El sector más vulnerable al desempleo no son los jóvenes: las mujeres de más de 45 años encabezan las listas del paro en España

Las interrupciones en la carrera profesional por la crianza de hijos, los salarios insuficientes o la discriminación por edad y género dificultan que este colectivo se reincorpore al mercado laboral

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Dos mujeres entran en una
Dos mujeres entran en una oficina del paro en Madrid. (Carlos Luján/Europa Press)

Las mujeres mayores de 45 años encabezan actualmente las listas del desempleo en España, una realidad que desmonta la idea extendida de que los jóvenes constituyen el grupo más vulnerable en materia de paro. Según datos analizados por El Economista, este colectivo multiplica por más de cinco el número total de parados menores de 25 años.

La composición del paro en España ha cambiado drásticamente en los últimos años, impulsada por el envejecimiento de la población y el crecimiento sostenido de la presencia femenina en el mercado laboral. Según datos del SEPE recogidos por el medio digital, el 58% de los desempleados ya supera los 45 años, lo que representa aproximadamente 1,5 millones de personas.

En este contexto, es especialmente llamativo que el 61% de este grupo sean mujeres, situando a las paradas senior como el colectivo más numeroso en las listas del paro. En concreto, las 865.450 mujeres mayores de 45 años desempleadas registradas en agosto superan, por sí solas, a todos los hombres y mujeres desempleados de entre 25 y 44 años, que alcanzan los 848.952.

Además, este volumen de paradas multiplica por 5,2 al de los menores de 25 años desempleados, sumando ambos géneros. Se trata de una fotografía inédita, ya que nunca antes se había producido tal diferencia.

Un avance insuficiente de las políticas de igualdad laboral

El Ministerio de Trabajo ha destacado la reducción del paro juvenil en un 25,7% y del femenino en un 19% en los últimos años. Sin embargo, este avance tiene luces y sombras, pues la evolución de ambos colectivos no es comparable.

Tal y como ha analizado El Economista, a pesar de la caída general del desempleo femenino, la reducción del paro entre los hombres ha sido mayor (un 23%), y la brecha se agranda con la edad. Así, entre los hombres de más de 45 años el paro solo ha disminuido un 17,1% hasta situarse en 544.478, pero entre las mujeres de la misma edad apenas lo ha hecho en un 7,1%. De hecho, el paro masculino senior también supera al de los jóvenes, aunque en menor proporción (3,2 veces), y queda por debajo del volumen total de parados de entre 25 y 44 años.

Esta situación evidencia que el verdadero desequilibrio laboral se localiza entre las mujeres mayores, grupo que ha sido el más rezagado en la recuperación del empleo en los últimos años.

El paro registrado en las oficinas de los servicios públicos de empleo bajó en 1.357 personas en julio en relación con el mes anterior (-0,06%) hasta situarse en un total de 2.404.606, según datos publicados este lunes por el Ministerio de Trabajo y Economía Social (Fuente: Europa Press).

El mito del paro juvenil y las causas de la brecha

Durante mucho tiempo se ha pensado que el principal problema del paro afecta a los jóvenes, ya que su tasa es el doble que la media del país. No obstante, las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) y del SEPE coinciden en mostrar que, aunque los métodos estadísticos difieren, las mujeres mayores de 45 años siguen presentando cifras superiores de paro frente a todo el colectivo juvenil. La EPA, por ejemplo, contabiliza 1,1 millones de parados mayores de 45 años, de los cuales 605.000 son mujeres, mientras que los menores de 25 en situación de desempleo suman 450.600.

Este desequilibrio se observa sobre todo desde los 25 años en adelante y persiste hasta el final de la vida laboral, a pesar de la equiparación de géneros en el paro juvenil y el retraso de la maternidad. Factores como las interrupciones en la carrera profesional por la crianza de hijos, los salarios insuficientes frente al coste de guarderías o la discriminación por edad y género, consolidan la dificultad de este colectivo para reincorporarse al mercado laboral.

Una brecha persistente y agravada

La evolución histórica muestra que siempre ha habido más mujeres que hombres entre los parados registrados, especialmente en las franjas de edad superiores, y que esta brecha se disparó tras la incorporación masiva de la mujer al trabajo durante los años noventa. Solo durante la crisis económica de la Gran Recesión, el paro masculino se acercó puntualmente al femenino, pero desde entonces la brecha ha vuelto a niveles anteriores e incluso los ha superado.

Pese a la reducción general del paro y al aumento del PIB, El Economista advierte que la desigualdad estructural sigue vigente, con un problema agravado ahora por el envejecimiento del mercado laboral y la persistencia del edadismo, que dificulta la reinserción laboral de las mujeres mayores de 45 años.