La transformación física de Marlon Wayans para su regreso a Scary Movie

El actor modificó rutinas de entrenamiento, incorporó sesiones de meditación y buscó asesoramiento profesional para recuperar energía, agilidad y equilibrio. Las claves de la rutina para volver a su personaje más emblemático

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El actor de 53 años
El actor de 53 años se sometió a una transformación física y mental para volver a "Scary Movie" (REUTERS/Mario Anzuoni)

La figura de Marlon Wayans está inevitablemente unida al humor excéntrico y la parodia, especialmente tras dar vida, hace más de dos décadas, al inolvidable Shorty Meeks en la saga ‘Scary Movie’.

Hoy, a los 53 años, el actor ha emprendido una transformación física notable para volver a encarnar a su personaje más emblemático, motivación que ha puesto a prueba tanto su disciplina como su entorno.

Es que la decisión de retomar el papel de Shorty Meeks no solo significaba reencontrarse con un icono de la comedia, sino también enfrentarse al reto de regresar en condiciones físicas idóneas para el tono frenético que caracteriza la saga.

Wayans, habituado a las exigencias del cine, describe este proceso como un regreso a las raíces, pero desde una perspectiva distinta: no se trataba esta vez convertirse en musculoso para una cinta de acción o un thriller dramático, sino de devolverle energía y ligereza a un personaje con el que millones de espectadores lo identifican. Este regreso se convierte en un homenaje a su carrera y a la comedia que lo llevó al estrellato.

Marlon Wayans de joven actuando
Marlon Wayans de joven actuando en "Scary Movie" (Captura de video)

Una de las claves más visibles de esta metamorfosis fue la pérdida de nueve kilos en tiempo récord, meta que sorprendió a propios y extraños, y que incluso acaparó titulares por la rapidez y eficacia con la que el actor logró el objetivo. Más allá de los centímetros y la báscula, la transformación impactó también a su círculo cercano, que no dudó en manifestar admiración y una cierta perplejidad frente a la dedicación mostrada.

Wayans no ha escatimado en detalles sobre lo desafiante de este proceso: “Anteriormente, iba al gimnasio, elegía una parte del cuerpo y la entrenaba. Solo me movía. Eso en sí mismo es una victoria, pero cuando hablas con alguien que sabe lo que está haciendo, es diferente”, comentó el actor a Men’s Health USA.

Además, reveló cómo este nuevo proceso ha supuesto retos físicos: durante la entrevista reconoció que “una costilla le pinchaba la parte superior de la espalda y eso le estaba dificultando el poder respirar”.

El nuevo camino emprendido por Marlon Wayans en materia de acondicionamiento físico no surge de la improvisación. Fue clave la colaboración con Adam Quinter, su entrenador personal durante los últimos 18 meses, quien delineó una rutina específica orientada no solo a la pérdida de peso, sino a un estado de bienestar general que permitiese al actor encarar las jornadas de rodaje con energía renovada. Quinter entendió que el desgaste de Wayans no era únicamente físico, sino también mental.

La rutina de Wayans incluyó
La rutina de Wayans incluyó ejercicios multifuncionales, meditación y técnicas para reducir el estrés oxidativo

La rutina diseñada para Wayans comenzó alejándose del esquema tradicional en el que el propio actor había confiado durante años. Ya no se trataba solamente de acudir al gimnasio y trabajar grupos musculares aislados: bajo la tutela de Quinter, el proceso se transformó en una experiencia integral y progresiva. Uno de los primeros cambios fue la implementación de herramientas para combatir el estrés oxidativo y mejorar el estado físico general.

Wayans relata este ritual semanal y la importancia de pequeños momentos de cuidado personal antes de afrontar el entrenamiento. A esto se suman ejercicios de descompresión espinal que el actor realiza “varias veces a la semana, con 10 minutos en una cámara a temperatura ambiente que se llena con una niebla mineral que le ayuda a aliviar el estrés oxidativo para después pasar 10 minutos en una silla de descompresión espinal”.

La meditación fue otra recomendación esencial: Quinter instó a Wayans a construir una sala especial en casa dedicada a esta práctica, consiguiendo así un espacio de introspección que potenció el equilibrio emocional del actor. Antes de afrontar los entrenamientos físicos con intensidad, el intérprete dedicaba quince minutos diarios a la meditación como una transición entre el estrés cotidiano y la exigencia física inmediata.

El regreso de Wayans a
El regreso de Wayans a su papel icónico representa un homenaje a su carrera y a la comedia que lo hizo famoso

En el núcleo del nuevo régimen confluyen ejercicios multifuncionales y circuitos de cuerpo completo. Caminatas diarias de media hora, circuitos de seis a ocho movimientos que combinan fuerza y resistencia, con series múltiples y breves intervalos de descanso, se convirtieron en la base de su preparación.

Me ha ayudado a encontrar el equilibrio”, explica sobre el trabajo junto a Quinter, resaltando la importancia que han tenido estos cambios para su vida y su carrera. Es que, según detalló, algunos ejercicios se volvieron habituales, como son las flexiones con peso adicional —utilizando una cadena en la espalda—, subidas a una caja de 50 centímetros con mancuernas de trece kilos en cada mano, pesos muertos estilo rumano y exigentes empujes de trineo de veintitrés metros.

Estos movimientos, pensados para lograr un trabajo simultáneo de torso y piernas, permitieron a Wayans esculpir su físico y dotarlo de agilidad, fundamental para el papel. “He aprendido a entrelazar más los actos físicos del fitness con el ‘acto espiritual’ de lo que intento hacer en mi carrera”, afirmó sobre esta nueva etapa.

Es que, lejos de entender el esfuerzo meramente como sacrificio, ha interiorizado el entrenamiento como una vía de “escape mental”: “Hacer ejercicio es una liberación”, aseguró a Men’s Health USA, subrayando el valor del equilibrio personal que le ha aportado esta transformación.