Los accidentes laborales aumentan un 17 % durante las olas de calor: estos son los derechos de los trabajadores cuando la temperatura es extrema

Las olas de calor, cada vez más comunes y tempranas en nuestro país, están perjudicando notablemente la salud de los trabajadores. Según datos del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), los accidentes en el entorno laboral aumentan un 17 % durante los episodios de calor extremo. Este porcentaje se enmarca en un nuevo contexto climático que afecta especialmente a los países del sur de Europa, donde España figura entre los más expuestos a este tipo de fenómenos.

Cada año, unas 1.300 personas fallecen por causas relacionadas con el calor en nuestro país, cifra que escaló hasta en 2022 hasta las 4.789 defunciones provocadas por olas de calor.

No obstante, las consecuencias de las temperaturas extremas no solo afectan a la salud pública, sino también a la economía. Para la década de 2060, se estima que el impacto del calor podría generar pérdidas en el Producto Interior Bruto de Europa superiores al 1 %, tal y como indica el INSST en una nota de prensa remitida este martes a los medios.

La exposición a temperaturas elevadas provoca un abanico de problemas: golpes de calor, agotamiento, insuficiencia renal, alteraciones cardiovasculares, deshidratación y un aumento de la fatiga. Estos efectos influyen en la capacidad de concentración, la coordinación y el estado emocional de los trabajadores, lo que incrementa el peligro de accidentes y enfermedades profesionales.

Las labores al aire libre, como las realizadas en agricultura, construcción o comercio, resultan especialmente vulnerables durante los meses de verano. El INSST ha explicado que la exposición intensa al sol también incrementa en un 60 % el riesgo de desarrollar cáncer de piel, y 1 de cada 3 muertes por este tipo de cáncer tienen un origen laboral.

Para hacer frente a esta realidad, la legislación laboral española ha reforzado su protección. El Real Decreto-Ley 4/2023 prohíbe el trabajo al aire libre durante episodios de calor extremo y obliga a las empresas a adaptar o, si es necesario, interrumpir la jornada laboral en estos casos.

Las empresas deben vigilar en todo momento la salud del equipo humano, aplicar protocolos de prevención y seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Cuando la temperatura interna del cuerpo supera los 38ºC, aparecen los primeros síntomas de afectación por calor, señal de que deben extremarse las medidas.

Además, la normativa contempla las siguientes obligaciones mínimas para los empleadores:

• Control del ambiente de trabajo: regular la temperatura entre 17 °C y 27 °C en tareas sedentarias bajo techo, de 14 °C a 25 °C en actividades ligeras o no sedentarias, y mantener la humedad entre el 30% y el 70%.
• Disponibilidad de agua potable y fresca en todo momento.
• Ropa adecuada: evitar prendas pesadas, facilitando ropa ligera y transpirable.
• Información y prevención: comunicación clara sobre los riesgos del calor y las medidas adoptadas, en especial a personas vulnerables.
• Más protección en tareas al aire libre: provisión de gorra, gafas de sol y protector solar; favorecer que las tareas se realicen a la sombra y habilitar zonas frescas para el descanso. Además, la normativa insta a reorganizar horarios y procesos para evitar esfuerzos físicos intensos.

Recientes cambios en la ley recogen el derecho de un “permiso climático retribuido” de hasta cuatro días laborables cuando las circunstancias meteorológicas extremas impidan el acceso o el desempeño habitual del trabajo. Existe además el derecho a la “parada climática”, por el cual la representación legal de los trabajadores puede detener la actividad ante un riesgo evidente por calor, sin temor a represalias.

Las pausas y descansos también deben adaptarse a la situación, ampliándose o ajustándose para prevenir daños a la salud.

Asimismo, según el Real Decreto 1561/1995, cuando las condiciones ambientales extremas representan un riesgo para la salud y no ha podido prevenirse, se ajustará la jornada laboral, disminuyendo el tiempo de exposición y sin que haya reducción de salario.

Si una empresa no aplica estas medidas, la plantilla puede comunicarlo al delegado de prevención, al comité de empresa o a la Inspección de Trabajo. Tanto la falta de medidas preventivas como el rechazo a reorganizar turnos o tareas frente al calor pueden derivar en sanciones impuestas por la autoridad laboral competente.

El Real Decreto establece que si no existe acuerdo entre empresa y trabajadores respecto a las medidas a adoptar, cualquiera de las partes puede solicitar la intervención de la Inspección de Trabajo. Entonces, corresponderá a la autoridad laboral fijar las condiciones de protección en estos casos.

En la web del INSST se podrán encontrar fichas informativas y guías de actuación ante olas de calor, radiación solar y riesgos biológicos. Esta iniciativa se dirige a empresas, trabajadores y profesionales de la prevención para reducir el impacto del calor extremo y mejorar la protección de la salud en el entorno laboral.