Madrid, 31 may (EFE).- Las pantallas se han introducido en la vida de jóvenes y adultos como si fuera una droga y estamos en una fase de negación. De esta forma el doctor Javier Albares, médico especialista en trastornos del sueño y en Neurofisiología Clínica avisa de la necesidad de legislar ante una adicción que está deteriorando la inteligencia de una generación que será 'zombi'.
Así lo explica en su nuevo libro 'Generazión Zombi' (Editorial Península) en el que advierte del perjuicio que ocasionan las pantallas en el cerebro de los niños y adolescentes, en su salud mental y en sus relaciones sociales.
"La tecnología está siendo el gran ladrón de un gran pilar de la salud, que es el sueño", señala Albares en una entrevista con EFE en la que incide en que las pantallas están impactando negativamente en el desarrollo de la neuroplasticidad.
La neuroplasticidad es un mecanismo de construcción dentro de nuestro sistema nervioso que nos permite aprender y crecer continuamente y que hace que los pensamientos y comportamientos en los que nos involucramos más a menudo se fortalezcan, mientras que aquellos que no usamos tanto se debiliten.
En su libro plantea un test para conocer la adicción a los dispositivos con preguntas como "¿cuánto tardas en coger el móvil cuando te levantas por la mañana?" y propone un plan familiar de "desintoxicación", al tiempo que recomienda que de 0 a 6 años el uso de pantallas sea "cero" y a partir de los 12 años de "una hora al día".
"Es la primera vez en nuestra historia que hay una adicción que afecta a todas las generaciones por igual...y es importantísimo saber que desde la paternidad y maternidad podemos hacer algo antes de que se llegue el enganche", señala tras escribir que nos tendríamos que haber informado mejor a la hora de elegir el colegio de los hijos para "darnos cuenta de que su elevado grado de digitalización no era un valor, como nos vendieron".
Albares recalca que los gobiernos deben legislar "bajo la evidencia científica para no quedarse cortos" y limitar el uso de los dispositivos. También para implicar a las empresa tecnológicas.
Pone como ejemplo el tabaco, prohibido su venta a los menores de edad. "Ahora tener Tik Tok da glamour, como antes el tabaco", dice.
El tiempo frente a las pantallas se resta a actividades "importantísimas" en el crecimiento mental y físico, en la creatividad, o en la necesidad de aburrirse, conversa con EFE.
La memoria, la concentración y funciones básicas como el lenguaje, se están deteriorando, argumenta, como así lo refleja el último informe PISA sobre comprensión lectora y matemáticas. En este sentido advierte de que las propias editoriales están utilizando un "vocabulario más fácil" en sus novelas juveniles.
Por otra parte, con informes de expertos en la mano rebate que más horas con pantallas favorezca las competencias tecnológicas reales. "No son tan altas", remarca y explica que el joven que empieza más tarde con el móvil, en poco tiempo alcanza al mismo nivel de competencias que un nativo digital.
"Los informes dicen que los países que más han invertido en digitalización tienen un menor rendimiento", reitera.
El retroceso del coeficiente intelectual es un hecho, dice, tras explicar cómo hasta los años 70 y 80 el nivel de inteligencia crecía a un ritmo de 3 puntos, luego se estabilizó como consecuencia de una mejor salud y alimentación, y empezó a deteriorarse con el uso de internet y la introducción de las pantallas.
Albares apuesta por un uso racional de las pantallas y pide responsabilidad para cuidar las horas de sueño en la infancia y en la adolescencia.
"En los hogares donde no se ponen límites con el móvil al acostarse las ideas suicidas y la depresión aumenta un 25 %", señala.
El ritmo biológico de los adolescentes tiende a retrasarse y va más allá de las 24 horas, por lo que tienen tendencia a acostarse más tarde, explica en el libro donde lamenta el horario escolar temprano.
Cree que las instituciones educativas deberían retrasar la entrada en los colegios para que "coincida con el horario biológico" de los jóvenes.
"Dormir sirve para memorizar" insiste y el sueño "consolida, guarda y procesa" el aprendizaje.
Es un hackeo al cerebro, lamenta tras reivindicar la vuelta a la lectura en papel: "porque leer favorece el éxito académico".EFE