellos, destacan los sentimientos de grandeza y una autoestima desmedida que las lleva a considerarse poseedoras de talentos o habilidades excepcionales que solo pueden ser apreciados por personas con cierto nivel de prestigio.

Esta imagen de autoconfianza generalmente es una fachada tras la que ocultan sus inseguridades, ya que los egocéntricos proyectan una falsa seguridad como mecanismo de defensa, lo que los hace parecer persuasivos, pero en realidad son muy vulnerables.

Relacionado con esta característica, el egocentrismo también se manifiesta en una distorsión de la autoimagen y de la realidad. Según el Gabinete Psicológico en Mataró, los individuos tienden a creer en una versión idealizada de sí mismos y de su entorno, rechazando o ignorando cualquier aspecto que pueda cuestionar su prestigio; esta percepción distorsionada dificulta su capacidad para aceptar críticas o correcciones, lo que los hace hipersensibles a los comentarios que no se alinean con su visión de sí mismos.

Otro rasgo característico es la dificultad que tienen para establecer relaciones interpersonales saludables, pues generalmente estas personas carecen de empatía y por ello tienen problemas para escuchar y comprender a quienes los rodean, además, les resulta complicado reconocer o valorar las emociones y cualidades de las personas a su alrededor.

El egocentrismo en los adultos suele expresarse a través de conductas que reflejan una constante necesidad de atención y validación, por ello, una de sus características principales es la frustración que sienten cuando los demás no están centrados en ellos o en sus intereses. Por ejemplo, cuando alguien comparte un problema personal, el egocéntrico no necesariamente empatiza, sino que espera el momento oportuno para retomar el control del diálogo, volviendo el tema hacia sus propias experiencias o preocupaciones, algo que no implica malicia, sólo una falta de habilidades para salir de su centro emocional y comprender que las interacciones sociales saludables requieren reciprocidad.

Por último, el egocentrismo también se refleja en una constante comparación con otras personas que generan conflictos internos y externos. Según el Gabinete Psicológico en Mataró, estas comparaciones se ven motivadas por la necesidad de reafirmar su superioridad o minimizar las críticas que puedan recibir.

Diferencias entre el narcisismo y el egocentrismo

Las personas narcisistas no solo
Las personas narcisistas no solo buscan atención, sino que tienden a descalificar a los demás para mantener una superioridad. (iStock)

Aunque el egocentrismo y el narcisismo comparten ciertas similitudes, no son términos equivalentes. Según Elisaveta Franzoso, psicóloga especialista en Terapia Gestalt, la principal diferencia radica en la capacidad de reconocer el punto de vista de los demás, es decir, mientras que los egocéntricos son incapaces de considerar perspectivas ajenas, los narcisistas pueden hacerlo, pero simplemente no les importa.

En Psychology Today, el especialista Robert Taibbi explica que, aunque los narcisistas suelen ser egocéntricos, no todas las personas egocéntricas son narcisistas, una diferencia que es importante reconocer, ya que el narcisismo implica un nivel más profundo de manipulación y una visión de los demás como herramientas para satisfacer sus propios deseos.

Según Taibbi, las experiencias de la infancia son un factor que influye significativamente en el desarrollo de estas características, por ejemplo, el especialista detalla que los niños que fueron colocados en un pedestal por sus padres, que recibieron una atención excesiva o que carecieron de disciplina y estructura, tienen más probabilidades de desarrollar rasgos narcisistas, mientras que, en el caso de los hijos únicos, la dinámica familiar puede fomentar un comportamiento más egocéntrico, ya que no tuvieron que enfrentarse a situaciones de compartir o competir con hermanos.

Aunque el egocentrismo y el narcisismo comparten un enfoque en el “yo”, existen diferencias evidentes en la forma en que estas personas interactúan con los demás. Según Psychology Today, las personas egocéntricas muestran empatía en ciertas situaciones, aunque tienden a buscar atención constantemente. En contraste, los narcisistas suelen fingir empatía, pero en realidad, su interés en los demás está condicionado a cómo pueden utilizarlos para reforzar su autoestima o alcanzar sus objetivos. Además, los narcisistas suelen monopolizar las conversaciones, desviándolas hacia sus logros o experiencias, mientras que los egocéntricos pueden esperar, lo que los hace un poco más flexibles en este aspecto.