Durante más de una década, Nicole Kidman y Tom Cruise fueron una de las parejas más mediáticas de Hollywood. Su historia de amor comenzó en 1990 en el set de Días de trueno, película en la que ambos fueron elegidos como protagonistas.
Para entonces, Kidman estaba consolidando su carrera tras haber trabajado en varias producciones en su Australia natal, mientras que Cruise ya era una de las estrellas más cotizadas de la industria tras el éxito de Top Gun.
La relación avanzó con rapidez y seis meses después del estreno de la película, se casaron.
El matrimonio generó un enorme interés desde el primer momento, en parte porque Cruise acababa de divorciarse de la también actriz Mimi Rogers.
Los medios siguieron de cerca cada paso de la pareja, convirtiéndolos en uno de los matrimonios más fotografiados y comentados de los años noventa.
Sin embargo, la atención mediática no siempre fue favorable. Los rumores sobre supuestos problemas en su relación se convirtieron en algo habitual, al punto de que la pareja tuvo que tomar medidas legales contra un tabloide que aseguraba que ambos recurrieron a terapia sexual para poder filmar las escenas íntimas de Ojos bien cerrados (Eyes Wide Shut), la película de Stanley Kubrick en la que compartieron pantalla en 1999. El caso se resolvió a su favor, pero no logró frenar el incesante escrutinio de la prensa.
“Yo era joven, creo que lo propicié”
Años después, Kidman hizo una reflexión sobre la exposición mediática que rodeó su matrimonio con Cruise y admitió que, de alguna manera, contribuyó a que los medios pusieran el foco sobre ellos.
“Yo era joven. Creo que lo propicié”, reconoció en una entrevista con la edición estadounidense de Harper’s Bazaar.
Sin embargo, la actriz también destacó que, aunque el proceso fue difícil, logró aprender de la experiencia.
“Tal vez me he vuelto un poco más temerosa, pero siempre trato de ser lo más abierta posible. Simplemente prefiero vivir en el mundo de esa manera”, agregó.
Su relación con Cruise terminó oficialmente en 2001, cuando el actor presentó la solicitud de divorcio alegando “diferencias irreconciliables”.
La noticia tomó por sorpresa a muchos, incluida la propia Kidman, quien en una entrevista años después admitió lo inesperado que fue el final de su matrimonio.
“Pensé que nuestra vida juntos era perfecta... Me llevó mucho tiempo recuperarme. Fue un shock para mi organismo”, confesó en una conversación con la revista DuJour en 2012.
Desde el momento en que se hizo pública la separación, surgieron múltiples especulaciones sobre las verdaderas razones detrás de la ruptura.
La teoría más recurrente apunta a la negativa de Kidman a unirse a la Iglesia de la Cienciología, religión a la que Cruise pertenece y de la que es uno de sus miembros más influyentes.
Aunque la actriz nunca ha confirmado esta versión, tampoco la ha desmentido abiertamente, manteniéndose siempre reservada sobre los detalles de su divorcio.
Un divorcio que la marcó profundamente
Kidman y Cruise adoptaron juntos a dos hijos, Connor e Isabella, quienes hoy rondan los 30 años.
Tras el divorcio, la relación entre Kidman y sus hijos se tornó distante, pues ambos fueron criados dentro de la Cienciología, lo que generó especulaciones sobre un posible distanciamiento motivado por la religión.
En diferentes entrevistas, la actriz ha evitado hablar del tema, limitándose a expresar su amor incondicional por ellos.
“Son adultos. Son capaces de tomar sus propias decisiones. Han hecho sus elecciones y como madre, mi labor es amarlos”, declaró .
El impacto emocional de la separación fue profundo para Kidman, quien ha admitido que le llevó años superar la ruptura.
“A veces soy cautelosa y me han hecho daño, pero al mismo tiempo prefiero un enfoque cálido en lugar de un enfoque de cierre espinoso”, explicó en su entrevista con Harper’s Bazaar.
Sin embargo, con el tiempo, la actriz logró reconstruir su vida personal y encontrar nuevamente el amor.
En 2005, conoció al músico country Keith Urban, con quien se casó en 2006. Kidman ha expresado en múltiples ocasiones que su relación con Urban la ayudó a sanar y a recuperar la estabilidad emocional.
En una de sus entrevistas más emotivas, relató cómo su ahora esposo le ayudó a abrir su corazón nuevamente.
“Mi esposo, Keith, dice que cuando me conoció, me preguntó: ‘¿Cómo está tu corazón?’ Y aparentemente le respondí: ‘Abierto“, recordó.
Juntos, han formado una familia con sus dos hijas, Sunday Rose y Faith Margaret. Aunque Kidman rara vez habla sobre su matrimonio con Cruise, sus declaraciones reflejan el profundo impacto que tuvo en su vida y cómo, con el paso de los años, ha aprendido a lidiar con la fama y la exposición mediática.
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