El jarabe para la tos podría proteger contra la demencia causada por el Parkinson

El ambroxol es un ingrediente que está demostrando eficacia para proteger frente a los síntomas neuropsiquiátricos del Parkinson

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Un jarabe para la tos
Un jarabe para la tos (Pexels)

Un ingrediente común de los jarabes para la tos podría convertirse en terapia para el deterioro cognitivo, un síntoma característico de la enfermedad del Parkinson. El ambroxol actúa disminuyendo la viscosidad de la secreción mucosa, lo que facilita su expulsión en los catarros y gripes. Se encuentra en los jarabes y pastillas para la tos en Europa, aunque su uso no está aprobado en Estados Unidos, Australia ni Canadá, entre otros.

El hallazgo llega de la mano de una investigación liderada por la Universidad Occidental en Canadá, que reunió en un ensayo clínico a 47 pacientes diagnosticados con demencia por Parkinson. El estudio dividió a los individuos en dos grupos: uno recibió una dosis diaria elevada de ambroxol; el otro, un placebo. Los resultados mostraron que los 22 pacientes que habían sido medicamentos con el fármaco no empeoraron sus síntomas neuropsiquiátricos, frente a los 25 del grupo del placebo que sí sufrieron un deterioro.

“Nuestro objetivo era cambiar el curso de la demencia de Parkinson. Este ensayo inicial ofrece esperanza y proporciona una base sólida para estudios más amplios”, declara el neurólogo Stephen Pasternak de la Universidad Occidental. “Estos hallazgos sugieren que el ambroxol puede proteger la función cerebral, especialmente en aquellos con riesgo genético”. Además, los pacientes tratados con ambroxol sufrieron menos caídas y mantuvieron estables síntomas como delirios, alucinaciones, ansiedad, irritabilidad, apatía y alteraciones motoras.

Marc Gauthier, de 62 años, ha vuelto a caminar tras un diagnóstico de Parkinson hace ya tres décadas.

Una mejora cognitiva

Ambos grupos presentaron resultados similares en pruebas cognitivas relacionadas con memoria y lenguaje, y no se observaron mejoras clínicas significativas en la cognición general. Sin embargo, el equipo investigador identificó que algunos participantes portadores del gen GBA1 de alto riesgo para Parkinson mostraron mejoría cognitiva bajo tratamiento con ambroxol. Los autores advierten que, debido al tamaño reducido de la muestra y la ausencia de un grupo control específico para este subgrupo, estos resultados deben interpretarse con cautela y requieren estudios adicionales.

El gen GBA1, cuando presenta variantes de alto riesgo, suele asociarse a una menor actividad de la enzima glucocerebrosidasa (GCase), lo que favorece la acumulación de proteínas en el cerebro, como los cuerpos de Lewy, característicos de la demencia por Parkinson. Otras investigaciones recientes ya habían demostrado que ambroxol puede incrementar de forma significativa la actividad de GCase. En el ensayo actual, los pacientes tratados con el fármaco alcanzaron 1,5 veces más actividad enzimática que el grupo placebo.

En cuanto a la seguridad, no se reportaron efectos adversos graves entre quienes recibieron ambroxol, aunque sí se documentaron molestias gastrointestinales leves o moderadas que llevaron a algunos participantes a abandonar el estudio.

La capacidad de ambroxol para atravesar la barrera hematoencefálica ha llevado a algunos científicos a plantear su potencial para tratar no solo el Parkinson, sino también otras enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la enfermedad de Gaucher, la neuroinflamación o lesiones medulares. No obstante, los autores subrayan que confirmar esta hipótesis requerirá más ensayos clínicos. El reciente avance en la demencia por Parkinson, según Pasternak, “ofrece esperanza y una base sólida para estudios de mayor envergadura”.