Luna Palma, médica residente de psiquiatría: “Evitar algo alivia el problema a corto plazo, pero a largo plazo lo mantiene o lo empeora”

La exposición controlada permite que la mente aprenda a tolerar la situación y disminuya la respuesta ansiosa con el tiempo

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La clave está en la
La clave está en la repetición y en la progresión. (Composición fotográfica/Canva)

La ansiedad es uno de los trastornos psicológicos más comunes, y su manejo requiere un enfoque cuidadoso y basado en evidencia. Una de las estrategias más recomendadas por los profesionales de la salud mental es la exposición gradual a los estímulos que generan miedo o incomodidad, una técnica que, según los expertos, puede ayudar a reducir la intensidad de la ansiedad a largo plazo.

Así lo explicó recientemente Luna Palma, médica residente de psiquiatría, en un video de TikTok que se volvió viral entre personas que sufren ansiedad: “Evitar algo alivia el problema a corto plazo, pero a largo plazo lo mantiene o incluso lo empeora”, afirmó.

Esta idea se sustenta en cómo funciona el cerebro: la evitación hace que este interprete la situación como peligrosa, reforzando el miedo. Por el contrario, la exposición controlada permite que la mente aprenda a tolerar la situación y disminuya la respuesta ansiosa con el tiempo.

Una técnica respaldada por la ciencia

La técnica de exposición gradual no consiste en “esforzarse a toda costa”, aclara la especialista, sino en acompañarse con información y tiempo. “Si te expones poco a poco, el cerebro aprende a tolerarlo”, señaló, subrayando que la paciencia y la constancia son fundamentales para lograr resultados sostenibles.

Esta estrategia, conocida en psicología como terapia de exposición, se aplica de manera sistemática y progresiva para que la persona enfrente sus miedos de manera segura y controlada. Diversos estudios respaldan la efectividad de la exposición gradual en el tratamiento de la ansiedad.

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La Asociación Americana de Psicología (APA) señala que la terapia de exposición es una de las intervenciones más eficaces para los trastornos de ansiedad, incluyendo fobias específicas, trastorno de pánico y ansiedad social.

La clave está en la repetición y en la progresión: comenzar con situaciones menos amenazantes y avanzar gradualmente hacia los escenarios que provocan mayor ansiedad. Se recomienda que estas prácticas se realicen con supervisión profesional, especialmente al inicio, para garantizar que el proceso sea seguro y no genere un incremento de los síntomas.

También se destaca la importancia de informarse sobre la ansiedad y sus mecanismos, ya que comprender cómo funciona la respuesta ansiosa puede facilitar la exposición y reducir la sensación de amenaza.

El aprendizaje por repetición

La experta enfatiza que la exposición gradual permite que el cerebro “aprenda por repetición”, un principio fundamental en neurociencia. Cada enfrentamiento controlado con la situación temida ayuda a desactivar la conexión entre el estímulo y la respuesta de miedo excesiva, fortaleciendo la confianza y la capacidad de afrontar retos cotidianos.

Además, esta técnica tiene un componente psicológico positivo: al ver que se puede tolerar la situación temida sin consecuencias negativas, la persona gana autonomía y reduce la dependencia de estrategias de evitación que, aunque proporcionan alivio temporal, perpetúan el ciclo de ansiedad.

Enfrentar la ansiedad no significa exponerse sin preparación ni empujarse a límites extremos. Se trata de un proceso gradual, informado y acompañado por profesionales, que permite que el cerebro aprenda a manejar la ansiedad de manera efectiva.

Como resume la especialista: “No se trata de esforzarse, sino de acompañarse con información y con tiempo”. Esta filosofía no solo ofrece alivio a corto plazo, sino que contribuye a una mejora duradera y a una mayor calidad de vida para quienes viven con ansiedad.