Un adolescente acaba en urgencias con síntomas de abstinencia después de que sus padres le quitaran el móvil

Diferentes expertos en Italia contemplan un nuevo modelo organizativo que se centre en la atención en el “cuadro psicológico y social de los pacientes”

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Un adolescente acaba en urgencias
Un adolescente acaba en urgencias con síntomas de abstinencia después de que sus padres le quitaran el móvil (Pexels)

Una escena cada vez más habitual en los hogares de medio mundo terminó, esta vez, con un adolescente hospitalizado en urgencias por culpa de un smartphone. Ocurrió en Turín, Italia, donde un joven fue atendido por un cuadro severo de agitación psicomotora tras una discusión con sus padres. El detonante: le retiraron el móvil.

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El chico llegó acompañado de sus progenitores al hospital San Luigi en Orbassano. Allí se encontraba de guardia el profesor Gianluca Rosso, médico cirujano, especialista en psiquiatría y profesor asociado de la Universidad de Turín. “Cuando llegó a urgencias presentó exactamente los mismos síntomas que una persona en abstinencia de sustancias. Lástima que lo que extrañó psicotrópicamente fue su teléfono inteligente”, relató Rosso. La escena, según él, no fue sorprendente, ya que cada vez ve más casos similares.

La normativa obsoleta “no corresponde en absoluto al cuadro psicológico y social de los pacientes”

Un adolescente acaba en urgencias
Un adolescente acaba en urgencias con síntomas de abstinencia después de que sus padres le quitaran el móvil (Pixabay)

El adolescente fue tratado con “importantes terapias ansiolíticas, tanto intramusculares como intravenosas”. Superada la crisis, se le dio el alta. Pero la raíz del problema, el vínculo adictivo con el dispositivo, sigue intacta. Como explicó el propio Rosso, “el uso del smartphone crea un vínculo con el objeto muy similar al que se obtiene con otras sustancias de abuso como el alcohol, los cigarrillos y los estupefacientes. Todas ellas provocan una estimulación continua del sistema dopaminérgico, a la que nuestro cerebro se acostumbra y, precisamente por ello, siente la necesidad continua del estímulo”.

El origen del brote estuvo en una decisión de los padres: retirarle el móvil ante lo que consideraban un uso desmesurado. Una medida aparentemente razonable, pero que desató en su hijo una reacción equiparable a la de “cualquier drogadicto en situación de necesidad”. Esa comparación, realizada por el propio psiquiatra, condensa el alcance del problema: lo digital ha entrado con fuerza en el campo de las adicciones.

No se trata solo de un episodio aislado. Desde los servicios de salud de Turín se alerta de que el marco normativo actual, basado en reglas redactadas hace décadas, no se ajusta al perfil actual de los pacientes. “El mundo laboral está ligado a una normativa obsoleta, redactada en los años Setenta y que hoy no corresponde en absoluto al cuadro psicológico y social de los pacientes”, denunció Carlo Picco, director general de la ASL Città di Torino, según anuncia Torino.Corriere.it.

Por este motivo, Picco ha propuesto un nuevo modelo organizativo, ya en fase de prueba, que busca integrar distintos enfoques terapéuticos. “En Turín hemos experimentado una fórmula para un departamento integrado de adicciones que en su interior contiene psiquiatría, neuropsiquiatría y psicología”, explicó Picco. Esta fórmula, según él, permite abordar los casos desde una perspectiva complementaria, “y no en silos”.

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En un contexto donde el “malestar juvenil representa una epidemia”, la visión compartida se vuelve indispensable. Por eso, este nuevo modelo también contempla una estructura compleja capaz de atender a todas las edades: “niños, adolescentes y adultos, para poder tratar a los pacientes en una única cadena, sin dejarlos nunca solos”. Un planteamiento que ya se discute a nivel nacional.

En el reciente encuentro del Laboratorio de Salud Mental de Turín participaron Alberto Siracusano, profesor emérito de Psiquiatría en la Universidad Tor Vergata, y Giuseppe Nicolò, director de la ASL Roma 5. Ambos coincidieron en la necesidad de adoptar un enfoque de ‘Una Salud Mental, que considera el bienestar psicológico como una cuestión colectiva, no solo médica.