Ruslana abraza su lado más pop con ‘Ojeras’ sin perder su rebeldía: “Lo que menos me gusta de la industria es que sea un negocio. Es terrorífico. El arte se ensucia”

La extriunfita saca nuevo single siete meses después de estrenar ‘Génesis’, su álbum debut. “Me gustaría que pasaran diez años de carrera, mirar atrás y decir: ‘Es que he hecho de todo, tío’”, cuenta a ‘Infobae España’

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Ruslana. (Universal Music Spain)
Ruslana. (Universal Music Spain)

En noviembre de 2023, antes de entrar en, por ahora, la última edición de Operación Triunfo, la vida de Ruslana Panchyshyna (Ucrania, 2005) era radicalmente diferente a lo que es hoy. Con espíritu rebelde y un aura similar a Avril Lavigne, entró a la academia con las cosas claras. “No quiero ser la próxima Aitana, ni la próxima Amaia, ni la próxima Ana Guerra, yo quiero ser la primera Ruslana”, dijo en su vídeo de presentación. La joven de, para entonces, 18 años que se mudó a Adeje cuando tenía siete, quería ser una estrella del rock: su estética no decía otra cosa. Así pues, en noviembre del año pasado lanzó su álbum debut Génesis (Universal Music Spain, 2024), diez canciones de corte pop con influencias de rock que dejaban hueco también para alguna balada. Siete meses después, la cantante ucraniana ha virado finalmente al pop y como explica a Infobae España, no tiene un porqué: “Ha sido la evolución del personaje”, algo que le apetecía “hacer en el momento”. “Siempre digo que soy muy muy libre, también en el sentido punk de ser joven”. Y no descarta, mismamente, hacer reggaeton (o cualquier otra cosa). “Si mañana me apetece hacer reggaetón lo voy a hacer porque es lo que a mí me pide el cuerpo”, resalta.

Este viernes 20 de junio Ruslana presenta Ojeras, un nuevo capítulo de su currículum como artista, aunque desconoce todavía si formará parte de su nuevo proyecto —“No sé ni lo que va a pasar mañana, así que imagínate”, cuenta en la entrevista—: “Algunos me piden fotos, me conocen de la tele / Otros me ven y me dicen: ‘Oye, no sé ni quién eres’ / Quieren que sea perfecta, esa mierda sí que duele”, dice la letra. Es esa perfección, precisamente, lo que le llevó a dar importancia a la opinión del público general sobre su música, especialmente en su andadura en solitario una vez desligada del concurso de Prime Video.

La cantante recibió críticas por “no ser lo suficientemente rockera” e incluir temas puramente pop como La Balada. “Hay gente que dice que si no se escuchan guitarras saturadísimas no haces rock. Yo no voy a ser ACDC”, dijo en una entrevista publicada el pasado marzo. Ahora, no teme que la critiquen por dar un giro a su género. “Cuando estaba sacando los primeros singles de Génesis, creo que me importaba bastante, no sé si porque también era de las primeras veces que sacaba algo”, relata. A día de hoy no le importa “absolutamente nada”. “Me dejo llevar completamente por los instintos, por lo puro y por lo que a mí me pide el cuerpo”, resalta. “Todas las artistas grandísimas que he admirado han tenido eras completamente diferentes. Me gustaría que pasaran diez años de carrera, mirar atrás y decir: ‘Es que he hecho de todo, tío’.

Portada de 'Ojeras' (Universal Music
Portada de 'Ojeras' (Universal Music Spain)

Si Ojeras va de algo es sobre encontrar el equilibrio entre la artista y la persona. Ruslana, asegura, lo maneja como puede: “Muchas veces nos llevamos el trabajo a casa y todo se mezcla un poco. Tengo muy pocos años como para tener la respuesta, intento separarlo lo más que puedo”. Por esto mismo, ¿ha sentido alguna vez la necesidad de crearse un personaje para sobrellevar determinadas situaciones? “Es una tentación que siempre existe”, señala. Y lo mismo le ocurre con “crearse una coraza”. Sin embargo, asegura que no es su caso. “Creo que muestro realmente lo que soy en la vida real, aunque no es mentira que cuando salgo al escenario me convierto en artista. Luego en mi casa no soy así”.

El estreno del nuevo tema llega a la vez que es protagonista de la playlist de Glow Spotify (con más de un millón de guardados) en este mes de junio, que el miércoles celebró una fiesta en su honor en la capital y donde cantó el tema en primicia. Además, su cara y su nombre han llegado hasta las emblemáticas pantallas de Times Square en Nueva York y durante varios días, LOKADEMÁS, canción de Génesis incluida en la playlist, ha figurado entre las más virales de Estados Unidos y Canadá. “Es muy fuerte. Ves que de repente llega tu canción a gente del otro lado del charco. No entiendes nada”, apunta, todavía incrédula.

