Una psicoterapeuta explica por qué perdemos la memoria cuando bebemos mucho alcohol: “Nos ponemos en riesgo”

En más de una ocasión, seguro que te ha pasado, que has salido a tomar algo con tus amigas y habéis acabado tomando más cervezas o copas de las esperadas. Al día siguiente, cuando llega el momento de comentar la noche anterior, ellas mencionan una anécdota que, al parecer, fue muy graciosa, pero tú no recuerdas nada. Entonces, te preguntas: “¿por qué no me acuerdo si yo no bebí tanto?” La psicoterapeuta Oma ha explicado en un vídeo de TikTok por qué se da esta condición.

La experta explica que un blackout es “un episodio de amnesia temporal causado por el consumo excesivo de alcohol”. Suceden porque el alcohol “ataca directamente” al hipocampo, que es la estructura cerebral que “almacena y transforma los recuerdos de la memoria de corto plazo a largo plazo". Tal y como señala, esto significa que aunque el cerebro esté despierto, no está grabando lo que sucede. Esta condición se puede dar aunque estés lúcido, bailando, interactuando o hablando con alguien. Es como si tu cerebro no le hubiera dado al botón “rec” de la cámara.

La psicoterapeuta detalla que hay dos tipos de blackouts. Uno es el fragmentario, “que es el que te acuerdas como flashazos de la noche”. Por ejemplo, te puedes acordar de que has hablado con alguien, pero haber olvidado por completo el contenido de la conversación. Otro es el “blackout completo”, que es cuando la persona no puede rememorar nada de la noche o de una franja horaria por más que lo intente.

Oma considera importante mencionar que durante estos episodios, se tiene “conciencia funcional”, es decir, que el cuerpo está activo, pero no hay conciencia reflexiva de “no voy a hacer este comentario” o “esto me está poniendo en peligro”. “Estamos en piloto automático”, añade.

La experta comenta que hay a personas a las que les dan estos episodios de manera frecuente y otras a las que no les ocurre nunca. Esto se puede deber a diversas razones. Una tiene que ver con la “velocidad en la que consumimos el alcohol”, grandes cantidades en periodos cortos de tiempo. Por ejemplo, puede ocurrir con los chupitos.

Otra, es que “hay personas que son más sensibles cerebralmente al alcohol, entonces su hipocampo se ve afectado de forma más intensa y por eso tienden a los blackouts”. La tercera, que es “sumamente importante” para la profesional, tiene que ver con la salud mental. Si se está atravesando un momento difícil en la vida y ha optado por refugiarse en el alcohol, al no estar estable emocionalmente, los blackouts aparecerán con más facilidad.

“Son muy peligrosos porque como estamos funcionando automáticamente y no estamos pensando, nos ponemos en riesgo, hacemos situaciones que nos pueden afectar y es muy difícil trabajarlos en terapia, porque la persona no se acuerda”, añade Oma.

La psicoterapeuta recomienda disminuir el consumo de alcohol o incluso dejarlo unos meses, si se está en un momento complicado de la vida, ya que eso le dará un descanso al cerebro y permitirá que la persona se regule emocionalmente.