Sin petirrojos pero con bañistas en pleno otoño: el ave modifica su ruta migratoria y ya no elige España como destino de invierno

Una investigación establece que este cambio en el comportamiento es una consecuencia directa de los “inviernos menos rigurosos y más cortos en Europa”

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Vista de la playa del
Vista de la playa del Postiguet de Alicante, donde luce el sol y se alcanzan temperaturas cercanas a los 30 grados, a 2 de octubre de 2025. (EFE/Pep Morell)

La imagen es apacible: un grupo de personas en bañador disfruta de un día de playa en Alicante. La fotografía podría haber sido tomada en junio, julio, agosto o septiembre, los meses de vacaciones de verano por excelencia. Pero no, es de hace solo unos días, del pasado jueves, 2 de octubre, concretamente. Parece que el frío no acaba de llegar. De hecho, aquella jornada, el mercurio alcanzó los 35 grados en El Granado (Huelva), la temperatura más alta en la península. El sábado, la máxima se registró en Coín (Málaga) y fueron 37 grados. No se quedaron lejos en Manilva (Málaga) con 36 grados, ni Sevilla con 35 grados, o Molina de Segura (Murcia) con 34. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) deja claro que son temperaturas “muy superiores a los valores normales”. Es más, en la mitad sur del país, a estas alturas del año el termómetro debería rondar los 25 grados. Pero no lo hace.

Las huellas del aumento de las temperaturas derivadas del calentamiento global se vuelven patentes cuando nos permiten bañarnos en el mar en pleno otoño o cuando España atraviesa su verano más cálido desde que hay registros. Pero también con señales sutiles e imperceptibles a simple vista, como la ausencia de algunas aves que ya no surcan los cielos del país como antes. Un artículo elaborado por Carlos Cano-Barbacil, investigador postdoctoral en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), y Javier Cano Sánchez, observador de meteorología retirado y veterano naturalista, muestra que el petirrojo europeo (Erithacus rubecula), un pájaro “de pequeño tamaño, aspecto rechoncho y normalmente muy confiado”, ya no elige España como destino de invierno.

Inviernos “menos rigurosos y más cortos”

El petirrojo europeo es una especie forestal ampliamente distribuida por Europa, aunque su presencia es más limitada en el sur del continente. A pesar de que se reproduce en gran parte de la Península Ibérica, desde septiembre hasta abril también recibía un importante número de ejemplares europeos. Pero cada vez son menos. Los investigadores calculan que la llegada de petirrojos extranjeros ha caído entre un 73% en los últimos 18 años. Esto se debe, explican, “a un cambio en el comportamiento migratorio de la especie como consecuencia de inviernos menos rigurosos y más cortos en Europa, pues su distribución se asocia fuertemente a la temperatura invernal”. De hecho, citan un estudio de 2007 que ya preveía que “en un escenario de cambio climático” habría una “interrupción completa de la llegada de petirrojos invernantes a amplias regiones del centro peninsular”.

Hay una persona herida de gravedad y el fuego ha afectado a varias vivienda sobre las que se espera una evaluación (Fuente: @112cmadrid).

18 días antes en España

El estudio también contempla que los que llegan, lo hacen antes. De acuerdo con los resultados del seguimiento fenológico de la llegada en otoño del petirrojo europeo a la zona centro peninsular (Madrid, Getafe y Valdemoro), el valor normal de observación de los primeros ejemplares se corresponde con el 28 de septiembre para el periodo 1991-2020. Pero este año han llegado antes.

Esta temporada se ha visto por primera vez el 10 de septiembre, lo que supone un adelanto de 18 días y “una caracterización fenológica extraordinariamente temprana, ya que se trata de la fecha más temprana de la serie histórica que comenzó en 1978″. En este sentido, advierten de que actualmente la mayoría de especies tienden a adelantar sus procesos vitales, “lo que puede provocar desajustes fenológicos importantes y causar pérdidas de sincronización entre la especie afectada y las especies de las que depende y de las que se alimenta”.