
Durante los primeros años del siglo XXI, el Manchester United tuvo una era plagada de éxitos. Bajo nombres como Carlos Tevez, Cristiano Ronaldo y Wayne Rooney, entre otros, comandados por Sir Alex Ferguson, los Red Devils dominaron el futbol siendo uno de los equipos más poderosos del mundo.
No obstante, detrás de los títulos y la gloria, existía un factor inesperado que contribuyó a la cultura ganadora de aquel grupo: los videojuegos.
El juego que unió al vestuario

En The Wayne Rooney Show, el programa de streaming que tiene en la cadena BBC, el exfutbolista del United y la selección inglesa explicó intimidades del vestuario y las claves detrás de todos sus éxitos.
“¿Sabes a qué solíamos jugar? No era el FIFA. En serio, creo que gran parte de nuestro éxito fue jugar a la PSP. Lo digo de manera honesta, hacía que nos tuviésemos que comunicar mejor. Jugábamos en el avión y en el bus del equipo. Jugábamos cinco contra cinco, así que éramos yo, Río (Ferdinand), Michael Carrick, John O’Shea y Wes Brown. Se llamaba SOCOM, de PSP. Era un juego militar“, confesó.
Así, el título SOCOM U.S. Navy SEALs: Fireteam Bravo, un juego de disparos táctico de la consola portátil PSP, se convirtió en el centro de las dinámicas grupales fuera del campo.
La era dorada de Ferguson

Bajo la conducción de Sir Alex, el United ganó tres Premier League consecutivas (2007, 2008 y 2009), la UEFA Champions League 2008, el Mundial de Clubes de ese mismo año y varias copas nacionales. Pero más allá del talento y la estrategia futbolística, Rooney reveló que esta actividad extradeportiva fortaleció aspectos esenciales como la comunicación, la elaboración de tácticas y la capacidad de anticipación entre los jugadores.
“Tenías que hablar, elaborar tácticas, revivir a gente cuando la mataban, y fue una parte crucial para nuestro dominio, creo. Pregunta a cualquiera de los jugadores que lo jugaban con nosotros. Era brillante y, además, cada jugador jugaba de una manera que reflejaba su carácter en el terreno de juego, era una locura”, señaló Rooney.
La convivencia y la relación fuera del campo marcaron la diferencia en uno de los equipos más dominantes de Europa, desarrollando así una coordinación y visión táctica que más tarde reproducirían sobre el verde césped.

Diversión, disciplina y alguna resistencia
Sin embargo, no todo fue consenso alrededor de este ritual. Rooney, siempre entre risas, recordó que no todos los jugadores compartían el entusiasmo gamer: “A Edwin van der Sar le molestaba, y solía alejarse de nosotros lo máximo posible”, comentó el surgido de las inferiores del Everton.
Aun así, la iniciativa de jugar a SOCOM durante los viajes y concentraciones marcó la relación entre los integrantes del plantel. El hecho de que los partidos fueran cinco contra cinco ayudaba a crear rivalidades sanas y complicidad, elementos imprescindibles en la consolidación de un vestuario campeón.
La comunicación, la estrategia colectiva y la confianza fueron aspectos potenciados fuera del césped, generando un ambiente propicio para el éxito deportivo.
Una lección para el futuro
Actualmente, el Manchester United atraviesa un contexto diferente, alejado de aquel dominio arrollador de finales de los 2000. Sumergido en una profunda crisis futbolista, con resultados alejados a los que históricamente solía cosechar y teniendo campañas al borde del descenso.
Es bajo este ambiente pesimista que la anécdota de Wayne Rooney permanece como una referencia para comprender qué define a los grupos exitosos. Pero, más allá de eso, el exfutbolista confesó que el secreto no residía solamente en el talento o la táctica futbolística, sino también en esos momentos compartidos y en las herramientas inesperadas que ayudan a construir confianza, comunicación y liderazgo.
“Lo que comenzó como un pasatiempo para hacer más amenos los viajes del equipo, terminó convirtiéndose en todo un ejercicio de team building que contribuyó a forjar uno de los vestuarios más exitosos de la historia reciente del fútbol europeo”, sentenció.