El riesgo de padecer demencia senil disminuye entre generaciones más jóvenes, según un estudio reciente

A pesar de que los casos siguen en aumento debido al envejecimiento poblacional, una amplia investigación internacional revela que las personas nacidas en las últimas décadas presentan menos probabilidades de desarrollar demencia

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(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Un amplio análisis internacional publicado en Jama Network Open revela que quienes nacieron en décadas recientes tienen menos probabilidades de desarrollar demencia a edades avanzadas en comparación con generaciones anteriores, una tendencia especialmente evidente entre las mujeres. Esta conclusión surge tras examinar los datos de más de 62.000 personas mayores de 70 años residentes en Estados Unidos, Inglaterra y Europa.

Las cifras globales, sin embargo, siguen en ascenso. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2021 más de 57 millones de personas sufrían algún tipo de demencia y, según proyecciones, se estima que el número podría alcanzar los 153 millones en 2050 debido al aumento de la longevidad y el envejecimiento poblacional. Aunque el riesgo incrementa con la edad, investigadores insisten en que el deterioro cognitivo no es una consecuencia inevitable del envejecimiento.

Las generaciones más recientes muestran menos probabilidad de desarrollar demencia

El estudio, liderado por Xiaoxue Dou de la Universidad de Queensland (Australia), analizó muestras representativas en cada país utilizando solo variables comunes en todos los registros. Se aplicó un algoritmo que combinó dificultades en actividades diarias y pruebas cognitivas, permitiendo estimar la prevalencia de demencia aun en contextos de información incompleta.

Los resultados señalan, según el propio equipo, que “las cohortes de nacimiento más recientes tenían menos probabilidades de desarrollar demencia en las tres regiones, si bien el ritmo de descenso variaba de unas zonas a otras”. El fenómeno, según el artículo, es más pronunciado en el caso de las mujeres.

Una mujer mayor con demencia
Una mujer mayor con demencia (Shutterstock)

La investigación agrupó a la población mayor de 71 años en diferentes tramos de edad, identificando tasas de prevalencia específicas: 21,2 % en Estados Unidos, 38,9 % en Europa y 28,3 % en Inglaterra. Una de las autoras, Sabrina Lenzen, subrayó en The Guardian que “en Estados Unidos, entre las personas de 81 a 85 años, el 25,1 % de quienes nacieron entre 1890 y 1913 presentaba demencia, frente al 15,5 % de quienes nacieron entre 1939 y 1943”; una pauta también observable, aunque menos marcada, en Europa e Inglaterra. No obstante, se reconocen limitaciones: los diagnósticos no provienen de evaluaciones clínicas oficiales y los datos podrían no captar a minorías con características particulares.

Tara Spires-Jones, directora del Centre for Discovery Brain Sciences de la Universidad de Edimburgo, valoró el rigor del estudio y apuntó a cambios estructurales como causa tras esta tendencia: “El número de personas que viven con demencia sigue aumentando debido al envejecimiento poblacional, pero este estudio aporta buenas noticias sobre el menor riesgo entre generaciones más recientes”. Spires-Jones mencionó factores como la educación obligatoria, la prohibición del tabaco y mejoras en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, diabetes o la pérdida auditiva.

Al margen de los logros, Tom Dening (Universidad de Nottingham) advirtió que este descenso podría no mantenerse, ya que muchas de las mejoras más importantes se han implementado en décadas recientes. David Thomas, desde Alzheimer’s Research UK, subrayó que “casi la mitad de los casos de demencia podría prevenirse o retrasarse actuando sobre 14 factores clave - del tabaquismo a la calidad del aire -, aunque no todos están bajo control individual”. Thomas reclama que el gobierno implemente una estrategia integral de prevención que contemple el abordaje de los factores de riesgo de demencia.

Los hallazgos sugieren que, aunque la cantidad absoluta de casos continúe creciendo por el envejecimiento global, la proporción de afectados disminuye entre las nuevas generaciones, al menos en los países y generaciones estudiadas. Según los autores, “esta disminución generacional del riesgo de demencia tiene importantes repercusiones para la planificación sanitaria, las políticas de cuidados a largo plazo y las necesidades laborales en sociedades que envejecen”.