El lado oscuro de pedir una excedencia en el trabajo, según un abogado: “Parar también es una opción. Pero ojo, no todo vale”

Muchos trabajadores solicitan este permiso para atender asuntos personales, pero su reincorporación no está asegurada. Expertos advierten del “limbo legal” en el que pueden quedar atrapados

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El lado oscuro de pedir
El lado oscuro de pedir una excedencia en el trabajo, según un abogado: “Parar también es una opción. Pero ojo, no todo vale”

Las excedencias voluntarias se han convertido en una herramienta cada vez más utilizada por los trabajadores en España para hacer una pausa en su carrera profesional sin romper el vínculo contractual con la empresa. Aunque no requieren justificación, suelen responder a motivos personales, formativos o familiares, y permiten al empleado ausentarse por un periodo de al menos cuatro meses de duración que puede extenderse hasta cinco años. En un contexto de transformación del mercado laboral, marcado por la búsqueda de mayor conciliación y bienestar, este derecho recogido en el Estatuto de los Trabajadores refleja un cambio en las prioridades vitales de buena parte de la población activa.

En ocasiones, quienes han solicitado una excedencia voluntaria regresan a su empresa y descubren que su puesto ya ha sido ocupado por otra persona. El proceso de reincorporación tras una excedencia voluntaria puede dejar a los empleados en un contexto de incertidumbre laboral, donde las dudas sobre el futuro profesional se convierte en una preocupación central. Por eso, el abogado laboralista Ignacio de la Calzada, conocido en redes sociales por ofrecer consejos legales bajo el pseudónimo “Un tío legal” ha aclarado algunos puntos clave de los derechos con los que cuentan los trabajadores en estos casos, que él mismo describe como “un limbo”, durante su reciente aparición en el canal de YouTube de la empresa de software de recursos humanos Sesame.

Qué ocurre al acabar la excedencia

La excedencia voluntaria permite a los empleados, tras cumplir al menos un año en la empresa, solicitar un periodo de ausencia para dedicarse a otras necesidades, pero también a sus intereses personales. Según la normativa, es fundamental especificar la duración de la excedencia al momento de solicitarla. Al regresar, el trabajador puede encontrarse con que su puesto ya no está disponible. En ese caso, la empresa puede responder con algo como: “No, majo, que hay alguien en tu puesto”, asegura el abogado. “Cuando tenga un hueco de lo tuyo o similar, te llamaré. Te fastidias”, continúa el experto en tono desenfadado. Esto pone en evidencia como la reincorporación del trabajador tras una excedencia no es automática ni garantizada.

Reclamar la reincorporación o una indemnización

Durante el tiempo de espera para volver a entrar en la empresa, el trabajador puede solicitar la prestación por desempleo, conocida como el paro, señala el creador de contenido en redes. Esto significa que, aunque el empleado no recupere su puesto de inmediato, tiene derecho a recibir una ayuda económica para aliviar su situación mientras espera una vacante similar en la empresa.

Un trabajador firma el documento
Un trabajador firma el documento para comenzar su excedencia laboral. (EIP International Business School)

Hasta que esta aparezca, el trabajador debe mantenerse atento y recordar periódicamente a la empresa su deseo de reincorporarse. En algunos casos, el trabajador observa que la empresa publica ofertas de empleo para puestos similares al suyo y contrata a nuevas personas. Frente a esta situación, si el empleado puede demostrar que la empresa ha contratado a alguien para un puesto igual o similar al suyo durante su excedencia, puede reclamar judicialmente su derecho a reincorporarse o, en su defecto, pedir una indemnización por despido tácito. La clave está en reunir pruebas, como las ofertas de empleo publicadas y la contratación de nuevos trabajadores, que demuestren que la empresa ha cubierto el puesto que el solicitante de excedencia ocupaba previamente.