Bruselas, 19 jun (EFECOM).- Las empresas públicas belgas de transporte STIB, De Lijn y TEC realizarán pruebas el próximo otoño en la ciudad de Lovaina (este) con dos minibuses autónomos de la marca china WeRide con capacidad para entre 10 y 20 personas.
"Vamos a probar dos lanzaderas autónomas en un entorno muy interesante como es la ciudad de Lovaina. Con muchos ciclistas, peatones, vehículos, repartos, etc, es realmente un laboratorio excelente para ver si la tecnología en 2025 está lo bastante madura", explicó a la radiotelevisión pública RTBF el responsable de estrategia e innovación de la STIB, Mathieu Nucaise.
El director de esa empresa que gestiona el transporte público en Bruselas, Brieuc de Meeûs, se mostró convencido de que el futuro del transporte público será autónomo porque "la tecnología empieza a madurar" respecto a otras lanzaderas ensayadas sin éxito en 2019.
Aún quedan "muchas incógnitas" por resolver antes de desplegar una flota autónoma de minibuses, pero "será parte del futuro", agregó Nicaise, quien cree que esos vehículos ofrecerán ventajas en términos de seguridad, flexibilidad de la oferta y abaratamiento de costes, lo que permitirá "ofrecer un mejor servicio por un coste menor para la colectividad o hacer más con el mismo presupuesto".
El secretario general de la Asociación Internacional de Transporte Público (UITP), Mohamed Mezghani, añadió en declaraciones a ese mismo medio que cree que "los transportes públicos 'clásicos' seguirán siendo la columna vertebral de la movilidad urbana, complementados por lanzaderas compartidas bajo demanda, que permitan llevar a la gente hacia el transporte principal o cubrir zonas no atendidas".
"Si imaginamos que estos vehículos ya funcionan bien, veremos una transformación en la movilidad, porque el vehículo privado dejará de existir o será muy raro, y compartiremos el transporte. Subiremos a un vehículo como este para ir del punto A al B, y ya está. Habrá muchos menos vehículos porque todos estarán circulando todo el tiempo, con un nivel de ocupación satisfactorio. Así que las ciudades seguramente serán más habitables", apuntó De Meeûs.
Ya hay ciudades europeas que ensayan este tipo de vehículos, como Hamburgo (Alemania), Rotterdam (Países Bajos), Tallín (Estonia) o Ginebra (Suiza), como también lo hacen fuera de Europa urbes como Pekín y Shanghai en China o San Francisco en Estados Unidos.
La Unión Europea no dispone aún de legislación que regule el empleo de vehículos que funcionen íntegramente sin conductor, aunque sí dispone de un marco general para autonomías parciales.
La Comisión Europea está trabajando en ampliar la normativa y, en paralelo, quiere impulsar zonas de pruebas transfronterizas.
El Ejecutivo comunitario se comprometió el pasado marzo, al presentar un plan para apoyar a la industria de la automoción, a "promover la conducción autónoma y estimular el mercado único de los vehículos autónomos".
"La tecnología de conducción autónoma será un factor determinante clave para la competitividad y representará una parte importante del valor añadido futuro. Se estima que podría generar un valor añadido para el sector del automóvil a escala mundial de hasta 400.000 millones de euros de aquí a 2035", indicó entonces la Comisión Europea. EFECOM