Este es el tiempo que deberías estar sentado en el váter, según una doctora: “Aumenta la presión y afecta la circulación sanguínea”

Si se propasa el tiempo recomendado, se aumenta el riesgo de hemorroides, debilitamiento del suelo pélvico y, en algunos casos, con el prolapso rectal

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La razón por la que
La razón por la que sigues despertándote para orinar (Freepik)

A pesar de que muchos no lo reconozcan, desde que llegaron los smartphones y las redes sociales, el tiempo que pasamos metidos en el baño ha aumentado. Y es que, una necesidad de dos minutos puede prolongarse hasta los 20 minutos casi sin percatarnos. De esta manera, en muchas ocasiones lo que empieza como una pausa rutinaria se convierte en una sesión prolongada en el trono de porcelana.

Esta dinámica no es nada inofensiva, ya que quedarse sentado demasiado tiempo en el inodoro puede conllevar algunos efectos que van más allá del entumecimiento en las piernas. “Cuando los pacientes acuden a mí con quejas, una de las principales áreas en las que debemos profundizar es el hecho de pasar mucho tiempo en el baño”, afirma la Dra. Lai Xue, cirujana colorrectal del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas en Dallas, en una entrevista con la CNN.

Pero lo que preocupa a los especialistas no es solo la duración de la estancia, sino lo que ocurre en el cuerpo mientras se prolonga ese momento. Sentarse más de la cuenta en el inodoro está relacionado con un mayor riesgo de hemorroides, debilitamiento del suelo pélvico y, en algunos casos, con el prolapso rectal. La Dra. Farah Monzur, profesora adjunta de medicina y directora del Centro de Enfermedades Inflamatorias Intestinales en Stony Brook Medicine (Long Island), lo resume así: el tiempo recomendable es de cinco a diez minutos. Más allá de ese intervalo, comienzan los problemas.

Las consecuencias físicas

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Tal y como han explicado las expertas a la CNN, la gravedad que nos mantiene pegados a la taza también complica la tarea de devolver la sangre al corazón. “El asiento del inodoro, abierto y ovalado, comprime los glúteos, manteniendo el recto en una posición más baja que si estuviera sentado en el sofá”, explica Xue. “Se convierte en un valor unidireccional donde la sangre entra, pero realmente no puede regresar”. ¿La consecuencia? Las venas y los vasos sanguíneos que rodean el ano y el recto inferior se agrandan y se llenan de sangre, lo que aumenta el riesgo de hemorroides.

A esto se suma el factor del esfuerzo. El cuerpo, al tensar los músculos en busca de una evacuación que a veces no llega, sufre. “Hoy en día, estamos viendo un aumento en el número de personas que pasan más tiempo en el baño, y eso es muy perjudicial para los órganos anorrectales y el suelo pélvico”, advierte Xue. Del mismo modo, Monzur coincide y aclara que “las personas que usan el teléfono mientras están en el baño tienden a perder la noción del tiempo, ya que se sientan y tensan los músculos para evacuar”.

Pero las hemorroides no es el único inconveniente de salud que. Y es que también aumentan las posibilidades del prolapso rectal, una condición en la que el recto se desliza hacia abajo y sobresale por el ano. Y no solo eso: los músculos del suelo pélvico, esenciales para una evacuación fluida, también se ven afectados. “La presión gravitacional sobre el suelo pélvico tensiona los músculos al estar sentado constantemente durante largos periodos”, afirma Xue.

“Haz que sentarse en el inodoro sea lo menos interesante posible”

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La recomendación de los médicos es clara: evitar convertir el baño en una sala de estar. El Dr. Lance Uradomo, gastroenterólogo en City of Hope Orange County (California), lo resume con una estrategia sencilla: dejar fuera los teléfonos, revistas y libros. “No vayas pensando que estarás allí mucho tiempo. Porque entonces querrás llevar algo para mantener la mente ocupada”, apunta igualmente Monzur, quién añade: “Haz que sentarse en el inodoro sea lo menos interesante posible”.

En caso de qquien tiempo prolongado se deba a la espera de la evacuación, los expertos recomiendan levantarse transcurrido el tiempo recomendado. Además, “caminar un poco puede estimular los músculos intestinales para que produzcan una evacuación intestinal”, sugiere Xue, quien también recomienda una dieta rica en fibra y buena hidratación. Según la Academia Nacional de Medicina, la cantidad de agua diaria recomendada oscila entre 2,7 y 3,7 litros. El Departamento de Agricultura de EE. UU. aconseja consumir 14 gramos de fibra por cada 1.000 calorías ingeridas. “La fibra y el agua ablandan las heces, facilitando su evacuación”, apunta la experta.

Sin embargo, hay casos en los que la dificultad para defecar o la necesidad constante de estar en el baño indican un problema mayor. “Si un tumor en el colon crece lo suficiente, puede obstruir el flujo de las heces, lo que puede causar estreñimiento y sangrado”, explica Uradomo. La Sociedad Estadounidense del Cáncer estima que en 2025 se diagnosticarán 106.590 casos nuevos de cáncer de colon y 46.220 de cáncer rectal. Uradomo recuerda que, en su carrera, ha visto a pacientes jóvenes que empezaron con molestias leves, como hemorroides o estreñimiento, y acabaron siendo diagnosticados con cáncer de recto.

De esta manera, ante señales persistentes, como estreñimiento, sangre en las heces, estancias prolongadas en el baño durante más de tres semanas, los médicos recomiendan acudir a un especialista. “Dependiendo de la gravedad de los síntomas, su médico de cabecera puede derivarlo a un gastroenterólogo o a un cirujano colorrectal para una evaluación más detallada”, concluye Monzur.