Un psicólogo explica el “problema del limón”, un método para evitar las discusiones en pareja: “Si nos hubiésemos comunicado mejor, los dos hubiésemos tenido el 100%”

Nicolás Salcedo recuerda la importancia de basar las relaciones en una comunicación honesta, sobre todo a la hora de resolver conflictos

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El psicólogo Nicolás Salcedo en
El psicólogo Nicolás Salcedo en el video. (TikTok/@nico_salcedo_psicologia)

No es ni silla ni mesa, ni comer ni dormir. Hay palabras que evocan una imagen casi única, pero también existen aquellas para las que cada persona tiene una definición propia de su imaginario único. Es ahí donde quedan anclados los conceptos como el amor, la amistad, la tristeza o la discusión. “Dicho de dos o más personas: Examinar atenta y particularmente una materia” y “contender y alegar razones contra el parecer de alguien”. Esas son las dos acepciones que recoge la Real Academia Española (RAE) de la palabra discutir, luego, cada uno añade sus matices. Cada uno tiene su visión particular de cómo son las discusiones y de cómo se deben desarrollar. No obstante, para la psicología, estos encuentros pueden adquirir formas más o menos adecuadas y fructíferas.

El psicólogo Nicolás Salcedo, conocido en TikTok como @nico_salcedo_psicologia, ha explicado en una de sus últimas publicaciones una estrategia práctica para abordar los conflictos a través de un ejemplo sencillo, al que denomina “el problema del limón”, que le sirve como metáfora para explicar cómo afrontar cualquier desencuentro, especialmente en el ámbito de la pareja.

“Mi pareja y yo queríamos un limón, pero solo nos quedaba este, por lo que empezamos a discutir a ver quién se lo quedaba”, comienza a exponer. La solución inicial fue repartirlo en partes iguales, pero descubrieron que el acuerdo no respondía a lo que necesitaba cada uno. “Pues resulta que ella realmente lo que quería era solo la piel para rallarla y hacer una receta de un postre. Y yo solo quería el zumo para hacer limonada”, dice el psicólogo, que mantiene la metáfora.

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“Tenemos discusiones para ganar o para tener la razón”

Salcedo explica que si ambos hubiesen preguntado primero para qué quería cada uno el fruto, la solución habría sido más satisfactoria. “Si nos hubiéramos comunicado mejor, si nos hubiésemos preguntado para qué queríamos el limón en primer lugar, los dos hubiésemos tenido el cien por cien de lo que necesitábamos, en lugar de quedarnos con el cincuenta por ciento solo para dejar de discutir”, afirma el psicólogo que sostiene que, en muchas ocasiones, las disputas no se enfocan de forma adecuada: “Tenemos discusiones para ganar o para tener la razón. No escuchamos para entender, sino que escuchamos para responder. Y lo máximo que conseguimos es cansarnos y llegar a soluciones que nos dejan satisfechos a ambos”.

Por ello, insiste en que la comunicación superficial y la tendencia a asumir intenciones ajenas limita la posibilidad de acordar soluciones realmente beneficiosas para quienes participan del conflicto, tanto en relaciones sentimentales como en otros ámbitos familiares o sociales. El psicólogo recomienda desplazarse de la postura reactiva y prestar atención activa al otro. “Cuando aprendemos a ver las necesidades del otro, a preguntar en vez de asumir y a entender en vez de juzgar, las conversaciones se vuelven mucho más productivas y saludables”, comenta.

Su consejo es sencillo: “La próxima vez que discutas, intenta no quedarte en la superficie y reaccionar desde tu necesidad, sino que intentes ver con empatía qué es lo que la otra persona quiere y para qué lo quiere realmente. Y por supuesto, también comunica lo que tú quieres realmente”.