Uber, Cabify, Glovo... Las plataformas digitales, a examen: todas suspenden menos una entre la precariedad laboral y los bajos salarios

La remuneración insuficiente obliga a la mayoría de los trabajadores a hacer horas extra o pluriemplearse

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La precariedad y los bajos
La precariedad y los bajos salarios predominan entre las plataformas digitales. (Imagen Composición Infobae)

Pedir que te lleven con Uber o Cabify, o simplemente pedir algo de comer en Just Eat está contribuyendo a un modelo de empleo precario, con trabajadores desprotegidos y dependientes de algoritmos opacos. Esta es la principal conclusión del segundo informe Fairwork España 2025, elaborado por la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación Primero de Mayo (CCOO) con la metodología del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford.

El estudio, coordinado por el profesor Alberto Riesco-Sanz, radiografía las condiciones laborales de siete plataformas digitales: Taskrabbit, Cuideo, Glovo, Uber, Cabify, Livo y Just Eat. El resultado es contundente, a la par que preocupante: solo Just Eat obtiene una nota aprobada (7 sobre 10). El resto suspende con notas por debajo de cuatro. Uber 2, Cabify 3, livo 3 y los demás ceros, aunque algunos con condiciones especiales.

“La laboralización resulta una condición necesaria, pero insuficiente para garantizar un trabajo justo en la economía de plataformas”, ha afirmado Riesco-Sanz en el informe. Así, las condiciones del empleo se evalúan a partir de diez principios de justicia laboral como salario digno, seguridad, transparencia, libertad sindical, equidad y gobernanza. El texto advierte que, a pesar de algunos avances, persisten déficits estructurales que impiden garantizar derechos básicos y condiciones estables para los miles de trabajadores de este sector.

Subcontratación: el talón de Aquiles de la precariedad

Uno de los ejes centrales del estudio es la subcontratación, identificada como el principal foco de precariedad. Según los investigadores, “el recurso a la subcontratación, aun cuando se realiza de acuerdo con la normativa, supone con frecuencia un deterioro de las condiciones de trabajo”.

En Cuideo, plataforma dedicada al cuidado de personas dependientes, la empresa actúa como intermediaria, trasladando la responsabilidad de contratación a familias o centros hospitalarios. Este modelo, señala el informe, genera déficits en prevención de riesgos laborales, derechos colectivos, transparencia de datos y comunicación interna.

Tabla salarial empleadas del hogar
Tabla salarial empleadas del hogar (Fuente: Cuideo)

Algo similar pasa con Taskrabbit, centrada en reparaciones y mudanzas, donde el trabajo se realiza exclusivamente bajo la figura del autónomo. Este modelo produce desigualdades y vulnerabilidad al ofrecer menos garantías que el empleo de asalariado normal, según el estudio. “La presencia de las plataformas digitales en estos sectores no parece estar contribuyendo significativamente a la mejora de la calidad del empleo”, advierte el documento.

De falso autónomo al trabajador subcontratado

El informe reconoce que la Ley Rider y varias sentencias judiciales han impulsado una transición hacia modelos más formalizados, pero advierte de que la precariedad ha mutado, no desaparecido. En el caso de Glovo, la evaluación se ha basado en el modelo anterior a su transición hacia la contratación laboral, cuando la empresa operaba mayoritariamente con falsos autónomos pese a la resolución del Tribunal Supremo y las sanciones millonarias impuestas por Inspección de Trabajo.

El Juzgado Mercantil 2 de Barcelona ha desestimado la demanda interpuesta por la empresa Just Eat contra Glovo a la que reclamaba 295.000.000 euros por competencia desleal, al considerar que la plataforma actuó siempre "dentro de la legalidad" y que los contratos desde 2019 garantizaban la autonomía de los repartidores, permitiendo estos servicios en régimen de autónomo.

“El cambio de modelo representa un triunfo de las políticas orientadas a la laboralización del sector”, apunta el informe, aunque matiza que Glovo no ha incorporado a toda su fuerza laboral anterior, recurriendo a flotas subcontratadas para buena parte de su plantilla. Este esquema de externalización se repite en Uber y Cabify, donde los conductores suelen estar contratados por empresas intermediarias titulares de licencias VTC. Según el informe, esta práctica “fragmenta las responsabilidades y debilita la eficacia de los avances logrados”, manteniendo bajos salarios, inseguridad y opacidad algorítmica.

Uber y Cabify: avances limitados y escasa transparencia

Uber obtiene una nota de 2/10 al garantizar el salario mínimo y la libertad sindical. Además, su filial Uber Eat mantiene un modelo híbrido que combina trabajadores asalariados subcontratados con autónomos, lo que ha motivado investigaciones de la Inspección de Trabajo.

Por su parte, Cabify, con un 3/10, ofrece condiciones laborales más claras, pero sigue suspendiendo en aspectos clave como la seguridad laboral, la representación colectiva y la equidad en la gestión.

Reservar viajes en Cabify o
Reservar viajes en Cabify o Uber contribuye a la precariedad de sus trabajadores. (Imagen de Archivo)

Livo: la precariedad para la enfermería

El análisis de Fairwork España 2025 incorpora por primera vez la plataforma Livo Health, que conecta profesionales de enfermería con centros sanitarios. La empresa está vinculada a inversores relacionados con los fundadores de Glovo.

El informe destaca su crecimiento acelerado desde su fundación, pero advierte que su irrupción “puede contribuir a perpetuar e intensificar los problemas estructurales de la profesión”, como la temporalidad, la sobrecarga de trabajo y la falta de estabilidad.

Faltan enfermeras y las tenemos en el paro: más de 17.000 especialistas esperan para trabajar en atención primaria.

Just Eat: la excepción, pero con carencias

En el extremo opuesto, Just Eat, la única plataforma que aprueba el examen de Fairwork, con un 7/10. La compañía ha hecho de la laboralización y el diálogo social su seña de identidad, siendo la única del sector que cuenta con convenios colectivos firmados con los principales sindicatos. “Just Eat demuestra la existencia de una política eficaz de prevención y reducción de los riesgos para la salud vinculados a la actividad laboral”, destaca el informe. No obstante, todavía tiene margen de mejora, ya que no garantiza un salario vital suficiente, no evita completamente las cláusulas contractuales injustas ni los procesos de gestión opacos.

“Persiste la subcontratación o externalización de la gestión del trabajo, la fragmentación de responsabilidades, los bajos salarios y la opacidad algorítmica”, resume el informe. Los investigadores alertan de que la mayoría de las plataformas no garantizan ingresos suficientes una vez descontados costes y tiempos no remunerados, lo que obliga a muchos trabajadores a prolongar jornadas o pluriemplearse.