Las frases que nunca deberías decir a tus hijos, según una psicóloga: “Le crearás ansiedad y miedo”

Si lo haces, estas son las consecuencias que puede tener en su desarrollo

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Montaje de Infobae en el que aparece @aiorapsicologa

El cuidado de los niños es uno de los asuntos más importantes para la mayoría de los padres. Es muy importante educar de la forma correcta a tus hijos para que sean buenas personas en un futuro.

Pese a que no exista una fórmula exacta que seguir, sí se conocen algunos comportamientos y frases que se deben evitar en las primeras etapas de formación. Precisamente esto es lo que ha destacado una psicóloga en su cuenta de TikTok (@aiorapsicologa).

“Le crearás ansiedad y miedo”

Según la especialista, existen frases y expresiones comunes que pueden provocar ansiedad y miedo en los hijos. También explica el impacto negativo de ciertas palabras en el desarrollo emocional de los menores.

Entre las frases a evitar, “no llores por tonterías figura entre las más recurrentes. De acuerdo con esta psicóloga, utilizar esta expresión lleva al menor a evitar mostrar lo que siente y dificulta que exprese sus emociones a los adultos.

Noticias del día 24 de septiembre del 2025.

“¿Ya vas a empezar otra vez?”, es otra de las frases que hay que evitar. Esto se debe a que pueden provocar que el niño viva con la sensación de conflicto permanente y crea que sus problemas no tienen legitimidad.

Según explicó la profesional en TikTok, estas palabras afectan directamente el modo en que los menores procesan sus dificultades. “Siempre me estás molestando”, es otra de las que se deben evitar a toda costa.

La experta advierte que este tipo de mensajes provoca que el niño se perciba a sí mismo como una carga para los demás. Esto puede afectar directamente a la autoestima del menor.

Frases que hagan alusión a que no debe exagerar también son muy perjudiciales. De hecho, puede llegar a pensar que su visión o sus emociones no son válidas. Esto aumenta el riesgo de crear bloqueos emocionales.

Las consecuencias

Cuando los adultos muestran indiferencia o dejan de prestar atención, los menores interpretan que el vínculo con sus figuras de referencia pierde valor. Este distanciamiento debilita la conexión afectiva y la confianza dentro del hogar.

Por otro lado, si se les pide que no se acerquen o se les excluye del entorno de los adultos, los niños tienden a asociar la búsqueda de cariño con sentimientos negativos, lo que complica la expresión afectiva en otras etapas.

Estas dinámicas pueden afectar el desarrollo emocional y social de los niños a lo largo del tiempo. Los menores expuestos a este tipo de mensajes suelen mostrar dificultad para expresar sus necesidades emocionales, lo que limita su capacidad para establecer relaciones sanas fuera del entorno familiar.

Con frecuencia, presentan baja autoestima, inseguridad y temor al rechazo, lo que puede traducirse en un menor rendimiento académico y problemas de adaptación en ámbitos escolares o sociales.

Además, los niños que crecen con frases que les responsabilizan del malestar de los adultos tienen más probabilidades de experimentar altos niveles de ansiedad y culpa. Este tipo de experiencias repercute en su autoconcepto y en la construcción de su identidad, desarrollando una tendencia a evitar el conflicto.