Las confesiones de una sociópata: “Soy una criminal sin antecedentes y nunca me he arrepentido”

La psicóloga Patric Gagne firma uno de los libros del año hablando de su propia vida, marcada por la necesidad de comprender su propia “oscuridad”

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Patric Gagne, autora de 'Sociópata.
Patric Gagne, autora de 'Sociópata. Unas memorias'. (Stephen Holvik)

En el año 1782 saldrían a la luz las Confesiones de Jean-Jacques Rousseau. El filósofo suizo, autor de El contrato social y uno de los mayores pensadores sobre cómo y por qué los seres humanos vivimos en sociedad, había escrito páginas y páginas sobre su vida privada que no verían la luz hasta después de su muerte. “Quiero mostrar a mis semejantes un hombre en toda la verdad de la Naturaleza y ese hombre seré yo”.

Las Confesiones de Rousseau sentaron las bases de un género que hoy conocemos como autobiografía y que ha evolucionado mucho. Tanto, que dos siglos más tarde se ha publicado otro libro escrito por una persona cuya naturaleza supone, precisamente, un verdadero reto para cualquier forma de sociedad. “Me llamo Patric Gagne y soy sociópata”: así empieza Sociópata (Editorial Planeta), de Patric Gagne. Una historia real sobre la vida de una mujer que, durante mucho tiempo, ha pasado desapercibida, y que hoy firma, para medios como The Guardian o Cosmopolitan, el libro del año.

¿Qué es un sociópata?

Esa fue la pregunta que Patric Gagne hizo la primera vez que oyó esa palabra. No fue casualidad que lo escuchara en una cárcel, y que este término se usara para referirse a algunos de los presos más peligrosos del centro penitenciario. Y muy pronto, empezó a preguntarse si ella era como ellos.

La sociopatía, tal y como aparece definida en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, es “una afección mental por la cual una persona tiene un patrón prolongado de manipulación, explotación o violación de derechos de otros sin ningún remordimiento”. Cuando nosotros intentamos definirlo, es difícil que no pensemos en asesinos en serie, en multimillonarios sin escrúpulos, en malas personas, malas de verdad.

Con todo, lo cierto es que este tipo de relaciones son solo fruto de los prejuicios. Para empezar, a día de hoy la sociopatía no es, ni siquiera, un término que tenga vigencia en el ámbito clínico. Actualmente, se incluye dentro de lo que se conoce como un tipo específico de psicopatía en el que la persona es capaz de aprender las emociones, aunque su entorno haya provocado que sienta en menor intensidad cuestiones como la culpa o la empatía.

“Mientras el psicópata nace así, el sociópata va formando su perfil con la experiencia que le va dando la vida”, se explica en un artículo publicado en la web de la universidad Europea. Un sociópata, al igual que un psicópata, puede estar integrado en la sociedad. Es más, en muchas ocasiones somos nosotros mismos, y la sociedad en su conjunto, quienes pueden amenazar la estabilidad y la salud mental de todas aquellas personas diferentes.

Cubierta de 'Sociópata', las memorias
Cubierta de 'Sociópata', las memorias de Patric Gagne. (Planeta)

“Me mezclo bien entre la gente”

Las memorias de Patric muestran que ella no eligió ser como era. Simplemente, en un determinado momento se dio cuenta de que no era como los demás: hacía cosas malas y no se arrepentía, y las emociones que sentía no aparecían de la misma manera que en las personas de su entorno. Cuando se murió su mascota, por ejemplo, su hermana lloró durante días. A ella, en cambio, no le importó.

Aunque, quizá, la mejor manera de contarlo sería decir que a Patric no le pudo importar. “Yo no soy mala, es que me han dibujado así”, leemos en el libro en referencia a una frase de Jessica Rabbit. En sus memorias, se puede ver cómo sus compañeros de colegio, sus parejas o incluso sus familiares siempre le exigieron ser distinta a como había nacido. “Qué bien sienta sentir”, piensa por dentro la pequeña en un momento de calma.

Al no cumplir con esas expectativas, al no lograr esa “normalidad”, va experimentando el rechazo de todos quienes le rodean, algo que, en cierto modo, la acaba empujando a no poder controlar sus peores impulsos. “Soy una criminal sin antecedentes”, confiesa. A lo largo de sus memorias, asistimos a cómo, una y otra vez, es incapaz de cumplir las normas que la sociedad impone. “Soy una maestra del disfraz. Nunca me han pillado. Nunca me he arrepentido. Me mezclo bien entre la gente”.

Patric Gagne, autora de 'Sociópata'. (Planeta)

“He escrito este libro porque no estoy sola”

¿Qué diría Rousseau después de leer las confesiones de una sociópata? Seguramente, se sorprendería al descubrir que, como Patric, hay 15 millones de personas con trastorno de personalidad antisocial solo en Estados Unidos. En España hay cerca de cuatro o cinco millones, según datos publicados por Iñaki Piñuel, profesor de la universidad de Alcalá de Henares y autor del libro Amor Zero. Cómo sobrevivir a los amores con psicópatas (La Esfera de los Libros).

Es más, según este mismo experto, la gran mayoría de psicópatas y sociópatas viven fuera de la cárcel y, lo más importante, pasan totalmente desapercibidos. Patric, por ejemplo, está casada y es madre, tiene amigas, mascotas, un coche... todo lo que cabría imaginar en una vida normal. No solo eso, sino que, además, precisamente por la vida que explica en sus memorias, ha acabado doctorándose en Psicología Clínica y ejerciendo de activista para defender a aquellas personas con trastornos sociopáticos, psicopáticos y antisociales. “He escrito este libro porque sé que no estoy sola”.

En una entrevista con El País, Patric Gagne explica que, a lo largo de su infancia, el miedo al rechazo fue generando un omnipresente miedo al rechazo. “De niña, ocultaba mi verdadero yo para encajar, pero una vez acepté que no necesitaba ser como los demás, la ansiedad desapareció”. Conocerse y aceptarse a sí misma le permitió, también, comenzar a entender los sentimientos y los pensamientos de los demás. “La humanidad es diversa, y la comprensión mutua beneficia a todos, independientemente de la capacidad emocional”.

De hecho, llegar a esta conclusión le ayudó a comprender que en las personas “neurotípicas”, la falta de empatía o la hipocresía moral también están a la orden del día. “He decidido compartir mi experiencia porque saca a la luz una verdad que nadie quiere admitir”, escribe en el libro, “que la oscuridad acecha en los lugares más insospechados”.