Electromiografía: qué es y cómo se hace

Es una prueba médica segura, aunque puede generar molestias pasajeras o hematomas locales debido al uso de agujas

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Una electromiografía. (Adobe Stock)
Una electromiografía. (Adobe Stock)

La electromiografía es un tipo de prueba médica que se utiliza para evaluar la salud de los músculos y las células nerviosas que los controlan (neuronas motoras), conforme detalla la Clínica Mayo. En concreto, se usa para denominar la exploración electrofisiológica del nervio periférico y del músculo. No obstante, debe considerarse como una extensión del examen clínico y debe ser valorada siempre dentro del contexto clínico del paciente

No obstante, este tipo de exploración se compone también de la electroneurografía, parte fundamental del estudio, que utiliza electrodos de superficie que registran las respuestas nerviosas tras estímulos eléctricos en puntos específicos. Estos estímulos, aunque no dolorosos, provocan una leve sensación de hormigueo parecido a golpear el codo accidentalmente, según detalla la compañía sanitaria Quirón Salud en un artículo en su página web.

Por su parte, la electromiografía con aguja implica el registro directo de la actividad muscular en reposo y durante contracción. Para ello, un electrodo de aguja se inserta en diferentes músculos. Si bien el pinchazo inicial puede resultar molesto y en algunos casos se experimenta una leve sensación de dolor, esta técnica no requiere la aplicación de corrientes eléctricas. La actividad muscular observada aparece representada en una pantalla y se escucha por un altavoz, lo que facilita al médico analizar las señales.

La electromiografía con aguja. (Adobe
La electromiografía con aguja. (Adobe Stock)

El orden de realización de las técnicas varía según el caso clínico y el estilo del profesional. Usualmente se comienza con estudios de conducción nerviosa, avanzando hacia la electromiografía con aguja según los resultados obtenidos en tiempo real.

Cuándo se prescribe esta prueba

Las indicaciones para la realización de la electromiografía son amplias. En los laboratorios, las patologías más frecuentes incluyen:

  • Síndrome del túnel del carpo: Compresión del nervio mediano a nivel de la muñeca.
  • Neuropatía cubital: Lesión del nervio cubital en el codo.
  • Polineuropatías: Afectación de varios nervios periféricos, suele asociarse a enfermedades como la diabetes mellitus.

Una indicación recurrente es en casos de patologías de columna cervical o lumbar, donde la sospecha de compresión de raíces nerviosas requiere una localización precisa de la lesión, valoración de su cronicidad y gravedad, y garantizar la exclusión de otros posibles trastornos. Además, la EMG es útil para diferenciar debilidad de origen central o periférico, para diagnosticar enfermedades como la miastenia gravis, miopatías, miotonías o enfermedades de la neurona motora.

Preparativos para el procedimiento

Antes del estudio, el paciente debe proporcionar su consentimiento informado y asegurar una adecuada higiene corporal, evitando el uso de lociones o aceites en la piel. No es necesario ayunar ni suspender la medicación habitual. Durante el procedimiento, se verifica la temperatura de la piel y, de ser inferior a la adecuada, se calienta para evitar errores en la interpretación.

El tiempo de duración del estudio oscila entre 30 minutos y una hora y media. En casos complejos, si la correlación clínico-electrofisiológica no es concluyente, puede ser necesario programar una reevaluación.

Posibles riesgos y consideraciones especiales

La electromiografía es una prueba segura, aunque puede generar molestias pasajeras o hematomas locales debido al uso de agujas, especialmente en pacientes que toman anticoagulantes o presentan alteraciones en la coagulación. Existen mínimos riesgos de infección local o sensaciones de hormigueo posteriores al estudio.

Es importante que el paciente informe al médico si tiene un marcapasos o desfibrilador automático implantable (DAI) y si toma anticoagulantes como warfarina o medicamentos para la miastenia gravis. En cada caso, el procedimiento se realizará solo cuando los beneficios superen los posibles riesgos.