El hongo detrás de la “maldición de Tutankamón” podría ser clave para tratar la leucemia

El ‘Aspergillus flavus’ es un potencial anticancerígeno cuya eficacia ha demostrado ser comparable a la de la quimioterapia

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Máscara funeraria de Tutankamón (Wikimedia
Máscara funeraria de Tutankamón (Wikimedia Commons)

Es la década de 1920. El mundo acaba de salir de la Gran Guerra casi al mismo tiempo que de la mal llamada gripe española y necesita historias fascinantes para evadirse de la realidad. Y no tardaron en encontrarla: en 1922, el egiptólogo Howard Carter descubre la tumba de Tutankamón y trece arqueólogos de la expedición mueren poco tiempo después en inexplicadas circunstancias. Nacía así la leyenda de la maldición del faraón que conmocionaría al mundo.

Sin embargo, lo que ocultaban las profundidades del Valle de los Reyes de Luxor, una necrópolis clave en la arqueología egipcia, no era únicamente las tumbas de faraones, reinas y príncipes, sino también un hongo. Las investigaciones actuales apuntan que el Aspergillus flavus podría haber sido el presunto responsable de la muerte de los arqueólogos que abrieron la tumba de Tutankamón.

El A. flavus está presente en la materia orgánica en descomposición, produciendo esporas de un color amarillo-verdoso que pueden infectar los pulmones de los mamíferos y los cultivos. En los humanos, este hongo puede provocar aspergilosis, una infección que puede derivar en enfermedades pulmonares letales si no se trata adecuadamente. Aunque todavía no se ha confirmado la implicación del hongo en el fallecimiento de arqueólogos como lord Carnarvon, presente en el momento del descubrimiento de Tutankamón, los estudios apuntan a ello.

La tumba de Tutankamón (Imagen
La tumba de Tutankamón (Imagen de archivo de Infobae)

De su notoriedad histórica surge ahora un nuevo tipo de interés que ha llamado la atención de los científicos: su posible poder anticancerígeno. Un reciente estudio de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) ha revelado que este hongo puede tener poderosos efectos para combatir la leucemia en humanos.

Un potencial tratamiento contra la leucemia

La investigación, publicada en la revista Nature Chemical Biology, se propuso analizar el potencial de los péptidos ribosomales sintetizados y modificados postraduccionalmente (RiPPs) producidos por diferentes cepas de Aspergillus. Aunque estos compuestos ya habían mostrado eficacia anticancerígena en plantas, su estudio en hongos era escaso debido a la complejidad de sus estructuras y a la dificultad para identificarlos correctamente.

El equipo examinó una docena de cepas de Aspergillus mediante técnicas metabólicas y genéticas, logrando aislar cuatro compuestos con estructuras complejas y similares, a los que denominaron asperigimicinas. En pruebas de laboratorio, dos de estas asperigimicinas demostraron una alta potencia contra células de leucemia, aunque no presentaron efecto sobre células de cáncer de mama, hígado o pulmón.

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La modificación de uno de estos RiPPs, mediante la adición de una molécula lipídica, incrementó la actividad anticancerígena del hongo. Además, el compuesto modificado mostró eficacia comparable a dos fármacos de quimioterapia aprobados por la FDA para la leucemia: citarabina y daunorrubicina, y además resultó activo en varias líneas celulares de leucemia y en una línea de cáncer de mama.

“Saber que los lípidos pueden influir en cómo este gen transporta compuestos al interior de las células nos proporciona una herramienta adicional para el desarrollo de fármacos”, afirma Qiuyue Nie, ingeniera biomolecular de la UPenn. Los autores sugieren que la incorporación del lípido podría modificar la actividad de un gen específico, facilitando que el fármaco penetre y permanezca en el interior de las células cancerosas, lo que interfiere en su replicación. “Esta es una región inexplorada con un potencial enorme”, concluye.