El actor Tom Hardy, “profundamente afectado” tras su último paso por el rodaje: “Acabo de darme cuenta”

El intérprete ha revelado en una entrevista lo difícil que puede ser desconectar de su trabajo una vez debe dejar de interpretar a sus personajes

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En la imagen, el actor
En la imagen, el actor británico Tom Hardy. (EFE/Will Oliver/Archivo)

El método Stanislavsky ha sido una de las formas de trabajar más influyentes en la historia de la actuación, la cual ha cambiado por completo la manera en que los actores se preparan para interpretar sus roles. Este enfoque, basado en la idea de conectar profundamente con las emociones y vivencias del personaje, anima a los actores a sumergirse completamente en su rol, viviendo y experimentando sus circunstancias y emociones de manera auténtica.

Sin embargo, esta intensa inmersión puede tener consecuencias significativas en la vida personal del actor, ya que la constante absorción de sentimientos ajenos puede afectar su estabilidad emocional, alterar sus relaciones interpersonales e incluso poner en riesgo su bienestar psicológico. De hecho, para algunos actores esto puede ir más allá si, en el camino, se someten a intensos -y hasta peligrosos- cambios físicos que pueden modificar también su apariencia, hasta el punto de no saber identificarse a sí mismos una vez concluido el rodaje.

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Sobre estas dificultades se ha pronunciado recientemente el actor británico Tom Hardy, conocido mundialmente por sus papeles en películas como El renacido o Mad Max: Fury Road. Y es que, desde sus pequeñas apariciones en títulos como Hermanos de sangre o Black Hawk derribado, su entrega para interpretar a sus papeles ha sido total. De hecho, el actor ha sufrido hasta lesiones debido a la exigencia física de algunos de sus papeles. Y eso, claro, dejando a un lado el aspecto psicológico.

Llevarse el personaje a casa

Es a raíz de esto que, en una improvisada entrevista con la revista Elle, le preguntan si es “difícil” abandonar a los personajes una vez acaba su jornada o si, por el contrario, se los acaba llevando a su casa. “Es difícil despegarse del todo”, reconoce él. “Hay un periodo de descompresión para volver a la vida civil y familiar”.

Su mujer, la actriz Charlotte Riley, quien esta presente en la entrevista, señala también que “algunos personajes son más agradables para tener en casa que otros”. Al fin y al cabo, Hardy ha interpretado a personajes tan oscuros como el boxeador Bronson o el malvado villano de Batman, Bane, por no hablar del famoso rey del contrabando, Al Capone.

“De hecho, acabo de darme cuenta”, continúa el actor sobre este tema. “Llevamos seis meses sin nada que hacer más que preparar el siguiente proyecto, estar en casa y ser una familia, y me di cuenta de lo profundamente afectado que puede dejarte un personaje y de cuánto trabajo requiere simplemente estar en casa y estar presente”.

Trabajo por todas partes

Lo cierto es que Hardy ha tenido una época de mucho trabajo en los últimos años. Tras figurar como uno de los personajes principales en Bikeriders. La ley del asfalto, culminó su historia con Venom en El último baile. En abril de este año, además, ha estrenado Estragos, la película en la que interpreta a un policía buscando a un niño por toda una ciudad corrupta.

Uno de los personajes más complejos y populares de Marvel asume el protagonismo cuando Eddie Brock (Tom Hardy) se convierte en el anfitrión del simbionte alienígena conocido como Venom. (Sony Pictures)

Por último, desde esta misma semana podemos ver en SkyShowtime su nueva serie, Tierra de Mafiosos, que de la mano del famoso director Guy Ritchie nos traslada a un Londres dominado por dos familias criminales enfrentadas. Es en este contexto donde Harry Da Souza (Tom Hardy), un matón de la calle, se ve en un fuego cruzado que hace peligrar su propia vida y la de quienes más quiere.