Ruslana en la fiesta GLOW
Ruslana en la fiesta GLOW el miércoles 18 de junio, en Madrid. (PAULA VALLEY)

El síndrome ‘Damiano David’

Ruslana ha sido siempre una fiel seguidora de Måneskin, de los que bebe inspiración. El grupo, por ahora difunto, ha vuelto a estar en boca de todos —si es que alguna vez se fue— debido a la nueva imagen de su vocalista Damiano David (Roma, Italia, 1999), que el pasado 16 de mayo estrenó álbum debut en solitario Funny little fears. Si durante su etapa en el grupo predominaba el maquillaje, lo extravagante y como se refería previamente Ruslana, las guitarras estridentes, Damiano se ha convertido en algo así como el yerno perfecto. No hay rastro de rock en sus canciones, solo un pop que muchos han comparado con Harry Styles. “Es un pavo que no le va a obligar nadie a hacer absolutamente nada. Y él muy bien lo dice. Está en una época de su vida que quiere hacer esto. Yo me baso un poco en esa filosofía”, señala la cantante, que en septiembre cumple 20 años. “Las cosas no se mueven por dinero. La industria es un negocio, pero no va por ahí la cosa. Uno evoluciona, tiene cambios, a veces puede retroceder también y volver al inicio. Estas cosas nunca se sabe”.

Cuando estaba en el grupo, Damiano David gritó “¡Ucrania libre, que se joda Putin!“, en medio de su presentación en el icónico festival Coachella, en 2022. En otra ocasión, también criticó que le parecía “antiartístico” que los músicos se mantuvieran neutrales ante ciertos aspectos por miedo a perder seguidores. Entre medias de la entrevista, la benjamina no se corta. “¿Qué es lo peor o lo que menos te gusta de dedicarte a la música?“, inquiere este medio. No lo duda: ”Que sea un negocio, es terrorífico", y se explaya: “A veces el arte se ensucia un poco, pero creo que a pesar de pensar eso, voy nadando con la corriente. Aunque tenga un discurso un poco antisistema, no soy nadie para cambiar absolutamente nada de este mundo”.

Ruslana

Esta línea sigue con Eurovisión. La cantante casi representa a Bielorrusia en Eurovision Junior en 2017, cuando tenía 12 años. No es ninguna desconocedora del formato. “Yo lo que quiero es ir a Eurovisión, no al Benidorm Fest, pero bueno, es un trámite”, admitió a este medio el pasado noviembre. En cuestión de un par de meses su opinión ha cambiado. “Creo que, para empezar, no es el momento ni de ir a Eurovisión. Es un concurso que me hace mucha ilusión, lo he vivido con muchísimos nervios, felicidad e ilusión siempre, pero ha cambiado”, y no quiere hablar sobre la preselección de la que se encarga Televisión Española. “Mi opinión sobre el Benidorm Fest creo que me la voy a guardar. Y sobre Eurovisión, creo que está claro”, sentencia.

En estos meses desde la salida de su debut, no ha parado quieta. En marzo de este año publicó Egoísta, una colaboración con Pablo Rouss, colaborador habitual de la artista en composición y producción y que también fue jurado de su edición. Ese mismo mes también vio la luz el control, tema que primero puso a prueba en directo en sus conciertos y que grabó en versión estudio. No ha sido el caso de Otra vez, que por ahora no tiene intención de salir. “Es material de show. Me dio la gana de hacer una tremenda coreo con mis amigas y pasárnoslo bien en el escenario. Creo que se queda un poco ahí. Ahora mismo estoy en otra onda”. En noviembre pasado ganó el premio Artista Revelación en LOS40 Music Awards 2024 y hace unas semanas estuvo nominada a Mejor Álbum Pop por la Academia de la Música.

La vida de Ruslana no es la misma que hace un año y medio. ¿Cómo lo digiere? “Me encantaría darte una respuesta superguay y filosófica. Tengo 19 años y no sé ni lo que está pasando con mi vida. Lo llevo lo mejor que puedo y lo hago lo mejor que puedo”. “Simplemente a veces quiero irme a tomar un vino con mis amigas y que me cuente el chisme de quien se ha liado con quién.”

Su aspiración es vivir. “Quiero no bajarme nunca del escenario. Vivir la vida como la estoy viviendo, vivir muchas cosas mientras pueda y mi cuerpo me lo permita y cuando sea mayor, pues tener muchas mascotas y una casa muy grande y muy bonita”. Su vida habrá cambiado mucho. También habrá aparcado un poco el rock, pero su rebeldía sigue igual que el primer día.