Este es el nuevo valor que marca el límite de una presión arterial alta: una detección precoz para mejorar la respuesta clínica

Con este parámetro se podrían evitar al menos un 15 % de los casos de infarto y hasta un 18 % de los accidentes cerebrovasculares

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El nuevo valor que marca
El nuevo valor que marca el límite de una presión arterial alta (Pexels)

La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por una presión persistente y elevada de la sangre en las arterias, lo que obliga al corazón a trabajar más de lo necesario y aumenta significativamente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares graves, como infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca.

Durante décadas, los expertos en salud han considerado que una presión de 140/90 mmHg era el umbral a partir del cual una persona debía ser diagnosticada con hipertensión. Sin embargo, nuevas evidencias clínicas han llevado a revisar ese parámetro, según DH News. Este ajuste en las cifras responde a la necesidad de reforzar las medidas preventivas frente a enfermedades cardiovasculares, que siguen siendo una de las principales causas de muerte prematura.

Solo el 40% que padece una enfermedad cardiovascular lo sabe

El nuevo valor que marca
El nuevo valor que marca el límite de una presión arterial alta (Pexels)

La hipertensión arterial es una afección particularmente peligrosa por su carácter silencioso. En la mayoría de los casos, no presenta síntomas visibles, lo que contribuye a su diagnóstico tardío o incluso a su desconocimiento. Actualmente, se estima que solo el 40 % de las personas con hipertensión saben que padecen la enfermedad, y de ellas, solo una fracción mantiene su presión bajo control con el tratamiento adecuado.

Los nuevos límites, más estrictos, buscan revertir esta situación. Según los expertos, se trata de una oportunidad para reforzar las prácticas de detección precoz y mejorar la respuesta clínica ante una condición que, si no se controla, puede derivar en complicaciones graves como insuficiencia renal, hemorragias cerebrales, ceguera o incluso la muerte. Por lo que a partir de ahora, según el consenso alcanzado por las principales entidades de cardiología de Argentina, se considera que una persona tiene la presión alta si sus valores superan los 130/80 mmHg.

Aunque la diferencia pueda parecer mínima, apenas 10 milímetros de mercurio en cada valor, el impacto es considerable: los estudios que respaldan la decisión indican que esta reducción podría evitar al menos un 15 % de los casos de infarto y hasta un 18 % de los accidentes cerebrovasculares. Hasta el momento, las causas más frecuentes de la hipertensión se encuentran la edad avanzada, la obesidad, el sedentarismo, una dieta rica en sal, el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo, el estrés crónico y los antecedentes familiares. Frente a ello, se recomienda adoptar un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada, ejercicio físico regular, control del peso corporal, reducción de la sal en las comidas, evitar el alcohol y abandonar el tabaco.

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En los casos en que estas medidas no son suficientes, los profesionales sanitarios pueden prescribir tratamientos farmacológicos. Y es que, la adherencia a la medicación y las revisiones periódicas son claves para mantener la presión bajo control y prevenir daños en órganos vitales como el corazón, los riñones, el cerebro y los ojos.

La modificación del valor de referencia, aunque suponga un reto adicional tanto para médicos como para pacientes, representa un paso importante en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares. La presión ideal, ahora más baja, podría ser la clave para una población más protegida, más longeva y con una mejor calidad de vida.