
La rehabilitación para muchas actividades económicas no implica que los trabajadores de sus empresas hayan podido regresar a sus actividades previas a la aparición de la pandemia. En ese escenario, se estima que aproximadamente 2 millones de trabajadores de pequeñas y medianas empresas de todo el país aún se mantienen inactivos, según un informe de la Fundación Observatorio Pyme (FOP) realizado entre 1.400 compañías argentinas de menos de 800 empleados de diversas actividades.
La afirmación del estudio no implica que esos 2 millones de personas hayan perdido su trabajo sino que “aún continuando la relación laboral, no están participando de las normales actividades que desempeñaban en las empresas antes de la irrupción del COVID-19 y el establecimiento del aislamiento/distanciamiento social preventivo obligatorio, ASPO/DISPO”.
“En síntesis, aunque las empresas están retornando paulatinamente a la actividad y aunque en algunos sectores la reactivación productiva es muy fuerte, todavía queda mucho camino por recorrer para terminar de poner en pleno funcionamiento el aparato productivo de este segmento empresarial. Hay en curso una reorganización productiva de los procesos por sectores, tamaños y regiones aún poco perceptible a nivel agregado, pero que se identifica con gran precisión descendiendo al nivel de la actividad de las firmas individuales”, señala el informe de la FOP.

El estudio constató que solamente el 50% de las pymes analizadas se encuentran operando en forma total. A la vez, un 4% de las empresas se encuentra en estado no operativo y 46% funciona parcialmente. Sin embargo, sólo el 30% de las empresas informan tener activa a toda su planta de personal. “De este evidente descalce entre estado de operatividad de la firma y tasa de actividad de su personal, se deduce que un 20% de las empresas de este segmento empresarial está operando sin limitaciones, pero con menos personal activo que en la situación prepandemia”, señala el estudio.
En su análisis, la FOP estableció que existe una correlación entre el tamaño de la empresa y la capacidad que tuvo de poner a trabajar a todo su personal. Cuánto más grande es la compañía (dentro del mencionado universo de menos de 800 empleados), menos empleados puso a trabajar; las pequeñas empresas que volvieron a operar, en cambio, tienden a ocupar a todo su personal.

“Entre las empresas más grandes del segmento, el 63% de ellas se encuentra totalmente operativa, aunque solo un 24% de las mismas informa que tiene a todo su personal totalmente activo. Es decir que un 39% de las firmas de esta dimensión están operando sin limitaciones, pero ocupando en el proceso productivo una proporción de personal inferior al registrado en la situación de pre-pandemia. Existe aquí un evidente descalce. ¿Se trata de un aumento de productividad?”, se pregunta el estudio.
En el otro extremo, entre las microempresas, sólo el 40% de ellas se encuentra totalmente operativo y con todo su personal completamente activo. “La situación productiva es diferente. No hay descalce, pero hay freno productivo”, advierte el informe.

En términos sectoriales, las pymes del sector Agro y Recursos Naturales son las de mayor operatividad relativa, con 76% de sus empresas en total funcionamiento. Ese sesgo se registró desde el comienzo de la pandemia, ya que muchas de ellas son consideradas esenciales o fueron exceptuadas desde las primeras fases de aislamiento. La Construcción continúa siendo el sector más rezagado en volver a operar; tiene una mayor proporción de empresas inactivas (6%) y un menor porcentaje de firmas totalmente operativas (28%). Las empresas de Comercio muestran un cuadro de situación más parecido a las de Construcción, mientras que Servicios e Industria Manufacturera se encuentran en una situación intermedia.
El detallado estudio de la FOP pone luz sobre un secreto a voces en cualquier sector de la economía: nada volverá a ser igual una vez que termine la pandemia. El estudio concluye que se trata de “un fenómeno para nada menor, aún poco perceptible a nivel agregado, pero no por eso menos fundamental: se encuentra en pleno desarrollo una reorganización microeconómica de los procesos productivos con matices entre las distintas regiones, sectores y tamaños de empresa”.
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