La razón por la que los legionarios participan en Semana Santa en el traslado del Cristo de Mena o de la Buena Muerte en Málaga

Cada Semana Santa, las calles de Málaga son testigos de la llegada de La Legión, el cuerpo castrense del ejército español, que marcha junto al Cristo de la Buena Muerte

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Legionarios del Tercio Don Juan
Legionarios del Tercio Don Juan de Austria III de La Legión llevan a hombros la figura del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas mientras lo trasladan a la casa hermandad de la Cofradía de Mena este Jueves Santo en Málaga. EFE/Daniel Pérez

Este Jueves Santo de Semana Santa, más de 160 caballeros y damas legionarios participaron en Málaga en los actos solemnes de la Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, conocido como Cristo de Mena, una tradición que comenzó en 1921.

A las 10:00 horas, el Buque de Acción Marítima Furor, con base en Cartagena y una de las unidades más modernas de la Armada, inició las maniobras de atraque y amarre en el Muelle 2 de Málaga. A bordo viajaban los efectivos de la Compañía de Honores del Tercio Alejandro Farnesio, IV de la Legión, quienes participan en los actos de traslado, entronización y procesión del Cristo de Mena.

Para poder participar en este acto, los legionarios se entrenan durante “cuatro semanas”, ha explicado una dama legionaria en La Hora de La 1: “Son muchas horas de sacrificio, pero todo se hace con mucha ilusión”, ha comentado la militar.

Congregación de Mena
Congregación de Mena

No ha habido que esperar para escuchar El Novio de la Muerte, una de las canciones más representativas de La Legión, que aunque no es el himno oficial del cuerpo, se interpreta en momentos solemnes y de gran carga emocional, ya que los legionarios la entonaron por primera vez a lo largo del día antes de atracar el barco.

El Cristo de la Buena Muerte, protector de La Legión

Cada Semana Santa, las calles de Málaga son testigos de la llegada de La Legión, el cuerpo castrense del ejército español, que marcha junto al Cristo de la Buena Muerte, imagen que ha sido su protector desde 1928. La devoción hacia esta figura religiosa es “inquebrantable”, tanto por parte de los malagueños como de los legionarios, quienes, cada Jueves Santo, rinden homenaje al crucificado mientras entonan el himno El Novio de la Muerte, explican desde la Cofradía de Mena.

El vínculo entre La Legión y la Congregación del Cristo de la Buena Muerte comenzó en 1928, cuando los mandos del recién formado Tercio de Extranjeros, tras su regreso de la guerra de África, solicitaron que el Cristo se convirtiera en protector de las tropas. Esta petición fue bien recibida por la cofradía, lo que permitió que la presencia militar se integrara en la procesión, un hecho que desde entonces se ha mantenido inalterable.

‘Viva el Paso Blanco’ o ‘viva el Paso Azul’ son algunos de los vítores que se pueden escuchar durante estas fiestas, en las que el viajero vive una experiencia única y espectacular gracias a sus Desfiles Bíblico-Pasionales

Una de las tradiciones más emblemáticas es la guardia legionaria, instaurada en 1931, que vela por la imagen del Cristo desde el Domingo de Ramos hasta el Miércoles Santo. Miles de malagueños y turistas se acercan cada año para presenciar este acto solemne, en el que los legionarios, conocidos por su marcialidad, reemplazan a los congregantes habituales en la custodia del Cristo.

La popularidad de esta devoción ha hecho que, para muchos, el Cristo de la Buena Muerte sea conocido como El Cristo de los legionarios, apodo que la Congregación acepta sin reservas. Las réplicas del Cristo se encuentran en todos los cuarteles legionarios, donde presiden los actos y se reafirma el lazo devocional. La devoción de los legionarios es evidente en actos como el traslado del Cristo a hombros de los caballeros legionarios en esta mañana del Jueves Santo.

El punto culminante de esta devoción se da en la procesión de este Jueves Santo, cuando La Legión marcha detrás del trono del Cristo y entona su himno entre vítores y aplausos.

La relación entre La Legión y el Cristo de la Buena Muerte alcanzó un hito formal en el año 2000, cuando el arzobispo castrense de España, monseñor José Manuel Estepa Llaurens, nombró al Cristo como protector oficial de La Legión.