La inesperada amistad entre Sylvester Stallone y Dolph “Ivan Drago” Lundgren: de la envidia a la camaradería

En la memoria colectiva del cine de acción de los años 80, Rocky IV se mantiene como una de las películas más emblemáticas de la saga que catapultó a Sylvester Stallone al estrellato internacional.

Sin embargo, lo que muchos desconocen es la compleja relación entre Stallone y su coprotagonista, el imponente Dolph Lundgren, quien interpretó a Ivan Drago, el formidable oponente de Rocky.

Lo que comenzó como una rivalidad marcada por celos y competencia física, terminó convirtiéndose en una de las amistades más duraderas y sinceras del cine de acción.

Esta historia, que atraviesa décadas de trabajo y colaboración, es un testimonio de cómo la envidia puede transformarse en respeto y, eventualmente, en una profunda amistad, publicó SensaCine.

Sylvester Stallone, conocido por su carácter competitivo y su esfuerzo por dar siempre lo mejor de sí mismo, no ocultó en diversas entrevistas su incomodidad inicial con Dolph Lundgren, quien en aquel entonces era un joven actor relativamente desconocido.

A pesar de que Lundgren no mostraba ninguna actitud antipática hacia Stallone, el actor de Rambo se sintió abrumado por la presencia física de su compañero en el set.

En una entrevista concedida al canal de YouTube An Experience With, Stallone confesó que, cuando Lundgren entró en la habitación por primera vez, lo odiaba. “Este tipo se salta la escala evolutiva unos mil años”, relató Stallone, desvelando los sentimientos de celos que experimentó ante la imponente figura de Lundgren.

Con una estatura de 2 metros, un físico musculoso y una apariencia que hacía parecer a su personaje, Ivan Drago, como un auténtico monstruo, Lundgren representaba todo lo que Stallone temía: alguien físicamente superior a él.

Además, a la desmesurada presencia física de Lundgren se sumaba su notable inteligencia: antes de adentrarse en el mundo de la actuación, Lundgren había sido estudiante de ingeniería química y recibió una beca para estudiar en el MIT (Massachusetts Institute of Technology).

Sin embargo, lejos de ser un simple desencuentro personal, los celos que Stallone experimentaba frente a Lundgren se convirtieron en un punto de reflexión sobre la idoneidad de su coprotagonista para el papel de Drago.

Stallone, que buscaba un oponente para Rocky que fuera un auténtico “monstruo” físico, terminó dándose cuenta de que Lundgren era la elección perfecta. El actor de Rocky reconoció que no podía encontrar a nadie más adecuado para interpretar a Ivan Drago, un personaje grande, brutal y casi primitivo.

“De repente, las puertas se abren, entra humo, hay luz, está la línea del cabello y los hombros así de anchos... Todo es perfecto”, relató Stallone, quien rápidamente comprendió que Lundgren era la encarnación perfecta del temible Drago.

La relación de trabajo en el set de Rocky IV permitió que ambos actores, inicialmente rivales, comenzaran a conocerse mejor. Aunque al principio no hubo una gran conexión personal, Stallone reconoció que, en lo profesional, Lundgren había sido una elección acertada, tanto por su impresionante presencia como por su capacidad para interpretar un villano que, por su grandeza, lograba que Rocky se viera aún más heroico.

La transición de la relación entre Stallone y Lundgren hacia una verdadera amistad no ocurrió de la noche a la mañana. Aunque ambos coincidieron de nuevo en varias ocasiones en la industria, la verdadera amistad nació años después, cuando Stallone decidió reunir a un grupo de estrellas del cine de acción para Los Mercenarios, una saga que celebraba la grandeza del cine de acción de las décadas de los 80 y 90.

En este nuevo proyecto, Lundgren fue uno de los miembros destacados del elenco, y la oportunidad de trabajar juntos en un ambiente más relajado y colaborativo permitió que la relación entre los dos actores floreciera.

Stallone y Lundgren, quienes inicialmente se habían visto como rivales, compartieron muchas escenas de acción juntos y, a través de los años, su amistad se cimentó. La película marcó un regreso triunfal para ambos actores, consolidando la relación de camaradería que perdura hasta hoy.

Ambos se reconocen públicamente como grandes amigos y, en entrevistas, raramente pierden la oportunidad de elogiarse mutuamente por su profesionalismo y por la conexión que crearon a lo largo de los años.

Hoy en día, más de cuatro décadas después de su primer encuentro en el ring de Rocky IV, Stallone y Lundgren son amigos cercanos, e incluso compartieron nuevos proyectos en Los Mercenarios 2 y Los Mercenarios 3. Lo que comenzó como una lucha física y emocional en el set de Rocky IV terminó como una historia de respeto mutuo y colaboración en proyectos conjuntos.

Lo que Stallone vio en un principio como una amenaza se convirtió en un vínculo inquebrantable de amistad y admiración, mostrando que incluso las relaciones más difíciles pueden dar lugar a conexiones poderosas si se les da tiempo y espacio para evolucionar.

Hoy, con el paso de los años, ambos actores se distanciaron de su juventud competitiva y se acercaron aún más como amigos, demostrando que incluso en el mundo implacable de Hollywood, las rivalidades pueden ser superadas y transformarse en amistades verdaderas.