Estos son los momentos en los que es mejor quedarse en silencio, según una psicóloga: “A veces callar es sabiduría”

Evitar las palabras puede potenciar una escucha más activa hacia los demás, así como servir como recurso de autorregulación emocional

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Un grupo de amigos conversando
Un grupo de amigos conversando (Freepik)

El silencio no siempre es vacío. En muchas ocasiones, este recurso puede servir para cuidar la mente, las relaciones o potenciar la reflexión. Es por este motivo por lo que existen ciertos momentos en los que la ausencia de palabras reconforta y es más beneficiosa que aquellas que podrían decirse.

La psicóloga Silvia Severino, a través de un vídeo publicado en su cuenta de TikTok (silviaseverinopsico), ha explicado cuáles son esos instantes en los que es “mejor quedarse en silencio”, ya sea porque no merece la pena hablar, porque en ese momento es preferible o porque puede ayudarnos a nivel personal antes de tomar decisiones y adelantarnos a los acontecimientos.

Desde la escucha activa hasta el autocontrol

Cuando alguien te cuenta cómo se siente, solo escucha”. Es frecuente que en este tipo de situaciones, se intente dar consejos para hacer sentir mejor a la persona que cuenta sus problemas. Aunque esto se hace normalmente con la mejor de las intenciones, no siempre lo que se necesita es una recomendación.

Practicar la escucha activa, sin interrumpir con consejos o juicios, puede ayudar a que quien narra se sienta acompañado, reduciendo su sensación de soledad emocional. Además, fomenta la empatía y fortalece los vínculos porque se percibe comprensión y respeto.

Dos mujeres consuelan y escuchan
Dos mujeres consuelan y escuchan a su amigo (Freepik)

La psicóloga continúa haciendo referencia a situaciones que se producen con frecuencia, especialmente entre grupos de amigos y, en ocasiones, sin que se sea consciente de ello: “Cuando todos hablan a la vez, tu silencio puede traer claridad”. En este sentido, el silencio actúa como un recurso regulador, evitando la confusión y manteniendo el control. Además, transmite seguridad: demuestra que no necesitas imponerte para ser escuchado, lo que puede inspirar calma en los demás.

En la misma línea, la experta menciona una dinámica que suele resultar desgastante. Cuando alguien está hablando y se le interrumpe, Severino destaca que lo mejor es guardar silencio porque “ya decidieron no escucharte”. Así, para preservar la energía emocional propia, callar puede ser un buen recurso.

Cuando buscas una respuesta, a veces el silencio te la da”. En muchas ocasiones, sobre todo cuando se produce un conflicto en alguna relación interpersonal, intentar desesperadamente que la otra persona dé una explicación a lo ocurrido puede resulta algo torturante a nivel mental y emocional. En este sentido, la psicólogo destaca que el silencio también es una respuesta y que, si no hay una intención de dar una explicación, esto ya puede ser una clave muy valiosa de si merece o no la pena seguir poniendo la energía en dicho asunto.

Además, en instantes especiales, el silencio puede intensificar la experiencia. Por ello, “cuando quieres vivir un momento bonito, no lo fuerces”. Lo que surge sin pedirse (teniendo en cuenta también que la comunicación es fundamental para expresar aquello que nos falta o que necesitamos que se cambie) suele transmitir una mayor complicidad y conexión emocional.

La profesional ha hecho referencia también a que el silencio puede ser un recurso muy útil en momento en los que la precipitación podría jugar malas pasadas: “Cuando estés a punto de hablar con rabia, el silencio protege” y “Cuando no tengas todos los datos, espera”. En este sentido, aguardar hasta que se calme la situación o a que se conozca todo lo que debe saberse antes de hablar puede evitar situaciones incómodas, equívocos y entras en un bucle de reproches.

En octavo lugar, Silvia Severino destaca que “cuando te tiente el chisme”, también debe predominar el silencio. Esto se debe a que las cadenas de comentarios pueden herir a los demás, mermar la confianza y generar dinámicas tóxicas en los grupos.

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“Cuando quieras demostrar que tienes razón, a veces callar es sabiduría”. Por último, la experta destaca que entrar en un bucle infinito de discusiones para intentar imponer una opinión destruye la paz mental. En ocasiones, el silencio en estos momentos puede ayudar a escuchar mejor, comprender las motivaciones del otro y reflexionar sobre si merece la pena responder. Hay casos en los que es mejor no gastar energía intentando demostrar que la otra persona está equivocada.