Qué es la fatiga mental: causas, síntomas y cómo combatirla

Este estado de agotamiento afecta a los procesos cognitivos, como la atención, la memoria y la toma de decisiones

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Fatiga mental. (Associated Press)
Fatiga mental. (Associated Press)

La fatiga mental es un estado de agotamiento que perjudica los procesos cognitivos, como la atención, la memoria y la toma de decisiones, según describe el Instituto de Neurología Cognitiva. Esta condición se distingue claramente de la somnolencia, que implica el deseo o la urgencia de dormir, y de la apatía, definida como una sensación de indiferencia o de que poco importa lo que sucede.

La fatiga, en muchos casos, responde de manera natural a situaciones de esfuerzo físico prolongado, jornadas de estrés emocional, aburrimiento o privación de sueño, tal y como explica MedlinePlus. Este síntoma, tan frecuente en la vida diaria, no indica la presencia de una enfermedad grave.

Aunque no sea un problema médico serio, sí que cobra relevancia cuando no mejora tras seguir prácticas básicas para el bienestar, como dormir lo suficiente, mantener una alimentación adecuada o reducir el estrés ambiental. En estos casos, será necesario que acudamos a consulta médica, puesto que podría ser un problema subyacente tanto físico como mental.

Causas físicas y mentales de la fatiga

La fatiga puede estar motivada por una gran variedad de factores, que pueden ser tanto físicos como emocionales. Entre las causas físicas más habituales se incluyen la anemia, la deficiencia de hierro, trastornos del sueño como el insomnio o la apnea obstructiva del sueño, así como el consumo de ciertos medicamentos, sedantes o antidepresivos. El dolor persistente, las alteraciones tiroideas y el abuso de sustancias como alcohol o drogas contribuyen también al desarrollo de esta condición.

En el ámbito mental, la depresión, la aflicción o los episodios prolongados de estrés figuran como desencadenantes principales. Incluso la rutina y el aburrimiento prolongados pueden desembocar en falta de energía. Además, la fatiga a veces aparece como una señal de problemas más complejos, como el síndrome de fatiga crónica, que conlleva síntomas persistentes que no remiten tras descansar.

La fatiga como síntoma de enfermedades específicas

La fatiga se presenta en muchas ocasiones como síntomas de otras enfermedades, tanto físicas como mentales. Puede manifestarse en trastornos hormonales como la enfermedad de Addison o problemas tiroideos, en patologías autoinmunitarias como el lupus, y en enfermedades crónicas como la artritis, cáncer o diabetes. Las infecciones prolongadas, entre ellas hepatitis, VIH/sida, tuberculosis o mononucleosis, pueden causar fatiga sostenida. Además, afecciones cardíacas, renales y hepáticas, así como cuadros de desnutrición o trastornos alimentarios como la anorexia, suelen incluir la fatiga en su cuadro sintomático.

Tipos de cuidados para la fatiga

Frente a la fatiga, hay ciertas prácticas que podemos realizar en casa. La primera recomendación es la de dormir, junto con adoptar una dieta equilibrada y una hidratación adecuada. El ejercicio regular y la incorporación de técnicas de relajación, como el yoga o la meditación, pueden mejorar el bienestar general.

Asimismo, es aconsejable mantener un balance entre las actividades laborales y personales, moderar el estrés y, en lo posible, tomar pausas o vacaciones que permitan recuperar energías. Será preciso consultar al médico sobre el uso de suplementos vitamínicos o la posible reevaluación de medicamentos es recomendado cuando la fatiga está presente.

Se insta a evitar el consumo de alcohol, nicotina y drogas. Si la fatiga está relacionada con dolor crónico o depresión, tratar estos problemas podría aliviar el cansancio. El uso de estimulantes como la cafeína solo aporta alivio temporal y puede empeorar el problema a largo plazo.

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Cuándo es necesario consultar a un profesional médico

El contacto con un profesional de la salud debe producirse de inmediato si la fatiga viene acompañada de síntomas graves como confusión, mareo, visión borrosa, escasa producción de orina, aumento rápido de peso con hinchazón, o pensamientos suicidas o de autolesión. De igual forma, se debe programar una consulta si la fatiga resulta inexplicable, persistente y se presenta junto a fiebre, pérdida de peso, sudoración frecuente, debilidad, dolores de cabeza recurrentes o insomnio. También se aconseja la consulta si existen antecedentes de medicamentos que podrían causar fatiga, tristeza prolongada o síntomas de depresión.

Impacto del cansancio mental en la vida diaria

Una persona con fatiga. (Associated
Una persona con fatiga. (Associated Press)

La fatiga mental afecta varios aspectos del día a día. A nivel laboral o académico, reduce la productividad, hace que tareas sencillas resulten complejas y puede provocar frustración. En el plano personal, interfiere en la calidad de las relaciones, disminuye la paciencia y puede iniciar un distanciamiento emocional con familiares y amigos.

La relación mente-cuerpo se refleja en síntomas físicos como insomnio, dolores musculares, tensión y hasta problemas digestivos. El deterioro de la autoestima y la falta de motivación pueden limitar la calidad de vida y el disfrute de actividades habituales. Este estado tiende a sustituir el entusiasmo por la rutina y el bienestar por el automatismo.