Estos son los hábitos sencillos que harán que despertarse por las mañanas sea mucho más fácil

Muchas veces - o casi todas - cuesta dejar la cama, y el cuerpo parece tardar una eternidad en activarse, por mucho que uno sepa que no le queda otra que salir de entre las sábanas: Aquilea comparte varios hábitos que lo harán todo más fácil

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Hay personas que solo necesitan
Hay personas que solo necesitan dormir entre tres y seis horas para estar alertas y saludables. (Freepik)

Despertarse cada mañana no suele ser una tarea fácil. Muchas veces - o casi todas - cuesta dejar la cama, y el cuerpo parece tardar una eternidad en activarse, por mucho que uno sepa que no le queda otra que salir de entre las sábanas. Por suerte, y según lo publicado en el portal web de Aquilea (una marca de complementos nutricionales), parece ser que existen algunas costumbres y trucos que pueden hacer que el momento de abrir los ojos y ponerse en pie no sea tan pesado.

Los hábitos que harán que despertarse sea más fácil

El primer paso para despertarse con más energía está bastante claro: descansar bien por la noche. Se dice fácil, claro, pero un sueño de calidad marca la diferencia cuando llega el despertador. Dormir lo suficiente y mantener un horario más o menos regular ayuda a que el cuerpo se acostumbre y no le cueste tanto arrancar al despertar. Es importante intentar irse a la cama sobre la misma hora, aunque toque madrugar. Las siestas largas y los cambios bruscos de horario suelen complicar las cosas.

A la hora de empezar la jornada, el móvil - o, idealmente, un despertador - suele ser el mejor aliado. Lo mejor será programar la alarma y, si es posible, dejar el aparato lejos de la cama, ya que esto obliga a levantarse para apagarla y rompe ese ciclo de “cinco minutos más”. Elegir una melodía agradable en lugar de un sonido estridente también ayuda a arrancar de mejor humor.

Alarmas estridentes activan el estrés;
Alarmas estridentes activan el estrés; en cambio, ruidos progresivos o armoniosos ayudan a despertar sin sobresaltos, cuidando la salud mental desde el inicio del día. (Freepik)

Una buena ducha nada más levantarse sirve para despejarse y dejar atrás el sueño. En verano, el agua fría funciona rápido y si la mañana es fresca, el agua templada también sirve. Ese momento ayuda al cuerpo a activarse en pocos minutos.

El desayuno también juega un papel importante. Empezar el día con algo de comida energética, como proteínas y fruta, facilita que el cuerpo recargue pilas tras el descanso. Es mejor no tomar comidas muy pesadas antes de dormir para evitar digestiones complicadas que interfieren con el sueño. Beber un vaso de agua al arrancar el día ayuda a hidratarse y pone en marcha el metabolismo. Algunos dejan el vaso preparado en la mesilla para que sea lo primero que hacen al abrir los ojos.

La actividad física también ayuda mucho. Ejercicios sencillos, unos estiramientos en la cama, abrir la ventana para que entre aire fresco, cualquier cosa que implique movimiento favorece el despertar y ayuda a que la mente se active. Quienes prefieren hacer ejercicio por la tarde suelen descansar mejor y arrancan el día siguiente con más facilidad. Una cena ligera y una ducha tibia por la noche también contribuyen a dormir mejor y despertar de mejor humor.

El estrés y las preocupaciones suelen ser los principales enemigos del descanso. Para irse a dormir más tranquilo, el ejercicio físico ligero, actividades como el yoga, la meditación o incluso masajearse las sienes con un poco de aceite relajante ayudan a dejar atrás el estrés y facilitan el sueño. Si la noche ha sido tranquila y reparadora, el cuerpo se despierta mucho más rápido.

Pequeños gestos y rutinas pueden marcar la diferencia a la hora de despertarse y activar el cuerpo. Mantener unos hábitos sencillos y constantes ayuda a no sufrir cada vez que suena el despertador y permitirá arrancar el día con más ganas.