Improvisación, humor y Buenos Aires: la transformación de Úrsula Corberó en ‘El Jockey’

La protagonista de La casa de papel narra cómo su trabajo en el cine argentino le permitió fortalecer lazos emocionales y profesionales, abriendo caminos de autodescubrimiento y crecimiento en un entorno diferente

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Úrsula Corberó debuta en el cine argentino con 'El Jockey', una comedia surrealista dirigida por Luis Ortega

Úrsula Corberó inició una nueva etapa en su carrera internacional con su participación en El Jockey, una película dirigida por el argentino Luis Ortega. La actriz catalana, reconocida por su papel en La casa de papel, protagoniza esta obra que, tras su estreno en la Mostra de Venecia, llega ahora a las salas españolas. En una entrevista con Fotogramas, Corberó comentó que se unió al proyecto impulsada por el deseo de explorar nuevas dimensiones artísticas y personales, en un rodaje realizado íntegramente en Buenos Aires que la enfrentó a un entorno cultural y profesional distinto.

Una comedia surrealista de tonos existenciales

El Jockey se caracteriza por un humor absurdo y un tono surrealista que conforman una propuesta cinematográfica poco convencional. La narrativa, a cargo de Luis Ortega, transita entre lo cómico y lo existencial, lo que demandó de los actores una entrega total. La película incluye secuencias inusuales, como la escena donde el personaje de Nahuel Pérez Biscayart pregunta a Abril (Corberó): “¿Qué tengo que hacer para que me sigas amando?”, y ella responde: “Morir y nacer de nuevo”. Esta escena ejemplifica el espíritu libre de la película, donde la lógica cede ante la imaginación.

El filme fue recibido como una apuesta arriesgada dentro del cine argentino actual. El guion, escueto y abierto a la interpretación, funcionó más como punto de partida que como hoja de ruta definitiva. En palabras de Úrsula Corberó, “no tenía absolutamente nada que ver con lo que fue después la película”. La actriz explicó que el texto le generó más interrogantes que certezas, lo que la motivó a sumergirse creativamente junto al equipo.

Improvisación y libertad en el set

La actriz catalana explora nuevas
La actriz catalana explora nuevas dimensiones artísticas y personales en un rodaje íntegramente realizado en Buenos Aires (Europa Press)

La grabación de El Jockey ofreció a Corberó una experiencia marcada por la libertad artística y la improvisación. La actriz describió el proceso como “muy bonito, original y liberador”, y afirmó que le permitió soltar el control creativo. “Me hizo mucho bien como actriz y como persona… Confiar y dejarse llevar sintiendo que estaba todo bien me hizo bien, lo recomiendo”, expresó.

El guion, que no superaba las 90 páginas, obligó a construir personajes a partir de la experiencia colectiva durante el rodaje. Corberó compartió pantalla con actores como Daniel Giménez Cacho y Nahuel Pérez Biscayart, destacando la colaboración y el trabajo conjunto como elementos esenciales del proceso creativo.

La danza como herramienta expresiva

Uno de los momentos más exigentes del rodaje fue el baile inicial entre los protagonistas. Según relató Corberó, cada toma de esa escena aumentaba en intensidad, requiriendo un esfuerzo físico y emocional significativo. “Esa canción es la presentación de los dos personajes… Fue uno de mis momentos favoritos”, explicó.

La improvisación y la libertad
La improvisación y la libertad creativa marcaron el proceso de filmación, permitiendo a Corberó soltar el control y reinventarse (EFE/EPA/Fabio Frustaci)

Otra escena destacada fue la del baile con las “yoquetas”, la primera que rodó. Durante esa semana, no tuvo líneas de diálogo, lo que le permitió conectarse con su personaje desde lo corporal. “Fue super terapéutico… No había una coreografía pactada, sino una exploración de diferentes cosas”, agregó la actriz.

Este enfoque corporal y espontáneo le permitió a Corberó explorar nuevas formas de expresión, alejadas de los moldes tradicionales de sus trabajos anteriores.

Buenos Aires: clima, vínculos y rodaje

El rodaje en Buenos Aires representó para Corberó una experiencia reveladora. Rememoró con humor jornadas de calor extremo, con temperaturas cercanas a los 45℃, y anécdotas como la de una escena con Daniel Giménez Cacho en la que aparece con dos bebés distintos, lo que generó risas entre el equipo. “No podía parar de reírme”, contó.

Sobre las diferencias de trabajar en Argentina, Corberó señaló que filmar fuera de España implica una sensación de vulnerabilidad, pero también de camaradería. “Los rodajes son los rodajes… La mejor manera de sacar adelante una película o serie es a través del ‘sí’, de formar piña”, declaró.

Corberó resaltó la dedicación de
Corberó resaltó la dedicación de su pareja, Chino Darín en la escena de baile de El Ángel, dirigida por Luis Ortega (@chinodarin)

Aunque ya había visitado Buenos Aires en otras ocasiones, El Jockey fue su primera experiencia profesional en la ciudad, y la primera vez que residió sola allí. Esto, según afirmó, fortaleció su vínculo con Argentina y le permitió construir una nueva red de amistades.

Influencias musicales y cinematográficas

Corberó mencionó diversas influencias artísticas que marcaron su participación en El Jockey. Habló del emblemático baile entre Uma Thurman y John Travolta en Pulp Fiction, y de la entrada de Nicole Kidman en Moulin Rouge. “Viendo esa película yo soñaba con hacer un musical”, confesó.

También resaltó la sensibilidad musical del director Luis Ortega, recordando la escena de baile de Chino Darín en El Ángel, su película anterior. “Luis está muy conectado con la música… Me acuerdo que Chino se tomó muy en serio esa escena”, relató.

La actriz reconoció la sensibilidad
La actriz reconoció la sensibilidad musical del director Luis Ortega y su impacto en la puesta en escena de El Jockey (EFE/EPA/FABIO FRUSTAC)

Corberó mencionó otras referencias como Catherine Zeta Jones en Chicago, Jennifer López, Fama a bailar y la serie UPA Dance, lo que muestra la amplitud de su bagaje cultural y su interés por combinar actuación y danza.

Una experiencia de transformación personal

El trabajo de Úrsula Corberó en El Jockey marcó un punto de inflexión tanto profesional como personal. La actriz explicó que esta experiencia la ayudó a afianzar su relación con Buenos Aires desde una perspectiva más íntima. “Fue muy bonito y especial. Muy necesario también para mejorar mi relación con Argentina”, afirmó.

Corberó encontró en el cine argentino un espacio para la experimentación y el crecimiento. Su participación en El Jockey refuerza su proyección internacional y su conexión con nuevas formas de creación artística.