El turbulento matrimonio de la princesa Margarita y Lord Snowdon: glamour, infidelidades y un ocaso amargo

El matrimonio entre la princesa Margarita, hermana menor de la reina Isabel II, y Antony Armstrong-Jones, conde de Snowdon, representó una unión histórica y escandalosa en la historia de la realeza británica.

Fue la primera vez en más de 400 años que un plebeyo se casaba con una hija de rey, pero la relación, envuelta en un halo de glamour y tensiones, terminó siendo un retrato de los excesos y complejidades del Swinging London, evoca Vanity Fair.

Cuando Snowdon conoció a la princesa en 1958, Margarita estaba sumida en una profunda tristeza tras haber sido obligada a romper su compromiso con el capitán Peter Townsend, a quien consideraba el amor de su vida.

Durante su primer encuentro, Snowdon, un fotógrafo de prestigio que había trabajado con la alta sociedad británica y la familia real, captó su atención al tratarla con una franqueza poco común para alguien en su posición.

Dos años después, en 1960, la pareja contrajo matrimonio en la Abadía de Westminster, en una ceremonia que marcó un hito mediático, seguida por 300 millones de espectadores en todo el mundo.

Margarita lució un vestido de seda diseñado por Norman Hartnell y una tiara que ella misma había comprado, mientras Snowdon, para integrarse en el ámbito nobiliario, recibió el título de conde de Snowdon, creado especialmente por la reina.

Sin embargo, bajo la superficie de los flashes y titulares, las fracturas comenzaron a manifestarse rápidamente.

Apenas semanas después de la boda, Snowdon se convirtió en padre de una niña, fruto de una relación extramarital con Camilla Fry, revelando un patrón de infidelidades que marcaría su matrimonio.

La relación entre Snowdon y Margarita fue tan apasionada como conflictiva. Aunque ambos tuvieron romances fuera del matrimonio, las infidelidades de Snowdon eran frecuentes y conocidas, involucrando a modelos, asistentes y figuras de la sociedad británica.

Según el biógrafo Tom Quinn, estas comenzaron muy temprano en su relación, lo que Margarita, acostumbrada a la etiqueta y el protocolo real, toleró inicialmente, aunque no sin consecuencias.

El ambiente tóxico que definió su vida conyugal incluyó actos de mutua provocación. Margarita respondió a los deslices de su esposo con sus propios romances y, en una ocasión, incluso mantuvo relaciones con una amiga de Snowdon, lo que lo llevó a acostarse deliberadamente con el mismo hombre.

Además, Snowdon dejaba notas ofensivas escondidas en los espacios personales de la princesa, llenas de insultos diseñados para herirla profundamente, lo que minó su autoestima y contribuyó a su caída en el alcoholismo y la depresión.

A pesar de su deterioro, la pareja permaneció casada durante 18 años y tuvo dos hijos: David en 1961 y Sarah en 1964. Pero la acumulación de escándalos, las infidelidades y la creciente tensión emocional resultaron insostenibles.

En 1978, Margarita y Snowdon pusieron fin a su matrimonio, en un divorcio que capturó el interés mundial y consolidó el fin de una era en la monarquía británica.

No obstante, Snowdon logró mantener una relación profesional y respetuosa con la familia real tras la separación. Continuó retratando a sus miembros en diversas ocasiones, incluyendo un célebre retrato de la reina Isabel II por su 80 cumpleaños.

Esta relación cordial reflejaba el respeto por su talento artístico, aunque su vida personal siguió siendo objeto de controversia.

Antony Armstrong-Jones falleció el 13 de enero de 2017, a los 86 años, dejando un legado complejo. Reconocido por su obra como fotógrafo, su vida estuvo marcada tanto por sus contribuciones al arte como por los excesos de su vida privada.

Fue una figura que desafió las convenciones, tanto en su ingreso a la realeza como en su enfoque hacia la fotografía, retratando a celebridades y políticos con un estilo único.

El matrimonio entre Snowdon y Margarita simboliza una época de cambios en la monarquía británica, un reflejo de las tensiones entre tradición y modernidad.

Aunque su relación fue turbulenta, su historia sigue fascinando como un testimonio de las contradicciones del privilegio, el poder y las pasiones humanas.