La película casera de Ana de Armas en España antes de ir a Hollywood: una obra de terror sin presupuesto en la que le quitaban la pelusilla del ombligo

La actriz, antes de convertirse en una intérprete de éxito en los Estados Unidos, pasó una mala época en España por la falta de papeles y de oportunidades

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Ana de Armas en la
Ana de Armas en la premiere en Los Angeles de la película 'Ballerina' REUTERS/Mario Anzuoni

Ana de Armas se ha convertido en una de las actrices más solicitadas en Hollywood. Acaba de estrenar Ballerina, un ‘spin-off’ dentro del universo de John Wick en la que interpreta a la letal asesina Eve Macarro, adiestrada por la misma organización que se hizo cargo del personaje que encarnó en la saga Keanu Reeves.

Su periplo internacional comenzó gracias a Manos de piedra, un biopic sobre un boxeador panameño en el que compartió protagonismo con Edgar Ramírez y Robert de Niro. Se fue a Los Angeles sin saber prácticamente inglés, pero eso no le impidió ir dando forma a sus sueños.

Después llegaría Juego de armas, de Todd Philips (director de Resacón en Las Vegas y Joker) y superproducciones como Blade Runner 2049, que contribuyeron a respaldar su presencia.

Ana de Armas protagoniza 'Ballerina', nueva entrega de la saga 'John Wick': "Los retos son lo mío", ha asegurado la actriz, "es una película muy compleja con la acción y a la vez muy emocional". Además, el actor Keanu Reeves ha confesado cómo ha sido trabajar con Ana de Armas.

Su consagración llegaría gracias a la película coral Puñales por la espalda, por la que conseguiría su primera nominación a los Globos de Oro y, sobre todo, por Blonde, en la que encarnó el papel de Marilyn Monroe de acuerdo a la novela de Joyce Carol Oates y por la que fue nominada a los Oscar.

Sí, también fue chica Bond en Sin tiempo para morir y protagonizó el hit de Netflix El agente invisible.

Su crisis interpretativa antes de irse a Hollywood

Sin embargo, antes de esta trayectoria fulgurante, Ana de Armas no pasaba precisamente por su mejor momento profesional. En España, después de su papel en la serie El internado, nadie la tomaba en serio, no le llegaban papeles interesantes más allá del de mujer objeto.

Su momento más bajo surgió a partir del estreno Por un puñado de besos, que fue masacrada por la crítica en el Festival de Málaga. Pero antes, había rodado una película en la que sí había demostrado sus habilidades como intérprete. Se llamaba El callejón y era un filme de terror dirigido por Antonio Trashorras (guionista de El espinazo del diablo, de Guillermo del Toro).

Trashorras se convirtió, a partir de ese momento, casi en una figura paterna que la acompañó en ese último año que estuvo en España antes de irse definitivamente a Hollywood.

Antonio Trashorras dirigió a Ana
Antonio Trashorras dirigió a Ana de Armas en 'El callejón' y después en 'Anabel'

Por esa razón, antes del rodaje de Manos de hierro, la actriz accedió a hacer una película casera con Antonio Trashorras. Casera en toda la dimensión de la palabra, porque se rodó en la propia casa del director.

Era 2015, hace justamente diez años y, por esa época, comenzaron a proliferar las películas ‘low cost’, de bajo o ínfimo presupuesto, sobre todo a partir de Gente en sitios (2013), de Juan Cavestany y del proyecto Little Secret Films, auspiciado por Pablo Maqueda (La desconocida) y que daría lugar a un grupo de películas firmadas por autores que nos llevaban desde Chema Garcia Ibarra a Borja Crespo, Jordi Costa o Jimina Sabadú.

‘Anabel’, su pequeña película de culto

La película en cuestión se llamaba Anabel y se rodó en unos pocos días de la manera más precaria que se pueda imaginar. Eso no fue impedimento para que Ana de Armas inundara con su espíritu entusiasta cada una de las jornadas.

¿De qué iba? Dos compañeras de piso (Ana de Armas y Rocío León), se veían obligadas a alquilar la habitación que les quedaba en el piso donde vivían después de la desaparición, en extrañas circunstancias, de su amiga Anabel.

El elegido para ocupar el lugar de la muchacha será un señor mayor (Enrique Villén) que comenzará a ejercer una malévola influencia sobre ellas. A partir de que este hombre entre en la casa, comenzarán a sucederse fenómenos extraños y bastante morbosos (como que recolectara la pelusilla del ombligo de Ana de Armas para rituales satánicos).

Anabel se presentó en el Festival de Sitges cuando Ana de Armas ya había volado a Hollywood y actualmente se puede ver en Filmin, como recordatorio de su humildad y compromiso con el cine sea de la estirpe que sea.