Los medicamentos para la diabetes y la obesidad podrían llegar a ser el tratamiento contra el cáncer y el hígado graso

Los fármacos agonistas del receptor de GLP-1 imitan la acción de esta hormona al reducir el apetito y aumentar la saciedad

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Una mujer inyectándose una dosis
Una mujer inyectándose una dosis de Wegovy (REUTERS/Hannah Beier/File Photo)

Los fármacos agonistas del receptor de GLP-1 han ganado popularidad en los últimos años gracias a su labor en el control de la glucosa en sangre en personas con diabetes tipo 2 y en determinados casos de obesidad. Estos medicamentos, administrados mediante inyecciones, imitan la acción reducen el apetito, aumentan la saciedad y estimulan el páncreas para que produzca más insulina cuando el azúcar está alto. El ejemplo más reseñable de los agonistas del receptor de GLP-1 es la semaglutida, principio activo de medicamentos tan famosos como Ozempic o Rybelsus.

Sin embargo, el futuro de los GLP-1 podría expandirse más allá de una terapia para el exceso de peso y la diabetes y convertirse en un tratamiento efectivo para el hígado graso, la infertilidad ligada a la obesidad o ciertas enfermedades neurodegenerativas. Incluso se cree que podrían ayudar en el control de algunas adicciones. Así lo asegura el doctor Javier Escalada, director del Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra y presidente de la Fundación de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.

El también profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra considera que estas nuevas vías terapéuticas serán posibles “en un plazo de 10 años”. “Hoy ya tenemos resultados sólidos en diabetes, obesidad, enfermedad cardiovascular, insuficiencia cardíaca y enfermedad renal crónica, y ya hay datos para pensar que tendrán un papel importante en el tratamiento de la enfermedad hepática metabólica, conocida como hígado graso, en el ovario poliquístico o infertilidad ligada a obesidad, en alguna enfermedad neurodegenerativa y en adicciones”, sostiene con motivo de la Semana Marañón organizada por la Real Academia Nacional de Medicina y la Fundación Gregorio Marañón.

En la actualidad existen “investigaciones abiertas con los arGLP-1 en diferentes tipos de cáncer, como el cáncer de hígado, mama, endometrio o próstata”. Muchos de ellos se relacionan con condiciones de obesidad, hiperinsulinismo, resistencia a la insulina o inflamación.

La obesidad severa es una enfermedad crónica, compleja y con una alta prevalencia, que se asocia frecuentemente con otras enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, la diabetes o enfermedades cardiovasculares.

Cómo funcionan estos fármacos GLP-1

Los GLP-1 son medicamentos que imitan la acción de la hormona GLP-1, que son moléculas naturales producidas en el intestino después de comer. La eficacia de estos fármacos reside en el control glucémico y en la pérdida de peso que inducen, aunque eso no termina de explicar todos los beneficios. De acuerdo con el doctor Escalada, “hay mecanismos probablemente ‘directos’ como resultado de la interacción de estas moléculas con sus receptores correspondientes (presentes en el endotelio, zonas cerebrales, etc.) y también ‘indirectos’, entre los que parece destacar la modulación de la inflamación”.

En este sentido, es importante tener en cuenta que tanto la obesidad como la diabetes tipo 2 se caracterizan por una inflamación de bajo grado que podría estar asociada con “el desarrollo de muchas complicaciones y su mejoría o resolución puede estar implicada en los beneficios”.

En España, entre 700.000 y 800.000 están bajo prescripción de un tratamiento arGLP-1, según estima el presidente de la FSEEN. No obstante, son miles los pacientes que todavía no reciben estos medicamentos, siendo el motivo económico el más frecuente en los casos de obesidad.