Así es como le gustaba la tortilla a Ana Botella, según el exchef de la Moncloa: “Las patatas tenían que estar crujientes, pero poco hechas”

Julio González, antiguo chef en la Moncloa, estuvo más de 30 años en sus fogones, y ahora cuenta algunas anécdotas en ‘La cocina de la Moncloa’

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El antiguo chef de la
El antiguo chef de la Moncloa las peticiones culinarias de Ana Botella (Montaje Infobae)

Durante los años que Julio González trabajó como chef en la Moncloa, tuvo que adaptarse a exigencias muy particulares de los políticos que por allí pasaron. En su libro, ‘La cocina de la Moncloa’ (Espasa), González hace un repaso por su experiencia entre fogones en este palacio en el que trabajó durante más de tres décadas, contando las fobias y filias gastronómicas de algunas de las figuras más relevantes de la política española de los últimos años.

González llegó a la Moncloa en 1979, siendo presidente del Gobierno Adolfo Suárez, y se fue durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Tanto los presidentes como sus familias tenían sus propios gustos; mientras algunos de ellos apostaban por los guisos y recetas tradicionales, otros preferían la cocina saludable para el día a día.

Uno de los fragmentos más llamativos trataba de una receta en concreto, la clásica tortilla de patatas, entendida desde el punto de vista de Ana María Botella, política popular, exalcaldesa de Madrid y mujer de Aznar. “Ana Botella insistía en que las patatas para una buena tortilla debían estar crujientes, pero poco hechas”, asegura el cocinero en su libro, desvelando una exigencia contradictoria y compleja de lograr.

Buscar el punto exacto entre textura y sabor en una tortilla llevó al cocinero González a una conclusión sencilla tras varios intentos: lo mejor era prepararlas “como toda la vida”, según relata en su libro. La exigencia de Ana Botella por una combinación específica de texturas resultó ser un reto casi inalcanzable para el chef. Durante el proceso, González comprobó que si la tortilla mantenía una estructura firme, la patata perdía el crujiente buscado; en cambio, al intentar lograr ese toque crujiente, el huevo no se integraba bien y la tortilla se rompía al cortarla. “Una de dos: o la tortilla aparecía consistente pero no crujiente, o su aspecto era tostado, pero el huevo no había quedado suficientemente ligado”, cuenta en su libro.

Política de guisos y de helados de café

La vida cotidiana en la Moncloa ha estado marcada por las preferencias y costumbres culinarias de quienes la habitaron. El chef Julio González recuerda que Amparo Illana, esposa de Adolfo Suárez, no mostraba interés por la cocina, aunque sí se ocupaba de “la alimentación de su marido”. A ella, dice, “le encantaban los langostinos” y Suárez disfrutaba especialmente de “los garbanzos fritos que sobraban del cocido”. El matrimonio tenía un gesto habitual: “siempre felicitaba a González por su tarta de yema”.

El paso de Felipe González por la residencia oficial trajo consigo una inclinación por la sencillez. Según el propio González en su libro ‘La cocina de la Moncloa’, “Felipe González era un gran aficionado a los fogones, no estaba acostumbrado a que le sirvieran, ni a comer de forma exquisita”. El chef añade que, al instalarse la familia, “preferían los guisos tradicionales y las comidas muy sencillas”. Sobre Carmen Romero, esposa del expresidente, el cocinero destaca: “Era una mujer de carácter tranquilo y muy simpática. Nunca pedía nada especial y daba muy poca guerra para comer”. Entre los platos que más apreciaba la familia, González subraya: “Entre sus platos favoritos, yo destacaría el marmitako de bonito”.

Durante los mandatos de José María Aznar, la despensa se transformó: “las neveras se llenaron de helado de café de Häagen-Dazs, que consumía para comer y cenar”. El chef considera que esos años “marcaron la época de mayor esplendor” de la casa, y toda la familia compartía la pasión por “percebes y las centollas”. En contraste, los “caprichos” de José Luis Rodríguez Zapatero y su familia fueron distintos. La dieta estaba bajo la supervisión de Sonsoles Espinosa: “Para el almuerzo, verduras, y para la cena, ensaladas”.