
La figura del doctor Shigeaki Hinohara ha dejado una huella profunda en la sociedad japonesa, no solo por su longevidad —ha vivido 105 años y ha fallecido en 2017—, sino también por su incansable dedicación a la medicina y a la transmisión de consejos para una vida larga y saludable. Sus recomendaciones, que han circulado ampliamente y han sido recogidas por Vogue, han ofrecido a millones de personas una guía práctica sobre cómo afrontar el paso del tiempo con vitalidad y propósito.
En Japón, la longevidad es un fenómeno ampliamente documentado: según datos actualizados a septiembre de 2025, el país cuenta con 99.763 centenarios, lo que supone un nuevo récord entre las denominadas Blue Zones, regiones del mundo con una alta concentración de personas que superan los cien años. El 90% de estos centenarios son mujeres y el 10% hombres. Si bien la genética desempeña un papel relevante, el estilo de vida es igualmente determinante. Entre los hábitos más extendidos se encuentran una alimentación equilibrada, el consumo diario de bebidas antioxidantes como el té verde y la práctica del Ikigai, una filosofía que busca el sentido vital.
Los consejos de Hinohara se caracterizan por su sencillez y eficacia, y van más allá de la mera salud física para abordar el propósito vital. Entre sus recomendaciones más conocidas figuran la importancia de la alimentación y el ejercicio, pero también otras menos evidentes que invitan a la reflexión sobre las decisiones cotidianas y su impacto en la calidad de vida propia y ajena.
La jubilación, el movimiento y la alimentación
Uno de los principios que ha defendido el doctor Hinohara es la reconsideración de la jubilación. En una entrevista concedida a The Japan Times en 2009, afirmó: “La jubilación no debería ser nunca necesaria, pero si realmente hay que hacerlo, debería producirse mucho más tarde de los 65 años”. Según su visión, posponer la jubilación puede convertirse en un estímulo esencial para las personas mayores, ya que mantener la mente activa a través del trabajo diario contribuye a preservar la salud cerebral durante más tiempo. Además, ha subrayado la importancia de contar con un propósito vital, especialmente en la vejez.
El ejercicio físico regular, aunque sea ligero, es otro de los pilares de la longevidad según Hinohara. A los 98 años declaró: “Subo dos escalones de una vez para estimular los músculos”. Recomendó actividades sencillas como caminar o subir escaleras, así como llevar personalmente bolsas o paquetes, para mantener la musculatura en forma.
En cuanto a la alimentación, Hinohara ha seguido una rutina austera: en el desayuno tomaba únicamente zumo de naranja; en el almuerzo, verduras o, si estaba muy ocupado, nada; y en la cena, arroz y verduras, acompañados de carne o pescado dos veces por semana. Sostuvo que “todas las personas que viven mucho tiempo, independientemente de su nacionalidad, raza o género, tienen algo en común: no tienen sobrepeso”. Esta idea se relaciona con la filosofía japonesa Hara Hachi Bu, que promueve comer hasta estar saciado en un 80%.
Diversión, proyectos y salud emocional
El doctor Hinohara insistía en la necesidad de disfrutar de la vida y cultivar la ligereza. “la mejor manera de olvidar el dolor es divertirse. El juego y la ligereza son esenciales. Reír y divertirse son la verdadera medicina para el cuerpo y el alma”, dijo.
La planificación a largo plazo también ocupó un lugar central en sus recomendaciones. Animó a mantener siempre proyectos en el horizonte: “Llena una agenda con tus planes de futuro. Cuando piensas en el futuro, no hay tiempo para mirar atrás y pensar en los problemas”. De este modo, programar el futuro ayuda a mantenerse ocupado y a fijar objetivos.

En el ámbito médico, Hinohara hdefendió la integración de las artes en el proceso de curación. “La ciencia por sí sola no puede curar a las personas, porque trata a todos por igual, pero las enfermedades son diferentes e individuales. Para comprender las enfermedades y ayudar a las personas necesitamos las artes liberales y visuales, no solo la medicina”,explicó. En el Hospital St. Luke de Tokio, donde htrabajó, se ofrecían programas de música, clases de arte y terapia con animales como complemento a la atención médica.
El valor de la experiencia y la gratitud diaria
Entre los consejos del doctor Hinohara recogidos por Vogue figuraba la advertencia de no seguir ciegamente las indicaciones médicas. “Contrariamente a lo que se cree, los médicos no pueden curar todos los males y entonces, ¿por qué provocar en ciertos casos un dolor innecesario?“, se preguntaba. Consideró fundamental compartir con los demás los conocimientos adquiridos como forma de contribuir a la sociedad.
Señaló también la importancia de dejar atrás los errores y sufrimientos del pasado, ya que aferrarse a ellos puede empañar el presente. Liberarse de esas cargas permite dar paso a nuevas emociones, especialmente aquellas positivas y felices que favorecen la salud.
Por último, Hinohara recomendaba planificar los próximos años sin perder de vista el presente, valorando la belleza de los pequeños detalles y mostrando gratitud por cada día. Todas estas enseñanzas conforman el legado de un médico que ha dedicado su vida a promover el bienestar y la longevidad.
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