Cuál es el efecto del alcohol en el corazón

El consumo excesivo de estas bebidas puede desembocar en una miocardiopatía dilatada alcohólica

Guardar
Unos amigos brindan sus copas
Unos amigos brindan sus copas de vino (Shutterstock España)

Para celebraciones, para reuniones con amigos, para el día a día... el alcohol nunca falta a la cita. El consumo de bebidas alcohólicas es una práctica tan arraigada culturalmente que parece casi imposible imaginar un encuentro social sin estas. Según el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), España es el segundo país que más alcohol consume.

Aunque se conoce ampliamente su efecto sobre el hígado, su impacto en la salud cardiovascular pasa más desapercibido para la población general, pese a que puede tener consecuencias gravas para el corazón, afectando su estructura, su función y su ritmo de manera directa.

Lejos de los mensajes que asocian pequeñas dosis de alcohol con ciertos beneficios cardiovasculares, la ciencia advierte que la línea entre el consumo moderado y el daño potencial es más delgada de lo que se cree. Especialmente cuando se sobrepasan los límites recomendados, el alcohol se convierte en un tóxico para el músculo cardíaco, con implicaciones que pueden ser irreversibles.

El miocardio, el músculo encargado de bombear la sangre a todo el organismo, es particularmente vulnerable al efecto tóxico del alcohol, explica la Fundación Española del Corazón (FEC). Con el tiempo, el consumo excesivo daña las células musculares del corazón, provocando inflamación, fibrosis (acumulación de tejido cicatricial) y debilitamiento de las paredes del corazón.

Este deterioro progresivo puede desembocar en una enfermedad conocida como miocardiopatía dilatada alcohólica. Se trata de una condición en la que el corazón se dilata y pierde fuerza de contracción, lo que disminuye su capacidad de bombear sangre de forma eficiente.

La miocardiopatía dilatada es una de las consecuencias más graves del abuso crónico de alcohol. A medida que el corazón se debilita y se agranda, aparecen síntomas característicos de la insuficiencia cardíaca. Los más frecuentes son la fatiga persistente; la dificultad para respirar (disnea), especialmente al hacer esfuerzos o al acostarse; hinchazón en piernas y tobillos (edemas); palpitaciones y arritmias; y mareos y desmayos.

A diferencia de otras enfermedades cardíacas, donde los tratamientos farmacológicos pueden ser eficaces, en la miocardiopatía dilatada alcohólica el único tratamiento realmente efectivo es la abstención absoluta de cualquier tipo de alcohol, incluso en pequeñas cantidades. Solo de esta forma es posible frenar el avance del daño y, en algunos casos, mejorar la función cardíaca.

Cuál es el efecto del alcohol en el cerebro.

Una alteración del ritmo cardíaco

Otra de las consecuencias del abuso de alcohol sobre el corazón es su capacidad para alterar el ritmo cardíaco. El consumo excesivo puede desencadenar arritmias, siendo la más frecuente la fibrilación auricular. La fibrilación auricular es un trastorno en el que las aurículas del corazón laten de forma rápida e irregular, lo que afecta la eficiencia del bombeo sanguíneo y aumenta el riesgo de formación de coágulos. Dichos coágulos pueden viajar al cerebro y provocar ictus.

Incluso episodios de consumo excesivo puntual, como las borracheras de fin de semana, han sido asociados con la aparición transitoria de fibrilación auricular, fenómeno conocido como síndrome del corazón festivo.

Además de la fibrilación auricular, el alcohol puede favorecer la aparición de otras arritmias como las taquicardias supraventriculares o extrasístoles, que en personas predispuestas pueden desencadenar complicaciones mayores.