Quemar romero en casa, una práctica muy antigua que vuelve a estar de moda por sus beneficios: repele insectos, entre otros

Un ritual ancestral que purifica el aire, mejora la concentración y crea un ambiente relajante, todo de forma natural y económica

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Rama de romero (Adobe Stock)
Rama de romero (Adobe Stock)

En la actualidad, la búsqueda de soluciones naturales para el hogar nunca ha sido tan intensa. El romero, una hierba que se ha usado durante siglos en distintas culturas, está experimentando un inesperado resurgimiento en Francia. Este ritual ancestral, que consiste en quemar ramitas de romero para purificar el aire, repeler insectos o incluso mejorar el bienestar emocional, vuelve a ser tendencia. Y es que, en tiempos donde lo ecológico, lo económico y lo saludable son prioridades, este pequeño gesto cotidiano se ha convertido en un remedio perfecto para quienes buscan reconectar con la naturaleza sin complicarse la vida.

Mucho antes de que los aerosoles químicos invadieran los hogares, las hierbas aromáticas como el romero eran esenciales en las rutinas diarias de las familias europeas. Durante generaciones, se quemaban en hogares más pequeños y menos ventilados que los actuales, no solo por su agradable aroma, sino también por sus propiedades refrescantes. En especial, el romero se destacaba por la capacidad de mejorar el ambiente, haciéndolo más fresco y ligero, lo que resultaba muy útil en espacios cerrados.

Sin embargo, con el auge de los productos sintéticos, estas prácticas tradicionales fueron perdiendo terreno. No obstante, en los últimos años, especialmente en una era cada vez más preocupada por la sostenibilidad, los consumidores se han vuelto a interesar por los beneficios de este tipo de rituales naturales. El romero, cultivado en casa o recogido en la naturaleza, vuelve a ocupar un lugar destacado en los hogares, respondiendo a una creciente demanda de alternativas ecológicas y accesibles para crear espacios más saludables.

La magia del romero quemado

Romero quemado. (Adobde Stock)
Romero quemado. (Adobde Stock)

El humo suave del romero liberado en el aire no solo resulta agradable al olfato, sino que tiene varios beneficios reconocidos. Al quemar esta planta, se puede experimentar una atmósfera reconfortante que no solo purifica el aire, sino que también elimina olores indeseados, como los que provienen de la cocina o la humedad. De esta manera, el romero no es solo un perfume ambiental, sino un aliado para mantener el hogar fresco y libre de malos olores.

Más allá de sus propiedades purificadoras, el romero es famoso por sus efectos positivos en el estado de ánimo y la concentración. Su humo se dice que favorece la claridad mental, lo que lo convierte en una excelente opción para aquellos que necesitan mantenerse concentrados mientras trabajan desde casa, o para revitalizar el ambiente antes de una reunión o sesión de estudio. En un mundo donde el estrés y la fatiga son comunes, quemar romero es una forma sencilla y natural de crear un espacio propicio para la concentración y la calma.

Adiós a los insectos

Otro de los grandes beneficios de quemar romero radica en su capacidad para ahuyentar insectos. Su humo actúa como un repelente natural contra mosquitos, moscas y polillas, eliminando la necesidad de recurrir a productos químicos. Esto no solo ayuda a mantener la casa libre de plagas, sino que también contribuye a crear un ambiente más saludable, evitando las toxinas que a menudo contienen los productos comerciales. Además, según algunas creencias populares, este humo tiene un efecto positivo en la calidad del sueño, creando un entorno relajante.

Cómo hacer el ritual de forma segura

Si bien la práctica de quemar romero es sencilla y accesible, es importante seguir algunas recomendaciones para hacerlo de manera segura. Solo se necesitan unos pocos elementos: ramitas de romero seco, un recipiente resistente al calor, cerillas o un encendedor y, opcionalmente, un soporte para colocar las ramitas.

  1. Materiales necesarios:
    1. De 10 a 12 ramitas de romero muy seco.
    2. Un recipiente resistente al fuego, como una taza de metal, una concha de abulón o un cuenco de cerámica.
    3. Cerillas o encendedor.
    4. Un soporte opcional (rejilla fina, arena o sal gruesa) para absorber el calor y evitar que las ramitas se quemen demasiado rápido.
  2. Método: Coloca las ramitas en el recipiente y enciende un extremo. Deja que se quemen unos segundos y sopla suavemente para generar un humo denso. Luego, puedes mover el recipiente por diferentes habitaciones para difundir el aroma y los beneficios.

Es importante no dejar el fuego desatendido y ventilar bien la habitación después de usarlo. Aunque esta práctica es natural, se recomienda evitarla en hogares con personas vulnerables, como niños pequeños, mujeres embarazadas o personas con problemas respiratorios. Además, no se debe realizar en condiciones de sequía o calor extremo, ni en lugares con mala ventilación, para evitar la acumulación de humo.