Si tus tomates están verdes y no consigues que maduren, este es el truco de la antigüedad que funciona: los beneficios del calor y del potasio

Existen métodos específicos para acelerar el proceso de cosecha y conseguir que se pongan rojos

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Planta de tomate. (Adobe Stock)
Planta de tomate. (Adobe Stock)

Lo has intentado por todos los medios, has cumplido con rigurosidad con sus cuidados: riego habitual y protección ante posibles enfermedades, y aun así no consigues que maduren, y aun así siguen verdes como el primer día. Tal vez, aunque no lo estés haciendo mal del todo, hay algunos requisitos que estés pasando por alto.

Los tomates demandan cuidados concretos que en ocasiones pueden resultar poco intuitivos. Tanto la carencia como el exceso pueden contribuir a atrasar su proceso de maduración. Se caracterizan por necesitar el justo medio de las cosas y un trato dócil, pero al mismo tiempo paciente.

Trucos y consejos: calor, potasio y dosis adecuadas

Primero que todo, el ecosistema. ¿Dónde y en qué condiciones se encuentran tus tomates? Lo ideal sería un espacio cálido como un invernadero. El calor es uno de los atributos naturales que fomentan la maduración. Temperaturas muy bajas, sobre todo por las noches, pueden ralentizar el proceso.

Los tomates maduran más rápido con el calor porque las temperaturas cálidas aceleran su metabolismo y aumentan la producción de etileno, una hormona vegetal clave que desencadena los cambios en color, sabor y textura del fruto. Además, el calor estimula la actividad enzimática que transforma almidones y ácidos en azúcares y que produce pigmentos como el licopeno, responsable del color rojo. Por el contrario, el frío ralentiza o detiene estos procesos, lo que retrasa la maduración o daña el fruto. Así, el calor facilita que el tomate complete su proceso natural de maduración de forma óptima.

En segundo lugar, el potasio. Según informa el medio regional francés Ouest-France, la lentitud en la maduración de los tomates puede deberse a una carencia considerable de potasio. Un truco es usar ceniza de madera, rica en potasio, o enterrar cáscaras de plátano cerca de la raíz de los tallos. Aparte de ser un método sencillo y funcional, resulta ecológico y respetuoso para con el medio ambiente.

El plátano es un alimento
El plátano es un alimento rico en potasio.

Asimismo, la poda de plantas es imprescindible para asegurar un buen acondicionamiento de las tomateras. Quitarle espesura ayuda a que la luz atraviese las hojas e incida en los tomates, acelerando el proceso de maduración.

A esto hay que complementarle el riego cotidiano en la dosis adecuada. Tal y como explica Ouest-France: "El exceso de agua puede favorecer el crecimiento de las hojas en detrimento del fruto. Por el contrario, un estrés hídrico leve puede provocar que la planta acelere la maduración. En esta época del año, reduzca ligeramente el riego, manteniendo la humedad suficiente para evitar que la planta se seque por completo".

Una mujer riega las plantas
Una mujer riega las plantas del jardín. (Freepik)

Además, a parte del potasio, otra ayuda beneficiosa a la maduración del tomate es la fruta madura. Colocar fruta madura puede fomentar el proceso a través de la liberación de gas etileno.

Por último, el truco más desconocido: colocar una película de plástico rojo debajo de la tomatera. Este material puede incrementar el reflejo de la luz roja. A pesar de que parezca poco fiable, los expertos explican que sí que puede tener efectividad pues estimula la producción de licopeno.

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Todos estos consejos pueden ayudar a la maduración de tus tomates. Lo ideal para mejores resultados serían la combinación de varios que permitan una rutina de cuidados exhaustiva y respetuosa. De este modo, podrás asegurar un proceso de maduración uniforme y disfrutar de una cosecha más abundante. Recuerda observar constantemente tus plantas para ajustar los cuidados según sus necesidades y las condiciones climáticas. Así, garantizarás que cada fruto alcance su máximo potencial.